jueves, 22 de diciembre de 2016

Mario Lacruz (La tarde)

-pavoneándome de madurez y fatiga  espiritual como suelen hacer los jóvenes

-un dragón en mi chaqueta

-pellizcos morales

-las personas se sonríen de si mismas, de los demás se ríen

-refugiarse de la violencia en los libros

-David escuchaba con la misma complacencia con la que se comprueba el normal funcionamiento de un miembro enfermo.

-solo pudo distinguir el extremo de un abrigo ondeante y un pie fugaz

-cuando sonreía nadie podía menos que quedarle agradecido

-Claudio Aquiles Reynals Trías ha sido krausista, dadaísta, monárquico, librepensador y socialista de cátedra.

-era un wagneriano furioso, como la mayoría de los catalanes que tenían un yate.

-las roderas que han  trazado los carruajes

-no lloré; estaba reflexionando

-aquella música me dejaba reducido a un simple molécula con facultades para oir y para ver que lo habían visto y oído centenares de generaciones en un solo instante de silencio.

-Pero no me ha sido posible restañar aquella herida que tenía debajo de las costillas. Ha seguido manando incesantemente y ha empapado todo cuanto he hecho, deseado o pensado; ella me ha proporcionado los instantes más dichosos y también los más amargos.

-las despedidas de las niñas eran efusivas y dilatorias

-el clasicismo es un camino hacia el silencio, pues prescinde de lo inútil

-si no pueden dispararse cañonazos, soltemos halcones, señora

-sostener altercados con los comerciantes

-poseía la virtud, propia de los espíritus eficaces, de adaptarse a cada situación y  gobernar sin presión ni exigencia.

-decía "amigos" con una crueldad estudiada

-Noo -dijo ella alargando la "o" con esa indiferencia con que envolvía en el misterio la cosa más inocente. Pero el misterio no tardaría en dejar de serlo.

-el señor Reynals dirigía blandas miradas a mamá.

- una de esas bellezas agradablemente marchitas

-El señor Lucas era un bribón sin atenuantes.

-sombreros complicados cuya contemplación me fascinaba

-las palabras encierran distintas emociones. Cada una de ellas es como una cajita que contiene la fórmula precisa para fabricar una emoción, si se consigue colocar en el lugar oportuno. Las palabras deben ocultarse siempre; con muchas palabras ocultas se produce una sola, la que nos hace llorar al cerrar el libro.

´-Grevielle era el único que usteaba al consejero del rey.

-solo sé que me está fatalmente vedado volver a oir las risas de Tina, Claudio y Agustín en el patio nevado.

-las copas de los árboles parecían cabezas de alfiler que sujetasen los bordes de las aceras

-el editor me dirigió una aplomada sonrisa afectuosa

-con esa intuición que permite a las mujeres quemar las premisas de cualquier silogismo

-estas borracheras unipersonales, tan inglesas, sin alboroto...

-yo no oponía más resistencia que la mínima que dicta la cortesía

-las imágenes de las dos mujeres se superponían, contrarrestándose.

-solo puedo recordar ahora la línea formada por su zapato y la raya irreprochable del pantalón

-todas las polémicas adolecen del defecto de designar con idéntica palabra conceptos distintos

-el silencio el último reducto desde el que es posible evitar la mezquindad y presentar una postura decorosa ante la estupidez

-insistencia alborozada

-la mentira mancha los labios de los niños con una señal indeleble.

-positivamente interminable

-risa de catedrático. Senil falta de ilación

-incapacidad masculina para descomponer en partes los elementos de la elegancia de una mujer.

-nueve honradas horas de oficina

-el pulso del cirujano puede estremecerse al sujetar un vaso de vino pero no al sujetar un bisturí.

-no le gustaba pelear por eso peleaba siempre

-sonido del viento similar al de un millar de pies que arrastrasen en la oscuridad

-expectaciòn que siente toda mujer por el poder

-sabemos con certeza que la posibilidad de lo imprevisto ya no puede introducirse en nuestra vida, y en ese momento comenzamos a envejecer.

-delatar mi ignorancia con torpes ruiditos

-reyertas familias: sobremesa del día de Navidad

-Todos cambian. Sólo yo seguía en el mismo lugar de siempre.

-Sentía una profunda nostalgia por todo lo que no ha sucedido en  mi vida, por todo lo que ha existido fugazmente.

-la vida fluye como una corriente impetuosa; los afanes y contrariedades de un momento nada cuentan en este alud incontenible.

-he cerrado los ojos en espera de que el minuto silencioso se produzca. En la mesa guardan las hojas de papel en blanco (...) los destinos individuales, el triunfo de los que parecían predestinados al fracaso, los altibajos de la fortuna y afecto, los éxitos que alguna vez pudieron parecerme envidiables, el paso de una generación...Nada importa. Los caminos de la tarde se abren ante mi, ofreciéndome sus infinitos horizontes plácidos, y convergen en el papel desierto, sugestivamente silencioso.
El papel..