domingo, 31 de marzo de 2013

Ivan Bunin (En el campo)


-pueblo tártaro/quirguiz

-dicen que los que vivimos en los bosques rezamos a los árboles; pero si les preguntamos cómo hay que vivir, no lo saben. Se ve que hay que vivir como un jornalero: hacer lo que mandan y basta

-luego cambia de tema y me habla de la madera ¿es indiferencia o entereza de ánimo?

-el misterioso coexistir de la importancia y de la inutilidad de todo lo existente

-me era agradable sentirme como algo íntimo de la nieve, del bosque y de las liebres, a las que tanto les gusta comer las tiernas ramitas de los árboles…

-el ruido de los pinos, lejano y apenas perceptible, hablaba reservadamente y sin cesar de una vida eterna.

-no sé si ella era mejor que otras que amé pero en aquella noche fue divina.

-¿Por qué este eterno soñafr con la belleza, con el amor, con la felicidad que nos es inaccesible en nuestra corta estancia sobre la tierra?

-adivinamos lo nuevo y seductor que siempre promete una lejanía.

-me parecía que había cometido algo absurdo e irreparable; que había abandonado algo íntimo, creado precisamente para mi y que por un azar se alejaba de mí para siempre, cada vez más, cada vez más

-un día inolvidable de mi vida/ una dulce visión pasó ante mis ojos/que cautivó mi corazón para siempre

-la noche era tan clara que se hubiera podido contar dinero

-Pero ¿qué les importaba a aquellos centenarios y silenciosos túmulos los dolores ni la alegría de algunos seres que sólo vivirían un momento y cederían el sitio a otros iguales, que, como sus antecesores, se alegrarían, se entristecerían y desaparecerían del mundo sin dejar rastro?

-los compañeros de mi infancia, aquellos que antaño jugaban despreocupados a la taba al lado de las cercas, aquellos a quienes la niñez prometía tanto ¿dónde están?

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