-Toda acción en sí misma no es bella ni fea; lo que hacemos aquí, beber, comer, discurrir, nada de esto es bello en sí, pero puede convertirse en tal, mediante la manera como se hace. Es bello si se hace conforme a las reglas de la honestidad; y feo, si se hace contra ellas. Lo mismo sucede con el amor (…) El amor de la Afrodita pandémica sólo inspira acciones bajas; es el amor que reina entre el común de las gentes, que aman sin elección, lo mismo las mujeres que los jóvenes, dando preferencia al cuerpo sobre el alma.
-sería verdaderamente de desear que hubiese una ley que
prohibiera amar a los demasiado jóvenes para no gastar el tiempo en cosa tan
incierta.
-los tiranos no
gustan ver que entre los súbditos se formen grandes corazones o
amistades y relaciones vigorosas, que es lo que el amor hace crear muy bien (…)
es preciso amar con preferencia a los más generosos y virtuosos, aunque sean
menos bellos que los demás. Es
sorprendente cómo se interesa todo el mundo por el triunfo del hombre que ama.
-
el amor, como dije
al principio, no es de suyo ni bello ni feo. Es bello, si se observan las
reglas de la honestidad; y es feo, si no se tienen en cuenta esas reglas.
-el amante de una alma bella permanece fiel toda la vida, porque lo que ama es durable.
-así como la servidumbre voluntaria de un amante para con el objeto de su amor no se tiene por adulación, ni puede echársele en cara tal cosa; en igual forma hay otra especie de servidumbre voluntaria que no puede nunca ser reprendida y es aquella en la que el hombre se compromete en vista de la virtud. Hay entre nosotros la creencia de que si un hombre se somete a servir a otro con la esperanza de perfeccionarse mediante él en una ciencia o en cualquier virtud particular, esta servidumbre voluntaria no es vergonzosa.
-
es bello amar cuando la causa es la virtud. Este es el Amor de Afrodita Urania; es celeste por sí mismo; es útil a los particulares y a los Estados, y digno para todos de ser objeto de principal estudio, puesto que obliga al amante y al amado a vigilarse a sí mismos y a esforzarse en hacerse mutuamente virtuosos. Todos los demás amores pertenecen a Afrodita pandémica.
-correspondía ahora hablar a Aristófanes, pero no pudo verificarlo por un hipo que le sobrevino, no sé si por haber comido demasiado o por otra razón. Entonces se dirigió a Erixímaco, que estaba sentado junto a él y le dijo: es preciso, Erixímaco que o me libres de este hipo o hables en mi lugar.
-3)Discurso de Erixímaco:
-lo desemejante ama a lo desemejante
-es cosa bella conceder sus favores a un amigo virtuoso, y cosa fea entregarse al que está animado de una pasión desordenada, es una máxima aplicable al cuerpo. Tambien es bello y necesario ceder a lo que hay de bueno y sano en cada temperamento, y en esto consiste la medicina.
-la medicina es la ciencia del amor corporal con relación a la repleción y la evacuación.
-el médico es preciso que sepa crear la amistad entre los elementos enemigos e inspirarles amor recíproco. Los elementos más enemigos son los más contrarios, como lo frio y lo caliente, lo amargo y lo dulce y otros de la misma especie. Por eso a Asclépides se le tiene por inventor de la medicina.
-al igual que la música con el acuerdo entre lo grave y lo agudo obtiene la concordancia de la armonía, las sílabas largas y breves armonizadas entre sí configuran el ritmo.
-No es difícil reconocer la presencia del amor en la constitución misma del ritmo y la armonía.(...) cuando se trata de poner ritmo y armonía en relación con los hombres, sea inventando, lo cual se llama composición musical, sea sirviéndose de los aires y compases ya inventados, lo cual se llama educación.
-la adivinación es la creadora de la amistad, que existe entre los dioses y los hombres, porque sabe todo lo que hay de santo o de impío en las inclinaciones humanas.
-4)Discurso de Aristófanes:
-me admira que para restablecer el orden en la economía del cuerpo haya necesidad de un movimiento como éste, acompañado de ruidos de ruidos y agitaciones ridículas; porque realmente el estornudo ha hecho cesar el hipo sobre la marcha.
-en otro tiempo la naturaleza humana era muy diferente de lo que es hoy. Primero había tres clases de hombres: los dos sexos que hoy existen y uno tercero, compuesto de estos dos, el cual ha desaparecido conservándose sólo el nombre. Este animal formaba una especie peculiar y se llamaba andrógino, porque reunía el sexo masculino y femenino, pero ya no existe y su nombre está en descrédito.
-el sol produce el sexo masculino, la tierra el femenino; y la luna participa de tierra y sol.
-Dijo Zeus; creo haber encontrado un medio de conservar a los hombres y hacerlos más circunspectos, y consiste en disminuir sus fuerzas. Los separaré en dos, así se harán más débiles y tendremos otras ventaja, que será la de aumentar el número de los que nos sirvan.
-hechas esta división, cada mitad hacía esfuerzos para encontrar la otra mitad de que había sido separada; y cuando se encontraban ambas, se abrazaban y se unían, y llevadas del deseo de entrar en su antigua unidad, con un ardor tal, que abrazadas perecían de hambre o inacción, no queriendo hacer nada la una sin la otra.
-los hombres que provienen de las separación de esto seres compuestos, que llaman andróginos, aman las mujeres. (...) Pero las mujeres que provienen de la separación de las mujeres primitivas se inclinan más a las mujeres, a esta especie pertenecen las tríbades.
-5) Discurso de Agatón:
-Eros es el más dichoso y joven de los dioses; en su camino
siempre escapa a la vejez (…) Eros la detesta naturalmente, y se aleja de ella
todo lo posible, mientras acompaña a la juventud y se complace con ella,
siguiendo aquella máxima antigua muy verdadera: lo semejante se une siempre a
su semejante.
-las viejas querellas de los dioses, que nos refieren
Hesíodo y Parménides, si es que son verdaderas, han tenido lugar bajo el
imperio de Anagké (necesidad) y no bajo el de Eros.
-Los pies de la diosea Atenea –dice Homero- son delicados y
no los acerca al suelo, sino que anda sobre las
cabezas de los hombres.
-marcha y descansa sobre sobre las cosas más tiernas porque
es en los corazones y en las almas donde fija su morada.
-es la esencia sutil, la gracia lo que, según común opinión,
distingue eminentemente a Eros. (…)Donde encuentra encuentra flores y perfumes,
allí fija su morada.
-
la mayor ventaja de
Eros es que no puede recibir ninguna ofensa de parte de los hombres o de los
dioses, y que ni hombres ni dioses pueden ser ofendidos por él, porque si sufre
o hace sufrir es sin coacción, siendo la violencia incompatible con Eros. Sólo
de libre voluntad se somete uno a Eros, y todo acuerdo concluido
voluntariamente, las leyes, reinas del Estado, lo declaran justo.
-nuestra naturaleza primitiva era una, y que éramos un todo completo, y se da el
nombre de amor al deseo y persecución de este antiguo estado
-que nadie se ponga en guerra con Eros porque eso es
atraerse el odio de los dioses
-para un hombre sensato el juicio de unos pocos sabios es
más temible que el una multitud de ignorantes.
-Ares mismos no puede iguarlarle, porque no es Ares el que
posee a Eros sino Eros el que posee a Ares.
-Eros es un poeta tan
entendido que convierte en poeta a quien quiere; y esto sucede aunque uno sea
extraño a las musas.
-Eros es notable en esto de llevar a cabo las obras que son
de la competencia de las musas, porque no se enseña lo que se ignora.
-¿no vemos que en todas las artes quien ha recibido lecciones de Eros se hace
hábil y célebre?
-A la pasión y al amor debe Apolo la invención de la
medicina, de la adivinación, del arte de asaetear; Eros, cabe decir, es el
maestro de Apolo.
-6) Discurso de
Sócrates:
-Mira, Fedro si te conviene oir un elogio que no traspasará
los límites de la verdad y en el cual no habrá refinamiento ni en las palabras
ni en las formas
-Resumamos: en primer lugar, el amor es el amor de alguna
cosa; en segundo lugar, de una cosa que le falta.
-¿el amor es el amor de la belleza y no de la fealdad? ¿no
hemos convenido en que se aman las cosas cuando se carecen de ellas? ¿Luego
Eros carece de belleza?
-¿te parece que las cosas buenas son bellas? ¿Entonces Eros
carece de belleza y si lo bello es inseparable de lo bueno, carece de bondad?
-es imposible resistirse a la verdad; resistir a Sócrates es
bien sencillo.
-Quiero referirte la conversación que cierto día tuve con
una mujer de Mantinea, llamada Diótima. Mujer muy entendida en punto a amor y
de otras muchas cosas. Todo lo que sé sobre el amor se lo debo a ella.
-para ser fiel a tu método, Agatón, explicaré primero lo que
es Eros (según Diótima) y en seguida cuáles son sus efectos.
-¿crees que lo que no es bello es necesariamente feo?
-¿no es observado que hay un término intermedio entre
ciencia e ignorancia)? ¿Cuál? Tener una
opinión verdadera sin poder dar razón de ella. La doxa (opinión) ocupa un lugar
intermedio entre la episteme (ciencia) y la ignorancia.
-el amor no es ni bueno ni
bello pero no vayas a creer que es necesariamente feo y malo, sino que
ocupa un lugar intermedio entre estas cosas contrarias.
-el amor desea las cosas buenas y bellas y que el deseo es
una señal de privación.
-¿es posible que Eros sea un dios estando privado de lo que
es bello y bueno? ¿es Eros mortal? De ninguna manera, es una cosa intermedia
entre lo mortal y lo inmortal. Es un gran daimón, Sócrates, porque todo daimón
ocupa un lugar intermedio entre dioses y hombres.
-¿cuál es la función
propia de una daimón? La de ser intérprete y mediador entre dioses y hombres;
llevar al cielo las súplicas y los sacrificios de estos últimos, y comunicar a
los hombres las órdenes de los dioses. Son el lazo que unen al Gran Todo.
De ellos procede toda la esencia adivinatoria y el arte de los sacerdotes con
relación a los sacraficios, a los misterios, a los encantamientos…La naturaleza
divina no entra nunca en comunición directa con el hombre, se vale de los
demonios para relacionarse y conversar con el hombre, ya durante la vigilia, ya
durante el sueño.
-
El que es sabio en
todas estas cosas es demoníaco; y el que es hábil en todo lo demás, en las
artes y los oficios, es un simple operario. Los daimones son muchos y de muchas
clases. Y Eros es uno de ellos.
-el día del nacimiento de Afrodita hubo un gran festín de dioses entre los que estaba Poros (Abundancia). Después de la comida se puso en la puerta para mendigar desperdicios Penia (Pobreza), Embriagado Poros aprovechó Penia para quedar embarazada de él. De ahí nació Eros.
Por esta razón Eros se hizo compañero y servidor de Afrodita, porque fue concebido el mismo día en que ella nació. Además de que el amor ama naturalmente la belleza, y Afrodita es bella.
-por una parte es siempre pobre y duerme bajo la luna, pero por parte de padre, siempre está en la pista lo de bello y lo bueno, es varonil y perseverante, encantador, filosofando sin cesar...Todo lo que adquiere lo disipa sin cesar, de modo que nunca es rico ni pobre. Ocupa un lugar intermedio entre la sabiduría y la ignorancia. Pues ningún dios filosofa ni desea hacerse sabio, eso es ajeno a su naturaleza divina. Tampoco los ignorantes filosofan...
-Subdiscurso de
Diótima de Mantinea:
-la ignorancia produce el pésimo efecto de persuadir a los
que no son bellos, ni buenos ni sabios de que poseen esas cualidades; porque ninguno desea las cosas de que se cree
provisto.
-¿Quiénes son los que filosofán, Diótima, si no son ni los sabios ni los ignorantes?/
Hasta los niños saben que son los que ocupan un término medio entre unos y
otros. Y Eros es de este colectivo.(…) Eros es amante de la sabiduría, es
decir, filósofo; y como tal se hay en ese término medio.
-creías, por lo que pude conjeturar, que el amor es lo que
es amado y no lo que ama. He aquí por qué Eros te parecía muy bello, porque lo
amable es la belleza real, la gracia, la perfección, el soberano bien. Pero el
que ama es de naturaleza distinta.
-Eros es el amor a lo bello. Pero el que ama a lo bello ¿a
qué aspira? A poseerlo para ser más dichoso.
-creyendo las cosas buenas es como los seres dichosos son
dichosos, y no hay necesidad de
preguntar por qué el que quiere ser dichoso quiere serlo.
-distinguimos una especie particular de amor y le llamamos amor, usando del nombre que corresponde a todo el género; mientras que para las demás especies, empleamos términos diferentes
-sabes que la palabra poesía (poiesis=hacer) tiene numerosas acepciones, y expresa en general la causa que hace que una cosa pase de no ser al ser, de suerte que todas las obras de todas las artes son poesía, y que todos los artistas y todos los obreros son poetas. Sin embargo, no se llama a todos poetas sino que se les da otros nombres...
-lo mismo sucede con el amor; en general, es el deseo de lo que es bueno y nos hace dichosos, y éste es el grande y seductor amor que es innato en todos los corazones. Pero todos aquellos que en diversas direcciones tienden a este objetos, hombres de negocios, atletas, filósofos, no se dicen que aman ni se les llama amantes; sino que sólo aquellos que se entregan a cierta especie de amor, reciben el nombre de todo el género y a ellos sólo se les aplica las palabras amar, amor, amantes.
-el amor consiste en querer poseer siempre lo bueno. Y si tal es el amor general, ¿en qué caso particular la indagación y la prosecución activa de lo bueno toman el nombre de amor ? da decírtelo: es la producción de belleza, ya mediante el cuerpo ya mediante el alma.
-la belleza, respecto a la generación, es semejante a la Moira (destino) y a Eileitya (alumbramiento)a Por esta razón, cuando el ser fecundante se aproxima a lo bello, lleno de amor y de alegría, se dilata, engendra y produce. Por el contrario, si se aproxima a lo feo, triste y remiso, se estrecha, se tuerce, se contrae y no engendra, sino que comunica con dolor su germen fecundante.
-porque la belleza no es el objeto del amor. ¿Cuál es el objeto del amor? Es la generación y producción belleza. ¿Y por qué? Porque la generación perpetúa la familia de los seres animados y le da la inmortalidad que consiente la naturaleza mortal. Es necesario unir al deseo de lo bueno el deseo de inmortalidad, puesto que el amor consiste en aspirar a que lo bueno nos pertenezca siempre. De ahi se sigue que la inmortalidad es igualmente el objeto del amor.
-el que envejece deja en su lugar a un individuo joven semejante a lo que él mismo habia sido. He aquí, Sócrates, cómo todo lo que es mortal participa de la inmortalidad.
-la sabiduría más alta y más bella se llama prudencia y
justicia.
-el comercio con la belleza le hacen engendrar y producir aquello cuyo germen se encuentra ya en él. Los hay más fecundos de espíritu que de cuerpo.
-he llegado a iniciarte en los misterios del amor, pero en cuanto al último grado de iniciación y a las revelaciones secretas, para las que todo lo que acabo de decir no es más que una preparación, no sé si, ni aún bien dirigido, podría tu espíritu elevarse hasta ellas.
--el que quiere aspirar a este objeto por el verdadero
camino, debe desde su juventud comenzar a buscar los cuerpos bellos. Debe
además, si está bien dirigido, amar uno solo, y en él engendrar y producir
bellos discursos. Enseguida debe llegar a comprender que la belleza que se
encuentra en un cuerpo cualquiera es
hermana de la belleza que se encuentra en todos los demás. En efecto, si es
preciso buscar la belleza en general sería una gran locura no creer que la
belleza que reside en todos los cuerpos es una e idéntica.
-una vez penetrado de este pensamiento,
1) nuestro hombre
debe mostrarse amante de todos los cuerpos bellos y despojarse, como de una
despreciable pequeñez, de toda pasión que se reconcentre sobre uno solo
2) después debe considerar la belleza del alma como más
preciosa que la del cuerpo, de suerte que una alma bella, aunque esté en un
cuerpo desprovisto de perfecciones, baste para atraer su amor y sus cuidados, y para ingerir en ella los
discursos propios para hacer mejor la juventud.
3) siguiendo así contemplará la belleza que se encuentra en
las acciones de los hombres y en las leyes, al ver que esta belleza por todos
partes es idéntica a sí misma, y hacer por tanto poco caso de la belleza
corporal.
4) de las acciones de
los hombres deberá pasar a las ciencias para contemplar en ellas la belleza; y
entonces teniendo una idea más amplia de
lo bello, no se verá encadenado como un esclavo en el estrecho amor de la
belleza de un joven, de un hombre o de una sola acción, sino que lanzado en el
océano de la belleza y extendiendo sus miradas sobre este espectáculo,
producirá con inagotable fecundidad los discursos o pensamientos más grandes de
la filosofía, hasta que asegurado y engrandecido su espíritu por esa sublime
contemplación, sólo perciba una ciencia: la de lo bello.
-
Préstame ahora,
Sócrates, toda tu atención de que seas
capaz. El que en los misterios del amor
se haya elevado hasta el punto en que estamos, después de haber recorrido en
orden conveniente todos los grados de lo bello y llegado, por último, al
término de la iniciación, percibirá como un relámpago una belleza maravillosa,
aquella, oh Sócrates, que era objeto de todos los trabajos anteriores: belleza
eterna, increada e imperecible, exenta
de aumento o disminución; belleza que no es bella en tal parte y fea en cual
otra, bella sola en tal tiempo y nen tal otro… Belleza que no tiene nada de
sensible como el semblante o las manos, y nada corporal, sino que existe
eternay absolutamente por sí misma y en sí misma; de ella participan todas las
demás bellezas, sin que el nacimiento ni la destrucción de éstas, causen ni la
menor disminución ni el menor aumento en aquellas ni la modifiquen en nada.
-porque el camino recto del amor, ya se guíe por sí mismo, ya sea guiado por otro, es comenzar por las bellezas inferiores y elevarse hasta la belleza suprema, pasando, por decirlo así, por todos los grados de la escala de un solo cuerpo bello a dos, de dos a todos los demás, de los bellos cuerpos a las bellas ocupaciones, de las bellas ocupaciones a las bellas ciencias, hasta que de ciencia en ciencia se llega a la ciencia por excelencia, que no es otra que la ciencia de lo bello mismo, y se concluye por conocerla tal y como es en sí.
-Oh mi querido Sócrates, si por algo tiene mérito esta vida es por la contemplación de la belleza absoluta, y si tú llegas algún día a conseguirlo ¿qué te parecerán, cotejando con ella, el oro, y los adornos, los jóvenes hermosos cuya vista al presente te turba?
-¿Qué pensaremos de un mortal a quien fuese dado contemplar la belleza pura, simple, sin mezcla, no revestida de carne ni de colores humano ni de las demás vanidades parecibles, sino siendo la belleza divina misma?
-cuando repentinamente se oyó un ruido en la puerta exterior, a la que llamaban con golpes repetidos; y parecía que las voces procedían de jóvenes ebrios y de una tocadora de flauta.
-un instante después oímos en el patio la voz de Alcibíades,
medio ebrio, y diciendo a gritos: ¿dónde está Agatón?
- Sócrates, te veo aquí a las espera para sorprenderme,
según tu costumbre.
-Imploro tu socorro, Agatón –dijo Sócrates- El amor de este
hombre no es para mí un pequeño embarazo. Desde la época en que comencé a
amarle, no puedo mirar ni conversar con ningún joven, sin que, picado y celoso,
se entregue a excesos increíbles, llenándome de injurias y gracias a que se
abstiene de pasar a vías de hecho.
-Discurso de
Alcibíades:
-Para el elogio de Sócrates me valdré de comparaciones.
Sócrates creerá quizá que intento hacer reir pero mis imágenes tendrán por
objeto la verdad y no la burla. Sócrates se parece a esos Silenos que se ven
expuestos en los talleres estatutarios y que los artistas representan con una
flauta o caramillo en la mano. Sócrates se parece particularmente al sátiro
Marsyas. ¿No eres un burlón descarado? ¿No eres también tocador de flauta, más
admirable que Marsyas?
-cuando el oigo, el corazón me late con mas violencia que a
los coribantes; sus palabras me hacen derramar lágrimas. Asi que me veo
obligado a huir de él tapándome los
oídos, como quien escapa de las sirenas. Sócrates me hace ruborizar.
-Ya veis el ardor que manifiesta Sócrates por los jóvenes
hermosos; con qué empeño los busca, y hasta qué punto está enamordo de ellos;
veis igualmente que todo lo ignora, que no sabe nada, o por lo menos, que hace
el papel de no saberlo.
-la belleza de un hombre es para él el objeto más
indiferente. No es posible imaginar hasta qué punto la desdeña, así como la
riqueza y las demás ventajas envidiadas por
el vulgo. Sócrates las mira todas como de ningún valor y a nosotros
mismos como si no fuéramos nada; y pasa toda su vida burlándose y chanceandose
con todo el mundo. Pero cuando habla seriamente y muestra su interior al fin,
no sé si otros han visto las bellezas que encierra pero yo las he visto, y las
he encontrado tan divinas y preciosas que me ha parecido imposible resistir a
Sócrates.Creyendo al principio que se
enamoraba de mi hermosura, me felicitaba de ello(…) contando conque,
complaciendo sus deseos, obtendría seguramente de él que me comunicara toda su
ciencia.
-Por otra parte, yo tenía un elevado concepto de mis
cualidades exteriores. Con este objeto comencé por despachar a mi ayo, en cuya
presencia veía ordinariamente a Sócrates, y me encontré solo con él.Es preciso
que os diga la verdad toda: estadme atentos, y tú, Sócrates, repréndeme si
falto a la exactitud. Quedé solo, amigos míos, con Sócrates, y espera siempre
que tocara uno de aquellos puntos, que inspira a los amantes la pasión cuando
se encuentran sin testigos con el objeto amado, y en ello me lisonjeaba y tenía
placer.Pero se desvanecieron por entero todas mis esperanzas. Sócrates estuvo
todo el día conversando conmigo en la forma acostumbrada y después se retiró.
-Sócrates estuvo todo el día conversando conmigo en la forma
que acostumbraba y después se retiró. En seguido de esto, le desafié a hacer
ejercicios gimnástios, esperando por este medio ganar algún terreno. Nos
ejercitamos y luchamos varias veces juntos y sin testigos. ¿Qué podré deciros? Ni por esas adelanté
nada. No pudiendo consegurilo por este rumbo, me decidí a atacarle vivamente.
Una vez que había comenzado no quería dejarlo hasta no saber a qué atenerme. Le
convidé a comer como hacen los amantes que tienden un lazo a los que aman; al
pronto rehusó, pero al fin concluyó por ceder. Vino, pero en el momento en que
concluyó la comida, quiso retirarse. Una
especie de pudor de impidió retenerle. Pero otra vez después de comer prolongué
la conversación haseta entrada la noche y cuando quiso marcharse le precisé a
que se quedara con el pretexto de ser muy tarde. Se acostó en el mismo escaño
en que había comido, escaño cercano al mio.
Hasta aquí nada hay que no pueda referir delante de todo el
mundo, pero respecto a lo que tengo que decir, no lo oiréis sin que os anuncie
aquel proverbio de que los niños y los borrachos dicen la verdad; y que además
ocultar un rasgo admirable de Sócrates en el acto de hacer su elogio, me parece
injusto.
Yo que estoy mordido y herido por los razonamiento de la
filosofía, cuyos tiros , más acerados que el dardo de una víbora, cuando
afectan a un alma joven y bien nacida, y que le hacen decir o hacer mil cosas
extravagantes (…) a los esclavos y a
todo hombre profano y sin cultura, poned una triple puerta en sus oídos.
-luego que, amigos mios, se mató la luz y los esclavos se
retiraron, creí no debía andar con rodeos con Sócrates y que debía decirle mi
pensamiento francamente. Le toqué y le dije: Sócrates, duermes?. No- respondió
él. Y bien ¿sabes lo que yo pienso?.
-¿Qué?. –Pienso –repliqué- que tú eres el único amante digno de mí, y se me
figura que no te atreves a descubrirme
tus sentimientos. (…) Ningún pensamiento me hostiga tanto como el
perfeccionarme todo lo posible, y no veo
ninguna persona cuyo auxilio pueda serme más útil que el tuyo. Rehusando algo a
un hombre como tú, temería mucho más ser criticado por los sabios que el serlo
por el vulgo y por los ignorantes, concediéndotelo todo.
-A este discurso me respondió con su ironía habitual: “Mi
querido Alcibíades, si lo que dices de mi es exacto; si, en efecto, tengo el
poder de hacerte mejor, en verdad no me pareces inhábil, y has descubierto en
mí una belleza maravillosa y muy superior a la tuya.
-Los ojos del espíritu no comienzan a hacerse previsores
hasta que los del cuerpo se debilitan, y tú no has llegado aún a ese caso.
-Después de este diálogo creí que el tiro que yo le había
dirigido había dado en el blanco. Sin darle tiempo para añadir una palabra, me
levanté envuelto en esta capa que me veís, porque era invierno, que me ingerí
debajo del gastado capote de este hombre, y abrazado a tan divino y maravilloso personaje pasé
junto a él la noche entera. En todo lo que llevo dicho, creo, Sócrates, que no
me desmentirás. Y bien, después de tales tentativas permaneció insensible y no
ha tenido más que desdén y desprecio para mi hermosura, y no ha hecho más que insultarla; y eso que
yo la suponía de algún mérito, amigos mios.
Si, sed jueces, de la insolencia de Sócrates; pongo por testigos a los
dioses y a las diosas; salí de su lado tal y como hubiera salido del lecho de
mi padre o mi hermano mayor.
--después nos encontramos juntos en la expedición contra
Potidea y fuimos compañeros de rancho. Allí veía a Sócrates sobresalir, no sólo
respecto a mí, sino respecto a todos los demás, por su paciencia para soportar
las fatigas. Si llegaban a faltar los víveres, cosa muy común en campaña,
Sócrates aguantaba el hambre y la sed con más valor que ninguno de nosotros. Si
estábamos en la abundancia, sabía gozar de ello mejor que nadie. Sin tener
gusto en la bebida, bebía más que los demás si se le estrechaba y os
sorprenderéis, si os digo que jamás le vio nadie ebrio.En aquel país el
invierno es muy riguroso, y la manera en que Sócrates resistía el frio es hasta
prodigiosa. En tiempos de heladas fuertes (…) él iba y venía con la misma capa
que acostumbraba a llevar y marchaba con los pies desnudos con más facilidad
que nosotros que estábamos descalzos.
-Una mañana vimos que estaba de pie, meditando sobre alguna
cosa. No encontrando lo que buscaba, no se movió del sitio y continúo
reflexionando en la misma actitud. Era ya medio día, y nuestros soldados lo
observaban, y se decían unos a otros que Sócrates estaba extasiado desde la
mañana. En fin, hacia la tarde, los soldados jonios, después de haber comido,
llevaron sus camas de campaña al paraje donde él se encontraba, para dormir al
fresco (porque era estío) y observar si pasaría la noche en la misma actitud. En
efecto, continuó en la misma actitud, hasta la llegada del sol. Entonces
dirigió a este astro su oración y se retiró.
-¿Quereis saber cómo se porta en los combates? En aquel
hecho de armas en que los estrategas me achacaron la gloria, él fue el que me
salvó la vida. Viéndome herido no quiso de ninguna manera dejarme sola y me
libró a mi y a mis compañeros de caer
manos del enemigos.(…) También debo hacer mención de la conducta que Sócrates
observó en la retirada de nuestro ejército, después de la derrota de Delio.
Aquí conocía a Sócrates mejor que en
Potidea, porque encontrándome a caballo, no tenía necesidad de ocuparme tanto
de mi seguridad personal. Como si estuviera en Atenas, Sócrates marchaba altivo
y con mirada desdeñosa, valiéndome de tu expresión, Aristófanes. (…) haciendo
ver desde lejos por su continente que no se le atacaría impunemente. De esta
manera se retiraron sanos y salvos él y su compañero, porque en la guerra no se
ataca ordinariamente al que muestra tales disposiciones, sino que se persigue
más bien a los que huyen a todo correr.
-Sus discursos se
parecen también perfectamente a los silenos cuando se abren. En efecto, a pesar
del deseo que se tiene por oir a Sócrates, lo que dice parece a primera vista
enteramente grotesco. Las expresiones con las que viste su pensamiento son
groseras, como la iel de un impudente sátiro. No os habla más que de asnos con
enjalma, de herreros, zapateros, zurradores y parece que dice siempre una misma
cosa en los mismos términos; de suerte que no hay ignorantes o necio que no
sienta la tentación de reir.
-Pero que se abran sus discursos, que se examine su
interior y se encontrará desde luego
que sólo ellos están llenos de sentido,
y en seguida que son verdaderamente divinos y que encierran las imágenes más
nobles de la virtud. En una palabra, todo cuanto debe tener a la vista el que
quiera hacerse un hombre de bien.
-a Carmides, Eutidemo y otros muchos a quienes también ha
engañado, figurando querer ser su amante, cuando ha desempeñado mas bien con
ellos el papel de la persona muy amada.
-el hombre insensato no se hace sabio sino a su costa.
-cuando abrió los ojos vio que unos convidados dormían y
otros se habían marchado. Sólo Agatón, Sócrates y Aristófanes estaban
despiertos y apuraban a la vez una gran copa.
-compendiosamente me dijo que Sócrates había precisado a
sus interlocutores a reconocer que el mismo hombre debe ser poeta trágico y
poeta cómico, y que cuando se sabe tratar la tragedia según la reglas del arte,
se debe saber igualmente tratar la comedia.(…) Sócrates viendo a sus compañeros
dormidos, se levantó y salió acompañado, como de costumbre, por Aristodemo; de
ahí se fue al Liceo, se bañó, y pasó el resto del día en sus ocupaciones
habituales, no entrando en su casa hasta la tarde para descansar.