jueves, 9 de agosto de 2018

Spinoza (Etica en modo geometrico)

-este hombre ebrio de Dios, deposita una mosca en la tela de araña y contempla sonriente el necesario desenlace; rechaza ofertas de dinero y honrosos cargos académicos; es minucioso pulidor de lentes; envia a prisión a un deudor; no puede evitar sonreir cuando rezan en su presencia; apacible fumador de pipa; el que dice que en la naturaleza no hay bien ni mal; menosprecio al vulgo; es tísico; fue rechazado por la hija de un profesor de matemáticas; habla serenamente de las pasiones como si se tratara de lineas, superficies y cuerpos

-irritarse contra la realidad carece de sentido

-martirologia de la razón

-discípulo de Saul Levi Morteira, maestro aggiornato

-amigo del pensador Lodewijk Meyer, que prologará sus Principios de filosofía cartesiana

-su radicalidad: crítica de la idea misma de Dios

-Juan de Prado, marrano andaluz, estudiante en Salamanca y graduado en Toledo, doctor en medicina, criptojudeizante, emigra a Holanda y se convierte oficialmente al judaismo y toma el nombre de Daniel.

-Juan de Prado y Spinoza son excluidos de la comunidad judia.

-Spinoza se pasó la vida hablando de Dios pero ese Dios no es el Dios del lenguaje ordinario.

-la ideas inadecuadas y confusas se siguen unas de otras con la misma necesidad que las ideas adecuadas, es decir, claras y distintas

-el deseo es la esencia misma del hombre, no la razón

-el democratismo espinosianao tiene muy poco halago al vulgo, la beatitudo espinosista no tiene que ver con la felicidad hedonista. "Todo lo que es excelso es tan difícil como raro", así termino la Etica.

-si se lee la Etica como lo que es: un desesperado poema elegiaco (Unamuno). Tras la serenidad ordine geometrico de quien afecta contemplar las cosas sub quadam specie aeternitatis, se debate contra el terror de la finitud.

-una demostración no es un consuelo definitivo: de ahí que la Etica sea una obra trágica.

-Etica como consolatio philosophiae.  Sigue siendo un hogar al que los hombres han venido, vienen y  vendrán en busca del rudo aliento de un pensamiento honrado, perfectamente sereno y apaciguador. (G. Friedmann)

-La única introducción posible a la Etica sería, de algún modo, una invitación a su lectura atenta. (Deleuze)

-la forma de la Etica tomada de la Geometria de Euclides. Búsqueda de la representación más rigurosa de la verdad.

-se ha dicho que en los Escolios están las declaraciones más características del espinosismo.

-como si el orden geometrico pretendiera una fingida asepsia que ocultase hipocritamente la penetrante infección del contenido.

-esa forma aséptica no impidió que ya en el Diccionario de Bayle fuese interpretado Spinoza como ateo.

-Spinoza escoge la forma geometrica porque se trata del prototipo de una forma racional: una construcción de conceptos según un orden rigurosamente demostrativo. La forma  matemática más rigurosa aplicada a lo más alto, a la metafísica.

-la falsedad consiste en afirmar algo no contenido en el concepto de una cosa.

-el juego de escondite entre Definiciones y realidades, entre premisas y consecuencias no es incoherencia ni sandez, es la vida misma de la materia.

-la ironía profunda de Espinosa consistiría en esto:  en que era aún más que un ilustrado racionalista más  o menos revestido de una embriaguez divina, porque la ilusión de la deidad, no eran en él sustituida siquiera por la ilusión de la Realidad Racional.

-es un reconocimiento de las pasiones y de que el deseo es al esencia del hombre, del que arranca el conocer. Espinosa describe las pasiones con un distanciamiento que no es la menor de las contribuciones a la grandeza de su estilo literario.

-tropezamos con Proposiciones chocantes: "la humildad no es una virtud" "el que se arrepiente es dos veces miserable"

-la beatitudo, que es una negación de la esperanza escatológica,  muestra su estatura ética frente a todo consuelo para uso del vulgo.

-en forma mística, remata Espinosa su Ética con el amor intelectual de Dios; pero esa ascensión en el camino de la perfección  no tiene nada de subida al monte Carmelo. Ese Dios al que se ama no puede amarnos; conocerlo no es fundirnos en el regazo que nos ofrece la vida supraterrena o la cancelación de toda alienación, sino permanecer muy consciente de si y de las cosas, sabiendo que la salvación no está en otro mundo, sino en éste.

-la felicidad no es el premio de la virtud, sino la virtud misma.

-ducunt fata volentem, nolentem trahunt(el destino conduce a quien se somete y arrastra a quien se se resiste) Kant

1ºPARTE:  DE DIOS

-Definiciones:

-Causa de sí: entiendo aquello cuya esencia implica la existencia,  o lo que es lo mismo: aquello cuya naturaleza sólo puede concebirse como existente

-Finita en su género:  aquella cosa que puede ser limitada por otra de su misma naturaleza. Por ejemplo, se dice que es finito un cuerpo porque concebimos siempre otro mayor. De igual modo, un pensamiento es limitado por otro pensamiento. Pero un cuerpo no es limitado por un pensamientso, ni un pensamiento por un cuerpo.

-Substancia: entiendo aquello que es en sí y se concibe por sí, esto es, aquello cuyo concepto para formarse no precisa del concepto de otra cosa.

-Atributo: entiendo aquello que el entendimiento percibe de una substancia como constitutivo de la esencia de la misma.

-Modo: entiendo las afecciones de una substancia, o sea, aquello que es en otra cosa, por medio de la cual es concebido.

-Dios: ser absolutamente infinito, esto es, una substancia que consta de infinitos atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita.

-Libre: se llama así aquella cosa que existe en virtud de la sola necesidad de su naturaleza y es determinada por sí sola a obrar

-Necesaria:  o compelida, es lo determinado por otra cosa a existir y operar, de cierta y determinada manera.

-Eternidad: es la existencia misma, en cuanto se la concibe como siguiéndose necesariamente de la sola definición de una cosa eterna.

-Axiomas:

1-todo lo que es, o es en sí, o en otra cosa

2-lo que puede concebirse por otra cosa, debe concebirse por sí

3-de una causa se sigue necesariamente un efecto; y sin causa no hay efecto

4-el conocimiento del efecto depende del conocimiento de la causa y lo implica

5-dos cosas que no tienen nada en común una con otra, el concepto de una no implica el concepto de la otra

6-una idea verdadera debe ser conforme a lo ideado por ella

7-la esencia de todo lo que puede concebirse como no existente no implica existencia.

Proposiciones:

-una substancia es anterior, por naturaleza, a sus afecciones

-dos sustancias que tienen atributos distintos no tienen nada en común entre sí

-una cosa no puede ser causa de otra, si entre sí nada tienen en común



-dos o más cosas distintas se distinguen entre si, o por la diversidad de los atributos de las substancias o por la diversidad de las afecciones de las mismas.

-una substancia no puede ser producida por otra substancia

-a la naturaleza de una substancia pertenece el existir

-toda substancia es necesariamente infinita.

-cuanta más realidad o ser tiene una cosa, tantos más atributos le competen

-cada atributo de una misma substancia debe concebirse por si

-escolio: lo que pronto se hace, pronto perece

-la perfección de una cosa no impide la existencia, sino que, al contrario, la pone.en tanto que la imperfección, por contra, la quita.

-una substancia infinita es indivisible

-no puede darse ni concebirse substancia alguna excepto Dios.

-Corolario: la cosa extensa y la cosa pensante o bien son atributos de Dios o bien afecciones de los atributos de Dios,

-Todo cuanto es, es en Dios, y sin Dios nada puede ser ni concebirse.

-en la naturaleza no hay vacío.

-Dios obra en virtud de las solas leyes de su naturaleza y no forzado por nadie.

-escolio: ni el entendimiento ni la voluntad pertenecen a la naturaleza de Dios.

-esencia formal: concepto o idea de una realidad/ esencia objetiva: la realidad misma

-nuestro entendimiento y el de Dios sólo concuerdan en al nombre; no de otra manera concuerdan entre sí el Can, signo celeste, y el can, animal labrador.

-Dios es causa inmanente pero no transitiva de todas las cosas.

-la esencia de Dios y su existencia son uno y lo mismo.

-la esencia de las cosas producidas por Dios no implica la existencia

-Dios no es sólo causa eficiente de la existencia de las cosas, sino también de su esencia.
-(Corolario: las cosas particulares no son sino afecciones de los atributos de Dios, o sea, modos por los cuales los atributos de Dios se expresan de cierta y determinada manera.)

-en la naturaleza no hay nada contingente, sino que todo está determinado a existir y obrar de cierta manera.

-(Escolio:
 Naturaleza naturante es lo que es en si y se concibe por sí, o sea, los atributos de la substancia que expresan una esencia eterna e infinita, esto es, Dios.
Naturaleza naturada es aquello que se sigue de la necesidad de la naturaleza de Dios, o sea, de cada uno de los atributos Dios, esto es, todos  los modos de los atributos de Dios., y que sin Él, no pueden concebirse.)

-el entendimiento en acto, sea finito o infinito, así como la voluntad, el deseo, el amor...deben ser referidos a la Naturaleza naturada, no a la naturante.

-las cosas no han podido ser producidas por Dios de ninguna otra manera y en ningún otro orden que como lo han sido.

-(Escolio: confieso que la opinión que somete todas las cosas a una cierta voluntad divina indiferente, y que sostiene que todo depende de su capricho, me parece alejarse menos de la verdad que la de aquellos que sostienen que Dios actúa en todo con la mira puesta en el bien, pues estos últimos parecen establecer fuera de Dios algo que no depende de Dios y a lo cual Dios somete su obrar.

-la potencia de Dios es su misma esencia.

-nada existe de cuya naturaleza no se siga algún efecto

>APÉNDICE:

-todos los prejuicios que intento indicar aquí dependen de uno solo, a saber: el hecho de que los hombres supongan, comúnmente, que todas las cosas de la naturaleza actúan, al igual que ellos mismos, por razón de un fin.

-los hombres se creen libres puesto que son conscientes de sus voliciones y de su apetito, y ni soñando piensan en las causas que les disponen a apetecer y querer, porque las ignoran. Se sigue de ahí que los hombres actúan siempre con vistas a un fin, a saber: con vistas a la utilidad que apetecen, de la que resulta que sólo anhelan siempre saber las causas finales de las cosas

-hace que consideren todas las coas de la naturaleza como si fuesen medios para conseguir lo que les es útil.  Y puesto que saben que esos medios han sido encontrados, pero no organizados por ellos, han tenido así un motivo para creer que hay algún otro que ha organizado dichos medios con vistas a que ellos lo usen.

-pues una vez que se han considerado las cosas como medios, no han podido  creer que se hayan hecho a sí mismas, sino que han tenido que concluir, basándose en el hecho de que ellos mismos suelen servirse de medios, que hay algún o algunos rectores de la naturaleza, provistos de libertad humana, que les han proporcionado todo y han hecho todas las cosas para que ellos las usen.

-en medio de tales ventajas no han podido dejar de hallar muchas desventajas, como tempestades, terremotos, enfermedades, etc.; entonces han afirmado que ello ocurría porque los dioses estaban airados a causa de los errores cometidos en el culto.

-la Matemática, que versa no sobre los fines, sino sólo sobre las esencias y propiedades de las figuras, no hubiese mostrado a los hombres otra norma de verdad

-para mostrar ahora que la naturaleza no tiene fin alguno prefijado, y que todas las causas finales son, sencillamente,  ficciones humanas, no harán falta muchas palabras.

-Dios, ese asilo de la ignorancia

-puesto que las cosas que más nos agradan son las que podemos imaginar facilmente, los hombres prefieren, por ello, el orden a la confusión, como si, en la naturaleza, el orden fuese algo independiente de nuestra imaginación

-no hay menos desacuerdos entre cerebros que entre paladares.


-pues si las entendiesen -y de ello es testigo la Matemática-, al menos las cosas serían igualmente convincentes para todos, ya que no igualmente atractivas.

-la perfección de las cosas debe estimarse por su sola naturaleza y potencia, y no son más o menos perfectas porque deleiten u ofendan los sentidos de los hombres, ni porque convengan o repugnen a la naturaleza humana.

-2ª PARTE: DE LA NATURALEZA Y ORIGEN DEL ALMA

-Definiciones:
-cuerpo es un modo que expresa de cierta y determinada manera la esencia de Dios, en cuanto se la considera como cosa extensa.

-pertenece a la esencia de una cosa aquello dado lo cual la cosa necesariamente dada, y quitado lo cual la cosa necesariamente no se da. O de otro modo: aquello sin lo cual la cosa no puede ser ni concebirse

-idea es un concepto del alma, que el alma forma por ser una cosa pensante. (el concepto -frente a la percepción-  expresa una acción del alma)

-idea adecuada: es una idea que considerada en sí misma, sin relación al objeto, posee todas las propiedades intrínsecas de una idea verdadera.

-duración: es una continuación indefinida de la existencia

-realidad:  entiendo lo mismo que por perfección.

-cosas singulares: las cosas que son finitas y tienen una existencia limitada; si varios individuos cooperan a una sola acción de tal manera que todos sean a la vez causa de un solo efecto, los considero a todos ellos como una sola cosa singular

-Axiomas:

1-la esencia del hombre no implica la existencia necesaria, esto es: en virtud del orden de la naturaleza, tanto puede ocurrir que este o aquel hombre exista como que no exista.

2-el hombre piensa

3-los modos de pensar, como el amor, el deseo o cualquier otro de los que son denominados "afectos del ánimo", no se dan si  no se da en el mismo individuo la idea de la cosa amada, deseada, etc. Pero puede darse una idea sin que se dé ningún otro modo de pensar.


-hay en Dios necesariamente una idea, tanto de su esencia, como de todo lo que se sigue necesariamente de esa esencia.
-(Escolio: el vulgo entiende por potencia de Dios una voluntad libre y un derecho sobre las cosas que existen, y que son, por ello, comúnmente consideradas contingentes. Dicen, en efecto, que Dios tiene la potestad de destruirlo todo y reducirlo a la nada. Y comparan, además, muy frecuentemente la potencia de Dios con la de los reyes.
Esa potencia que el  vulgo se imagina haber en Dios no sólo es humana -lo que muestra que Dios es concebido por el vulgo como un hombre, o a semejanza de un hombre-, sino que implica, además impotencia.
Pues nadie podrá percibir rectamente lo que pretendo, a no ser que se guarde muy bien de confundir la potencia de Dios con la humana potencia, o derecho, de los reyes.)

-la idea de Dios sólo puede ser única.

-el ser formal de las ideas reconoce como causa a Dios, en cuanto a éste se le considera sólo como cosa pensante.

-el orden y conexión de las ideas es el mismo que el orden y conexión de las cosas. De ahí se sigue que la potencia del pensar de Dios es igual a su potencia actual de obrar.
El orden de los modos de Extensión es el mismo que el orden de los modos del Pensamiento.



-las ideas de las cosas singulares -o sea, de los modos- no existentes deben estar comprendidas en la idea infinita de Dios, tal como las esencias formales de las cosas singulares, o sea, de los modos,  están contenidas en los atributos de Dios.

-(Escolio: si, en orden a una mas amplia explicación de este punto, alguien desease un ejemplo, ninguno podré darle que explique adecuadamente la cuestión de que hablo aquí.)

-a la esencia del hombre no pertenece el ser de la substancia o sea, no es una substancia lo que constituye la forma del hombre.

- (corolario: de aquí se sigue que la esencia del hombre está constituida por ciertas modificaciones de los atributos de Dios)

-lo primero que constituye el ser actual del alma humana no es más que la idea de una cosa singular existente en acto.

-(escolio: aquí, sin duda, los lectores quedarán perplejos, y les vendrán a las mientes muchas cuestiones dificultosas; por tal motivo, les ruego que avancen conmigo paso a paso y que no se pronuncien sobre esto hasta que no terminen de leerlo todo)


-si el objeto de la idea que constituye el alma humana es un cuerpo, nada podrá acaecer en ese cuerpo que no sea percibido por el alma.

-el objeto de la idea que constituye el alma humana es un cuerpo, o sea, cierto modo de la Extensión existente en acto, y no otra cosa.

-Axiomas:

1-todo cuerpo no se mueve o está en reposo.

2-cada cuerpo se mueve ya más lentamente, ya más rápidamente.

lema I-los cuerpos se distinguen entre sí en razón del movimiento y el reposo, de la rapidez y la lentitud, y no en razón de la substancia.

lema II-todo los cuerpos convienen en ciertas cosas

lema III- un cuerpo en movimiento o en reposo ha debido ser determinado al movimiento o al reposo por otro cuerpo.

Corolario: un cuerpo en movimiento se mueve hasta que otro cuerpo lo determina al reposo, y viceversa.

-Axiomas:

1-todas las maneras en las que un cuerpo es afectado por otro se siguen de  la naturaleza del cuerpo afectado, y, a la vez, de la naturaleza del cuerpo que afecta

2-cuando un cuerpo en movimiento choca contra otro en reposo al que no puede mover, es reflejado de modo que sigue moviéndose.

3- llamaré duros a los cuerpos cuyas partes se aplican unas a otras por medio de superficies grandes; y blandos, en cambio, a aquellos cuyas partes se aplican mediante superficies pequeñas; y fluidos, por último, a aquellos cuyas partes se mueven unas entre otras.

-Definición:

-cuando unos cuerpos se comunican entre sí según una cierta relación, diremos que esos cuerpos están unidos entre sí y que todos juntos componen un solo cuerpo, o sea, un individuo que se distingue de los demás por medio de dicho unión de cuerpos.

-lema IV- si de un cuerpo compuesto de varios cuerpos se separan ciertos cuerpos y a la vez otros tanto de la misma naturaleza ocupan el lugar de aquellos, ese individuo conservará su naturaleza tal y como era antes.

-lema V-  si las partes componentes de un individuo se vuelven mayores o menores, en proporción  tsal que conserven entre si, como antes, la misma relación de reposo y movimiento, ese individuo conservará igualmente su naturaleza tal como era antes, sin cambio alguno de forma

-Escolio: por lo dicho, vemos cómo un individuo compuesto puede ser afectado de muchas maneras, conservando, no obstante, su naturaleza.
Toda la naturaleza es un sólo individuo, cuyas partes -esto es, todos los cuerpos- varían de infinitas maneras, sin cambio alguno del individuo total.

-Postulados:

1-el cuerpo humano se compone de muchísimos individuos de diversa naturaleza, cada uno de los cuales es compuesto

2-estos individuos que componen el cuerpo humano puede ser fluidos, blandos y duros.

3-estos individuos son afectados de muchísimas maneras por los cuerpos exteriores.

4-el cuerpo humano necesita, para conservarse, de muchísimos otros cuerpos, y es como si éstos lo regenerasen continuamente.

5-el cuerpo humano puede mover y disponer los cuerpos exteriores de muchísimas maneras

-cuando el alma humana considera los cuerpos exteriores por obra de las ideas de las afecciones de su propio cuerpo, decimos entonces que “imagina”.

-las ideas de las afecciones del cuerpo humano no son claras y distintas, sino confusas.

-el alma humana cuantas veces percibe las cosas según el orden común de la naturaleza, no tiene un conocimiento adecuado ni de sí misma ni de su cuerpo ni de los cuerpos exteriores, sino tan sólo un conocimiento confuso y mutilado. Pues el alma no se conoce a sí misma sino en cuanto percibe las ideas de las afecciones del cuerpo.

-acerca de la duración de nuestro cuerpo no podemos tener sino un conocimiento muy inadecuado.

-la falsedad consiste en la privación de conocimiento, implícita en las ideas inadecuadas, o sea, confusas y mutiladas.

-las ideas inadecuadas y confusas se siguen unas de otras con la misma necesidad que las ideas adecuadas, es decir, claras y distintas.

-aquello que es común a todas las cosas y que está igualmente en la parte y en el todo, no constituye la esencia de ninguna cosa singular.

-aquello que es común a todas las cosas y que está igualmente en la parte y en el todo, no puede ser concebido sino adecuadamente.


-formamos nociones universales: 1) a partir de cosas singulares, 2) a partir de signos 3) a partir del hecho de que tenemos nociones comunes e ideas adecuadas de las propiedades de las cosas y a este modo de conocer lo llamaré Razón
A los dos primeros son conocimientos de primer género o opinión o imaginación; al tercero le llamamos conocimiento de segundo género.
Hay un tercer género al que llamaremos Ciencia Intuitiva.

-el conocimiento del primer género es la única causa de la falsedad; en cambio, el segundo y el tercero es verdadero necesariamente.

-el conocimiento de segundo y tercer género, y no el del primero, nos enseña a distinguir lo verdadero de lo falso.

-nadie puede dudar a no ser que piense que una idea es algo mudo como una pintura en un lienzo, y no un modo del pensar, a saber, el hecho mismo de entender
(Nota de  V.Peña: tener ideas lejos de ser pinturas mudas, las ideas hablan a alguien, promueven un afecto. Se trata de la dimensión noética (no ya noemática) del Pensamiento. La verdad es impersonal; la evidencia no puede serlo.)

-no es propio de la naturaleza de la razón considerar las cosas como contingentes sino como necesarias.

(Corolario: sólo depende de la imaginación el que consideremos las cosas como contingentes tanto respecto del pasado como del futuro.

-supongamos que un niño que haya visto ayer por la mañana por primera vez a Pedro; al mediodía a Pablo; por la tarde a Simeón; y hoy de nuevo a Pedro…imaginará el dia entero viendo por la mañana a Pedro, a mediodía a Pablo y a Simeón por la tarde. Si hay alteración del orden o confluencias, la imaginación las hará funciona como objetos contingentes. El futuro no será cierto sino contingente.


-es propio de la razón percibir las cosas desde una cierta perspectiva de eternidad.

-la voluntad y el entendimiento son uno y lo mismo (Corolario)


-la falsedad consiste sólo en una privación, implícita en las ideas mutiladas y confusas. Por eso una idea falsa, en cuanto que es falsa, no implica certidumbre. Así pues, cuando decimos que un hombre da aquiescencia a lo falso y no duda en ello, no por eso decimos que posee certeza, sino tan sólo que no duda o que da aquiescencia a lo falso.

-la idea no consiste en palabras ni en la imagen de alguna cosa. Pues la esencia de las palabras y de las imágenes está constituida por los solos movimientos corpóreos.

-acontece que también en los sueños suspendemos el juicio.

-¿acaso tal hombre no debe ser estimado más bien como un asno que como un hombre? Respondo que no lo sé, como tampoco lo sé cómo ha de ser estimado el que se ahorca, o cómo han de ser estimados los niños, los necios, los locos,etc.

- esta doctrina es útil para la vida social, en cuanto enseña a uno odiar ni despreciar a nadie, a no burlarse de nadie ni encolerizarse contra nadie, a no envidiar a nadie. Además es útil en cuanto enseña a cada uno a contentarse con lo suyo y a auxiliar al prójimo, no por mujeril misericordia, ni por parcialidad o superstición, sino sólo por la guía de la razón


3ª parte, DEL ORIGEN Y NATURALEZA DE LOS AFECTOS.

--la mayor parte de los que han escrito acerca de los afectos y la conducta humana, parecen tratar no de cosas naturales que siguen las leyes ordinarias de la naturaleza, sino de cosas que están fuera de ella. Más aún: parece que conciben al hombre, dentro de la naturaleza, como un imperio dentro de otro imperio. Pues creen que el hombre perturba, más bien que sigue, el orden de la naturaleza que tiene una absoluta potencia sobre sus acciones y que sólo es determinado por sí mismo. Y se tiene por divino a quien sabe denigrar con mayor elocuencia o sutileza la impotencia del alma humana.

-nadie, que yo sepa, ha determinado la naturaleza y la fuerza de los afectos ni lo que puede el alma, por su parte, para moderarlos.

-quiero volver a los que prefieren, tocante a los afectos y actos humanos, detestarlos y ridiculizarlos más bien que en comprenderlos. A ésos, sin duda, les parecerá chocante que yo aborde la cuestión de los vicios y sinrazones humanas al modo de la geometría, y pretenda, siguiendo un razonamiento cierto, lo que ellos proclaman que repugna a la razón, y que es vano, absurdo y digno de horror.

-mis razones para proceder así: nada ocurre en la naturaleza que pueda atribuirse a vicio de ella; la naturaleza es siempre la misma, y es siempre la misma en todas partes su eficacia y potencia de obrar.

-consideraré los actos y apetitos humanos como si fuese cuestión de líneas, superficies o cuerpos.

-DEFINICIONES

-Llamo causa adecuada aquella cuyo efecto puede ser percibido clara y distintamente en virtud de ella misma.
Causa inadecuada o parcial, aquella cuyo efecto no puede entenderse por ella sola.

-Digo obramos cuando ocurre algo, en nosotros o fuera de nosotros, de lo cual somos  causa adecuada.
Decimos que padecemos cuando en nosotros ocurre algo, o de nuestra naturaleza se sigue algo, de lo que no somos sino causa parcial o inadecuada.

-Por afectos entiendo las afecciones del cuerpo, por las que aumenta o disminuye, es favorecida o perjudicada, la potencia de obrar de ese mismo cuerpo, y entiendo, al mismo tiempo, las ideas de esas afecciones.
Así pues, si podemos ser causa adecuada de alguna de esas afecciones, entonces entiendo por afecto una acción; en los otros casos, una pasión

>POSTULADOS

-el cuerpo humano puede ser afectado de muchas maneras, por las que su potencia de obrar aumenta o disminuye, y también de otras maneras, que no hacen mayor ni menor esa potencia de obrar

-nuestra alma obra ciertas cosas, pero padece ciertas otras; a saber: en cuanto que tiene ideas adecuadas, entonces necesariamente obra ciertas cosas; y en cuanto que tiene ideas inadecuadas, entonces padece necesariamente ciertas otras.

-Corolario: el alma está sujeta a tanta más pasiones cuantas más ideas inadecuadas tiene y por contra, obra tantas más cosas cuantas más ideas adecuadas tiene.

-así el niño cree que apetece libremente la leche, el muchacho irritado, que quiere libremente venganza, y  el tímido, la fuga. También el ebrio cree decir por libre elección de su alma lo que sobrio, quisiera haber callado, y asímismo el que delira, la charlatana, el niño...

-los hombres creen ser libres sólo a causa de que son conscientes de sus acciones, e ignorantes de las causas que las determinan, y además, porque las decisiones del alma no son otra cosa que los apetitos mismos.

-debe necesariamente concederse que esa decisión del alma que se cree ser libre, no se distingue de la imaginación o del recuerdo mismo (...) quienes creen que hablan o callan o hacen cualquier cosa, por libre decisión del alma, sueñan, con los años abiertos.

-ninguna cosa puede ser destruida sino por una causa exterior. (?)

-las cosas son de naturaleza contraria, es decir, no pueden darse en el mismo sujeto, en la medida en que una de ellas puede destruir a la otra.

-cada cosa se esfuerza, en cuanto está a su alcance, por perseverar en su ser.

-el esfuerzo con que cada cosa intenta perseverar en su ser no es nada distinto de la esencia actual de la cosa misma.

-el esfuerzo con que cada cosa intenta perseverar en su ser no implica tiempo alguno finito, sino indefinido.

-el alma, ya cuando tiene ideas claras y distintas, ya en cuanto las tiene confusas, se esfuerza por perseverar con una duración indefinidad, y es consciente de este esfuerzo suyo.

-voluntad: es ese esfuerzo cuando se refiere a la sola

-apetito:  cuando ese esfuerzo se refiere al alma y al cuerpo

-deseo: es el apetito consciente de sí mismo, y no es otra cosa que la esencia misma del hombre.

-no intentamos, queremos, apetecemos ni deseamos algo porque lo juzguemos bueno, sino que, al contrario, que algo es bueno porque lo intentamos, queremos, apetecemos y deseamos.

-la idea de todo cuanto aumenta o disminuye, favorece o reprime la potencia del obrar de nuestro cuerpo, a su vez aumenta o disminuye, favorece o reprime, la potencia del pensar de nuestra alma.

-alegría: una pasión por la que el alma pasa a una mayor perfección.

-tristeza: una pasión por la que el alma pasa a una menor perfección.

-placer o regocijo: afecto de la alegría referido a la vez al cuerpo y al alma

-dolor o melancolía: afecto de la tristeza

-deseo: apetito acompañado de la conciencia del mismo

-fuera de estos tres (deseo, alegría, tristeza) no conozco ningún otro afecto primario.

- se priva al alma de su existencia presente y su potencia de imaginar, tan pronto como el alma deja de afirmar la existencia presente del cuerpo.

-el alma se esfuerza, cuanto puede, en imaginar las cosas que aumentan o favorecen la potencia de obrar del cuerpo.

-cuando el alma imagina aquellas cosas que disminuyen o reprimen la potencia de obrar del cuerpo, se esfuerza cuanto puede por acordarse  de otras que excluyan la existencia de aquéllas.

-Corolario: el alma tiene aversión a imaginar lo que disminuye o reprime su potencia y la del cuerpo.

-Escolio:
Amor: no es sino la alegría, acompañada por la idea de una causa exterior
Odio: no es sino la tristeza acompañada por la idea de una causa exterior.


El que ama se esfuerza  por tener presente y conservar la cosa que ama; el que odia se esfuerza por apartar y destruir la cosa que odia.

-si el alma ha sido afectada una vez por dos afectos al mismo tiempo, cuando más tarde sea afectada por uno de ellos, también será afectada por el otro.

- se priva al alma de su existencia presente y su potencia de imaginar, tan pronto como el alma deja de afirmar la existencia presente del cuerpo.

-el alma se esfuerza, cuanto puede, en imaginar las cosas que aumentan o favorecen la potencia de obrar del cuerpo.

-cuando el alma imagina aquellas cosas que disminuyen o reprimen la potencia de obrar del cuerpo, se esfuerza cuanto puede por acordarse  de otras que excluyan la existencia de aquéllas.

-Corolario: el alma tiene aversión a imaginar lo que disminuye o reprime su potencia y la del cuerpo.

-Escolio:
Amor: no es sino la alegría, acompañada por la idea de una causa exterior
Odio: no es sino la tristeza acompañada por la idea de una causa exterior.


El que ama se esfuerza  por tener presente y conservar la cosa que ama; el que odia se esfuerza por apartar y destruir la cosa que odia.

-cualquier cosa puede ser por accidente causa de alegria, tristeza o deseo. (Proposición XV)

-si el alma ha sido sido afectada una vez por dos afectos al mismo tiempo, cuando más tarde sea afectada por uno de ellos, también será afectada por el otro.


Corolario: en virtud del solo hecho de haber considerado una cosa con alegría o tristeza, de las que esa cosa no es causa eficiente, podemos amarla u odiarla.

-Escolio: por ello entendemos cómo puede ocurrir que amemos u odiemos ciertas cosas sin que conozcamos la causa de ello, sino sólo (como dicen) por simpatía o antipatía. Y con esto tienen que ver también esos objetos que nos afectan de alegría o de tristeza por el solo hecho de ser semejantes en algo a otros que suelen afectarnos así, como mostraré en la Proposición siguiente. Ya sé que los autores que introdujeron por primera vez esos nombres de antipatia o simpatía quisieron significar con ellos ciertas cualidades ocultas de las cosas; con todo, creo que podemos entenderlos como significando cualidades notorias o manifiestas.

-Proposición XVI:  en virtud del solo hecho de imaginar que una cosa es semejante en algo a un objeto que suele afectar al alma de alegría o de tristeza, aunque eso en que se asemejan no sea causa eficiente de tales afectos, amaremos u odiaremos esa cosa.

-Proposición XVII:si imaginamos que una cosa que suele afectarnos de tristeza se asemeja en algo a otra que suele afectarnos, con igual intensidad, de alegría, la odiaremos y amaremos a la vez.

-Escolio: esa disposición del alma, que brota de dos afectos contrarios, se llama fluctuación del ánimo; y es por ende respecto de la afección, lo que es la duda respecto a la imaginación.

-el hombre es afectado por la imagen de una cosa pretérita o futura con el mismo afecto de alegría o de tristeza que por la imagen de una cosa presente

--esperanza: una alegría inconstante, surgida de la imagen de una cosa futura o pretérita, de cuya realización dudamos.

-miedo: tristeza inconstante, surgida de la imagen de una cosa dudosa

-seguridad: esperanza sin duda

-desesperación: miedo sin duda

-satisfacción (gaudium): alegría surgida de la imagen de una cosa pretérita de cuya realización hemos dudado
-insatisfacción (morsus conscientiae): tristeza surgida de la imagen de una cosa pretérita de cuya realización hemos dudado

-Quien imagina que se destruye lo que ama, se entristecerá, pero si imagina que se conserva, se alegrará.

-quien imagina que se destruye aquello que odia, se alegrará.

-quien imagina lo que ama afectado de alegría o tristeza, también será afectado de alegría o tristeza, y ambos afectos serán mayores o menores en el amante, según lo sean en la cosa amada.

-si imaginamos que alguien afecta de alegría a la cosa que amamos, seremos afectados de amor hacia él. Si, por el contrario, imaginamos que la afecta de tristeza, seremos afectados de odio hacia él

-escolio:

-Conmiseración: tristeza surgida del daño de otro

-Aprobación: amor hacia aquel que ha hecho bien a otro

-Indignación: odio hacia aquel que ha hecho mal a otro.



-quien imagina lo que odia afectado de tristeza, se alegrará; si, por el contrario, lo imagina afectado de alegría, se entristecerá; y ambos afectos serán mayores o menores, según lo sean sus contrarios en la cosa odiada.

-si imaginamos que alguien afecta de alegría a una cosa que odiamos, seremos afectados también de odio hacia él. Si, por el contrario, imaginamos que afecta a esa cosa de tristeza, seremos afectados de amor hacia él.

-estos afectos de odio se resumen en la envidia.

-envidia: no es sino el odio mismo, en cuanto considerado como disponiendo al hombre a gozarse del mal de otro y a entristecerse con su bien.

-Nos esforzamos en afirmar en nosotros y de la cosa amada todo aquello que imaginamos nos afecta o la afecta de alegría, y en negar todo lo que le afecta de tristeza.

-fácilmente acontece que el hombre estime a sí mismo y estime la cosa que ama en más de lo justo y, al contrario, en menos de lo justo de lo justo la cosa que odia.

-soberbia: imaginación que concierne al hombre que se estima a sí mismo en más de lo justo. Es una especie de delirio.

-sobreestimación: alegría que surge del hecho de que un hombre estime a otro en más de lo justo.

-menosprecio: estimar menos de lo justo

-Por el hecho de imaginar que experimenta algún afecto una cosa semejante a nosotros, y sobre la cual no hemos proyectado afecto alguno, experimentamos un afecto semejante.

-Conmiseración: esta imitación de afectos (e.d. podría pasarme a mi) cuando se refiere a la tristeza

-Emulación:  el deseo de alguna cosa, engendrado en nosotros en virtud del hecho de imaginar que otros, semejantes a nosotros, tienen el mismo deseo.

-Corolario: no podemos odiar una cosa que nos mueve a conmiseración, pues su miseria nos afecta de tristeza.

-Escolio:
benevolencia: esta voluntad o apetito de hacer el bien, que surge de nuestra conmiseración hacia la cosa a la que queremos beneficiar; deseo pues surgido de la conmiseración

-nos esforzamos en promover que suceda todo aquello que imaginamos conduce a la alegría, pero nos esforzamos en apartar o destruir todo lo que imaginamos que la repugna o sea, que conduce a la tristeza.

-nos esforzamos por hacer todo aquello que imaginamos que los hombres (sobre quienes no hemos proyectado afecto alguno) miran con alegría, y al contrario, detestaremos hacer aquello que imaginamos que las gentes aborrecen.

-ambición: esfuerzo por hacer algo (u omitirlo) para complacer a las gentes., sobre todo cuando nos esforzamos por agradar al vulgo con tal celo que hacemos u omitimos ciertas cosas en daño nuestro o ajeno.

-humanidad: esfuerzo por hacer algo (u omitirlo) para complacer a las gentes.,

-alabanza: es la alegría con que imaginamos la acción con la que otro se ha esforzado en deleitarnos

-vituperio: la tristeza con que aborrecemos la acción de otro

-si alguien ha hecho algo que imagina afecta a los demás de alegría, será afectado de una alegría, acompañada de la idea de sí mismo como causa, o sea, se considerará a sí mismo con alegría

-gloria: alegría acompañada de la idea de una causa exterior

-vergüenza:  tristeza acompañada de una idea de causa exterior.

-contento de sí mismo:alegría acompañada de la idea de una causa interior

-arrepentimiento: tristeza acompañada de la idea de una causa interior.

-Si imaginamos que alguien ama o desea  u odia algo que nosotros mismos amamos, deseamos u odiamos, por eso mismo amarecemos, etc. esa cosa de un modo más constante. Si por el contrario, imaginamos que tiene aversión a lo que amamos o a la inversa, entonces padeceremos fluctuación de ánimo.

-Corolario: se sigue de ahi que cada cual se esfuerza, cuanto puede, en que todos amen lo que él ama y odien lo que él odia; de ahí aquello que dijo el poeta (Ovidio, Amores): "amantes, conviene que esperemos y temamos a la vez; hay que ser insensible para amar lo que nadie nos disputa"

-es en realidad ambición este esfuerzo por conseguir que todos aprueben lo que uno ama u odia. Por naturaleza apetece que los demás vivan como lo haría según su índole propia, y como todos apetecen lo mismo, se estorban unos a otros y queriendo todos ser amados o alabados por todos, resultan que se odian entre sí.

-si imaginaos que alguien goza de alguna cosa que sólo uno puede poseer, nos esforzaremos por conseguir que no posea esa cosa.

-Escolio: la naturaleza de los hombres está ordinariamente dispuesta de tal modo que sienten conmiseración por aquellos a quienes le va mal, y envidian a quienes les va bien, y ello con tanto odio cuanto más aman la cosa que imaginan posee otro.

-las imágenes de las cosas -como ya hemos dicho- son las afecciones mismas del cuerpo humano. o sea, las maneras que tiene el cuerpo humano de ser afectado por las causas exteriores.

-cuando amamos una cosa semejantes a nosotros, nos esforzamos cuanto podemos por conseguir que ella nos ame a su vez.

-cuanto mayor es el afecto que imaginamos experimenta hacia nosotros la cosa amada, tanto más nos gloriaremos.

-si alguien imagina que la cosa amada se une a otro con el mismo vínculo de amistad o con uno más estrecho, que aquel por el que él solo la poseía, será afectado de odio hacia la cosa amada y envidiará a ese otro.

-Escolio:
Celos: es ese odio hacia una cosa amada, unido a la envidia al competidor; que por ende, esos celos no son sino una fluctuación del ánimo a la vez de amor y de odio.
Ese odio hacia la cosa amada será mayor, en proporción a la alegría con la que solía estar afectado el celoso por el amor recíproco que experimentaba hacia él la cosa amada.

-quien se acuerda de una cosa por la que fue deleitado una vez, desea poseerla con las mismas circunstancias que se dieron cuando fue deleitado por ella la primera vez.

-Corolario: si advierte que falta una sola de esas circunstancias, el amante se entristecerá.

-Escolio: 
Frustración: tristeza, en cuanto que se produce respeto de la ausencia de lo que amamos.

-el deseo que brota de una tristeza o de una alegría, de un odio o de un amor, es tanto mayor cuanto mayor es el afecto.

-si alguien comienza a odiar a una cosa amada, de tal modo que  su amor quede enteramente suprimido, por esa causa la odiará más que si nunca la hubiera amado, y con odio tanto mayor cuanto mayor haya sido antes su amor.


-si alguien comenzara a odiar una cosa amada, de tal modo que su amor quede enteramente suprimido, por esa causa la odiará más que si  nunca la hubiera amado, y con odio tanto mayor cuanto mayor haya sido antes el amor.

-el que odia a alguien se esforzará en hacerle mal, a menos que tema que de ello se origine para él una mal mayor, y, por el contrario, el que ama a alguien se esforzará, por la misma ley, en hacerle bien.

-bien: es todo género de alegría y todo cuanto a ella conduce, y principalmente lo que satisface un anhelo, cualquiera que éste sea.

-mal: es todo género de tristeza y principalmente lo que frustra un anhelo.

-no deseamos algo porque lo juzguemos bueno, sino que lo llamamos bueno porque lo deseamos; y por consiguiente, llamamos malo a lo que aborrecemos. Según esto, cada uno juzga o estima, según su afecto, lo que es bueno o malo, mejor o peor, lo óptimo o lo pésimo.

-nada más agradable para el envidioso que la desgracia ajena, ni más molesto que la ajena felicidad.

-temor: el afecto que dispone al hombre de tal modo que no quiere lo que quiere o que quiere lo que no quiere

-miedo: afecto por el que el hombre queda dispuesto a evitar un mal que juzga va a producirse mediante un mal menor.

-pudor: si el mal que teme es la vergüenza, ese temor se llama pudor

-consternación:  si el deseo de evitar un mal futuro es reprimido por el temor de otro mal, de modo que no se sabe ya lo que se quiere, especialmente si los males que se temen son de los mayores.

-quien imagina que alguien lo odia, y no cree haberle dado causa alguna para ello, lo odiará a su vez.

-Escolio: si imagina haber dado justa causa de odio, entonces será afectado por la vergüenza, pero esto acontece rara vez.

-Corolario I: quien imagina al que ama afectado de odio contra él, padecerá conflicto entre el odio y el amor.

-Corolario II: si alguien imagina que, por odio, le ha sido inferido algún mal por alguien sobre el que, con anterioridad, no había proyectado ningún afecto, se esforzará por devolverle ese mal.

Escolio:
Ira: esfuerzo por inferir mal a aquel a quien odiamos


Venganza: esfuerzo por devolver el mal que nos han hecho. 


-si alguien imagina ser amado por alguno, y no cree haberle dado causa alguna para ello, lo amará a su vez.

-Escolio: pero si cree haber dado una justa causa de amor, se gloriará, lo cual, por cierto, acontece con más frecuencia.
Agradecimiento o gratitud: Este amor recíproco y, consiguientemente, el esfuerzo de hacer bien a quien nos ama y se esfuerza en hacernos bien.

-aparece claro que los hombres están mucho más dispuestos a la venganza que a devolver beneficio.

-Corolario: quien imagina ser amado por quien odia, padecerá conflicto entre el odio y el amor.

-Escolio:
Crueldad: cuando prevalece el odio y se esforzará por hacer mal a aquel por quien es amado; sobre todo si se cree que el que ama no ha dado ninguna causa ordinaria de odio.

-quien ha hecho bien a alguien, movido por amor o por esperanza de gloria, se entristecerá si ve que ese beneficio es recibido con ánimo ingrato.


-el odio aumenta con el odio recíproco, y puede, al contrario, ser destruido por el amor.


-el odio que es completamente vencido por el amor se trueca en amor; y ese amor es por ello más grande que si el odio no lo hubiera precedido. (Mecánica paulina)

-Escolio: con todo, nadie se esforzará por tener odio a alguna cosa o por ser afectado por tristeza, a fin de disfrutar luego de esa mayor alegría. Es decir, nadie deseará inferirse un daño con la esperanza de resarcirse de él, ni anhelará estar enfermo con la esperanza de convalecer. Pues cada  cual se esforzará siempre por conservar su ser y apartar cuanto pueda la tristeza. Si pudiera concebirse que un hombre desease odiar a alguien, a fin de sentir luego por él un amor más grande, entonces anhelaría odiarle siempre. (los ascetas,  excepción paradójica)

-si alguien que ama una cosa semejante a él imagina que otro semejante a él está afectado de odio hacia esa cosa, odiará.


-si alguien ha sido afectado por otro, cuya clase o nación es distinta de la suya, de alegría o tristeza, acompañada como su causa por la idea de ese otro bajo el nombre genérico de la clase o de la nación, no solamente amará u odiará a ese otro, sino también a todos los de su clase o nación (efectos metonímicos)

-la alegría surgida de que imaginamos que una cosa que odiamos es destruida o afectada de otro mal, no surge sin alguna tristeza del ánimo.

-Escolio:cuantas veces nos acordamos de una cosa, aunque no exista en acto, sin embargo la consideramos como presente, y el cuerpo resulta afectado del mismo modo; por lo cual, en cuanto es vivaz la memoria de la cosa, en esa medida el hombre está determinado a considerarla con tristeza.

-El amor o el odio hacia, por ejemplo, Pedro, son destruidos si la tristeza implícita en el segundo  y la alegría implícita en el primero, se vinculan a la idea de otra causa, y  ambos disminuyen en la medida en que imaginamos que Pedro no es la única causa del uno o del otro.

-el amor y el odio hacia una cosa que imaginamos ser libre deben ser mayores, siendo igual la causa que la que sentimos hacia una cosa necesaria.

-cualquier cosa puede ser, por accidente, causa de esperanza o de miedo.

-buenos o malos presagios: las cosas que son  por accidente causa de esperanza o de miedo

-estamos constituidos por naturaleza, de tal modo, que creemos fácilmente lo que esperamos y difícilmente lo que tememos, y estimamos, respectivamente, en más o menos  de lo justo esas cosas. De ello han surgido las supersticiones, cuyo acoso sufren los hombres en todas partes.

-las fluctuaciones que brotan de la esperanza y el miedo, toda vez que no hay esperanza sin miedo ni miedo sin esperanza.

-hombres distintos pueden ser afectados de distintas maneras por un solo y mismo objeto,

--si hemos visto un objeto junto con otros, o si imaginamos que no tiene nada que no sea común a otros muchos objetos, no lo consideraremos tanto tiempo como al que imaginamos que tiene algo singular.

-Escolio:
Asombro: afección del alma, o sea, imaginación de una cosa singular, en cuanto se encuentra sola en el alma
Consternación: es un asombro provocado por una objeto que tememos; el asombro ante un mal tiene al hombre suspenso de tal manera en su sola contemplación, que no es capaz de pensar en otras cosas con las que podría evitar ese mal.
Veneración: es asombro ante la prudencia de un hombre, su industria o algo de ese género; pues pensamos  que en esa virtud ese hombre nos supera con mucho.
Horror: asombro ante la ira, la envidia, etc de una persona.
Devoción: cuando al asombro lo produce a quien amamos, el amor es mayor

-los nombres de los afectos han sido inventados más bien según su uso vulgar que según su cuidadoso conocimiento.


-desprecio: se opone al asombro; su causa suele ser ésta:  si en virtud de la cosa misma o a causa de una de una más cuidadosa consideración, nos vemos obligados a negar de ella todo lo que puede ser causa de asombro, amor, miedo. Entonces el alma tiende a pensar más bien en lo que no hay en el objeto que en lo que hay.
-irrisión: brota del desprecio por una cosa que odiamos o la tememos.(contrariamente la devoción brota del asombro ante una cosa que amamos)
-desdén: surgen del desprecio por la necedad (contrariamente la veneración surge del asombro ante la prudencia)

-cuando el alma se considera a sí misma y considera su potencia de obrar, se alegra, y tanto cuanto con mayor distinción se imagina a si misma e imagina su potencia de obrar.

-corolario: esta alegría es tanto más alentada cuanto más alabado por los otros se imagina el hombre. Pues cuanto más se imagina alabado por los otros, de tanta mayor alegría imagina que los afecta, alegría acompañada  por la idea de sí mismo, y así él resulta afectado por una alegría mayor, acompañada por la idea de sí mismo.

-el alma se esfuerza en imaginar sólo aquello que afirma su potencia de obrar.


-el alma se esfuerza en imaginar sólo aquello que afirma su potencia de obrar.

-el esfuerzo o potencia del alma es la esencia misma de esa alma, pero esa esencia afirma sólo aquello que el alma es y puede, y no aquello que no es y no puede; por consiguiente, el alma se esfuerza en imaginar sólo aquello que afirma su potencia de obrar.

-cuando el alma imagina su impotencia, se entristece.

-la esencia del alma afirma sólo aquello que el alma es y puede, o sea, es propio de la naturaleza del alma imaginar solamente lo que afirma su potencia de obrar.

-Escolio:
Humildad: es la tristeza acompañada de la idea de nuestra debilidad

Amor propio o contento de sí mismo: es la alegría que surge de la consideración de nosotros mismos. Y como esta alegría se renueva cuantas veces considera el hombre sus virtudes o sea, su potencia de obrar, de ello resulta que cada cual se apresura a narrar sus gestas, y a hacer ostentación de las fuerzas de su cuerpo y de su ánimo, y por esta causa los hombres son mutuamente enfadosos. De ahí se sigue también que los hombres sean por  naturaleza envidiosos, o sea, que se complazcan en la debilidad de sus iguales y, al contrario, se entristecen a causa de su virtud.


-por ello, cada cual, al considerarse a sí mismo, obtendrá la máxima complacencia cuando advierta en sí mismo algo que niega a los demás.

-está claro, pues que los hombres son por naturaleza proclives al odio y la envidia, y a ello contribuye la educación misma. Pues los padres suelen incitar a los hijos a la virtud con el solo estímulo del honor y la envidia. Acaso quede algún motivo de duda, pues no es raro que admiremos las virtudes de los hombres y los veneremos. Para apartar esa posibilidad de duda, añadiré el siguiente
Corolario: nadie envidia por su virtud a alguien que no sea su igual.
Demostración: no puede entristecerse por el hecho de reconocer alguna virtud en otro que sea distinto a él y por consiguiente tampoco puede envidiarlo. Pero sí envidiará a su igual, cuya naturaleza suponer ser la misma que la suya.

Escolio: veneramos a un hombre porque nos asombramos de su prudencia, su fuerza, etc. ello sucede porque imaginamos que dichas virtudes están en él de un modo singular y no como algo común a nuestra naturaleza, y, por ello, no se las envidiaremos más de lo que envidiamos a los árboles su altura, a los leones su fuerza, etc.

--hay tantas clases de alegría, tristeza y deseo, y consiguientemente, hay tantas clases de cada afecto compuesto de ellos -como la fluctuación del ánimo- o derivado de ellos -amor, odio, esperanza, miedo, etc.- como clases de objetos nos afectan.

-escolio:
-Gula, embriaguez, lujuria, avaricia, ambición, no entendemos sino el inmoderado amor o deseo de comer, beber, copular, riquezas o gloria, respectivamente

-templanza, sobriedad, castidad no son afectos o pasiones, sino que significan potencias del ánimo, que modera aquellos afectos

-para nuestro propósito, que es el de determinar la fuerza de los afectos y la potencia del alma sobre ellos, nos basta con tener una definición general de cada afecto. Es decir: nos basta con entender las propiedades comunes de los afectos, al objeto de poder determinar cuál y cuánta es la potencia del alma para moderar y reprimir los afectos.

-un afecto cualquiera de un individuo difiere del afecto de otro, tanto cuanto difiere la esencia del uno de la esencia del otro.

-escolio: los afectos de los animales que son llamados irracionales difieren de los afectos humanos tanto cuanto difieren su naturaleza de la naturaleza humana. Tanto el caballo como el hombre son, sin duda, impelidos a procrear por lujuria, pero uno por una lujuria equina y el otro por una lujuria humana.

-aunque cada individuo viva contento con su naturaleza tal y como está constituida, y se complazca con ella, esa vida no es otra cosa que la idea o el alma de ese mismo individuo y por tanto la complacencia de uno difiere de la complacencia de otro, tanto como difieren sus esencias respectivas.

-tampoco hay pequeña distancia entre el gozo que domina a un ebrio, y el gozo de que es dueño un filósofo.

-hasta aquí he hablado de los afectos que se refieren al hombre en cuanto padece. Me queda añadir algo acerca de aquellos que se refieren a él en cuanto obra.

-Además de aquella alegría y aquel deseo que son pasiones, hay otros afectos de alegría y de deseo que se refieren a nosotros en cuanto obramos.

-de todos los afectos que se refieren al alma en cuanto que obra, no hay ninguno que no se remita a la alegría o al deseo.

-Escolio:
firmeza: deseo por el que cada uno se esfuerza en conservar su ser, en virtud del solo dictamen de la razón. Busca la utilidad del agente. Modalidades de firmeza:  templanza, sobriedad, presencia de ánimo...

generosidad: deseo por el que cada uno se esfuerza, en virtud del solo dictamen de la razón, en ayudar a los otros hombres y unirse a ellos mediante la amistad. Busca la utilidad propia y ajena. Modalidades de generosidad: modestia, clemencia...

-los tres afectos primitivos de los que por composición surgen todos los demás: alegría, tristeza, deseo

-es evidente que somos movimos de muchas maneras por las causas exteriores, y que, semejantes a las olas del mar agitadas por vientos contrarios, nos balanceamos, ignorantes de nuestro destino, y del futuro acontecer. He mostrado los principales conflictos del ánimo, no todos los que pueden darse.

-he dado de lado aquí a las afecciones exteriores del cuerpo que acompañan a los afectos, como son el temblor, la palidez, los sollozos, la risa, porque se refieren sólo al cuerpo, sin relación alguna con el alma.

DEFINICIONES DE LOS AFECTOS


Deseo: es la esencia misma del hombre en cuanto concebida como determinada a hacer algo en virtud de una afección cualquiera que se da en ella
-tenga o no el hombre conciencia de su apetito, dicho apetito sigue siendo, de todas maneras, el mismo. Sinónimos: apetito, voluntad, impulso, deseo. Y no es raro que se opongan entre sí de tal modo que el hombre sea arrastrado en distintas direcciones y no sepa hacia dónde orientarse.

-Alegría: es el paso del hombre de una menor a una mayor perfección

-Tristeza: es el paso del hombre de una mayor a una menor perfección

-Digo "paso" pues la alegría no es la perfección misma.-digo “paso” pues la alegría no es la perfección misma. En efecto: si el hombre naciese ya con la perfección a la que pasa, la poseería entonces sin ser afectado por ella, lo que es más claro aún en el caso de la tristeza, afecto contrario. Pues nadie puede negar que la tristeza consiste en el paso a una menor perfección, y no en esa perfección misma. El afecto de la tristeza es un acto, y no puede ser otra cosa, por tanto, que el acto de pasar a una perfección menor, esto es, el acto por el que resulta disminuida o reprimida la potencia de obrar del hombre.

-omito las definiciones de regocijo, agrado, melancolía, dolor porque se refieren más que nada al cuerpo y no son sino clases de alegrías o tristeza.


-Demostración: las imágenes de las cosas están encadenadas habitualmente entre si y ordenadas de tal modo que se siguen la una a la otra, lo cual no puede, ciertamente concebirse cuando la imagen de una cosa es complemente nueva, pues, en ese caso, el alma se detendrá a considerar esa cosa hasta  que otras causas la determinen a pensar en otras.


-reconozco pues solo tres afectos primitivos o primarios, a saber: alegría, tristeza y deseo, y si he dicho algo acerca del asombro, ha sido sólo porque está establecid  la costumbre de aludir con otros nombres a ciertos efectos derivados de los tres primitivos.

-desprecio: imaginación de alguna cosa que impresiona tan poco el alma, que ésta ante la presencia de esa cosa, tiende más bien a imaginar lo que en ella no está que lo que está.

-amor: alegría acompañada por la idea de una causa exterior.

-esta definición explica bastante claramente la esencia del amor; en cambio, la de los autores que lo definen como la "voluntad que tiene el amante de unirse a la cosa amada", no expresa la esencia del amor, sino una propiedad suya, y como esos autores no han penetrado lo bastante en la esencia del amor,  tampoco han podido tener un concepto claro de su propiedad 

-el amor puede concebirse sin ninguno de esos deseos, sino que entiendo por voluntad el contento que la presencia de la cosa amada produce en el amante, contento que fortifica o al menos mantiene, la alegría del amante.

-odio: tristeza acompañada por una causa exterior.

-inclinación: alegría acompañada por la idea de alguna cosa que es, por accidente, causa de alegría.

-repulsión: tristeza acompañada por la idea de alguna cosa que es, por accidente, causa de tristeza

-devoción: amor hacia quien nos asombra

-el asombro brota de la novedad de una cosa. Asi pues, si acontece que aquello nos asombra lo imaginamos a menudo, dejaremos de asombrarnos de ello, y así vemos que el afecto de devoción degenera fácilmente en simple amor.

-irrisión: alegría surgida de que imaginamos que hay algo despreciable en la cosa que odiamos.

-en la medida en que despreciamos la cosa que odiamos, negamos su existencia, y en esa medida, nos alegramos.  Puesto que suponemos que el hombre odia aquello de lo que hace irrisión, se sigue que esa alegría no es sólida.

-esperanza: alegría inconstante, que brota de la idea de una cosa futura o pretérita, de cuya efectividad dudamos de algún modo.


-miedo: tristeza inconstante que brota de la idea de una cosa futura o pretérita, de cuya efectivadad dudamos de algún modo

-de ahi se sigue que no hay esperanza sin miedo ni miedo sin esperanza

-seguridad: alegría que surge de la idea de una cosa pretérita o futura, acerca de la cual no hay causa de duda.

-desesperación: tristeza que surge de la idea de una cosa pretérita o futura, acerca de la cual no hay causa de duda.



-así pues, nace de la esperanza la seguridad, y del miedo, la desesperación.

-satisfacción:  alegría acompañada por la idea de una cosa pretérita que ha sucedido que ha sucedido contra lo que temíamos
-insatisfacción: tristeza acompañada por la idea de una cosa pretérita que sucedido en contra de lo que esperábamos.

-conmiseración: tristeza acompañada por la idea de un mal que le ha sucedido a otro a quien imaginamos semejante a nosotros.

-conmiseración se refiere a un afecto singular, misericordia al hábito de ese afecto; es la única diferencia entre ellas

-aprobación: amor hacia alguien que ha hecho bien a otro


-indignación: odio hacia algui8en que ha hecho mal a otro.


-sé que estos nombres significan otra cosa en el uso corriente, Pero mi designio no es el de explicar la significación de las palabras, sino la naturaleza de las cosas, designando éstas con aquellos vocablos cuya significación según el uso no se aparte enteramente de la significación que yo quiero atribuirle (Explicación. P. 250)

-sobreestimación: consiste en estimar a alguien, por amor, en más de lo justo

-menosprecio: consiste en estimar a alguien, por odio, en menos de lo justo

-envidia: odio en cuanto afecta al hombre de tal modo que se entristece con la felicidad de otro y se goza con su mal.


-misericordia: amor en cuanto afecta al hombre de tal modo que se goza en el bien de otro y se entristece con su mal.

-paso ahora a los afectos a los que acompaña como causa la idea de una cosa interior.

-contento de sí mismo: alegría que brota de que el hombre se considera a sí mismo y  considera su potencia de obrar.

-humildad: tristeza que brota de que el hombre considera su impotencia o debilidad.

-arrepentimiento: tristeza acompañada por la idea de algo que creemos haber hecho por libre elección del alma.

-la moral y la religión no son las mismas para todos, sino que, por el contrario, lo que es sagrado para unos es profano para otros.

-soberbia: estimarse a uno mismo por amor propio, en más de lo justo.

-abyección: consiste en estimarse, por tristeza, en menos de lo justo. Un hombre puede estimarse en menos de lo justo si niega de sí mismo, en el momento presente, algo que tiene relación con el tiempo futuro; cuando vemos que por excesivo miedo a la vergüenza, no se atreve a hacer aquello a que se atreven otros iguales a él.

-solemos oponer a menudo la humildad a la soberbia, pero al obrar así, atendemos más bien a los efectos de ambas que a su naturaleza.
Soberbio, el que se gloria en exceso, y cuando habla de sí sólo menciona virtudes y sólo vicios cuando habla de otros.
El humilde se ruboriza a menudo, confiesa sus vicios y habla de las virtudes de los demás, cede ante todos y anda con la cabeza baja y descuida el atavío.
Por lo demás, estos afectos -humildad y abyección- son rarísimos pues la naturaleza humana, considerada en sí misma, se opone a ellos cuanto puede y de esta suerte, quienes son reputados más abyectos y humildes, son por lo general los más ambiciosos y envidiosos.

-gloria: alegría acompañada por la idea de una acción nuestra que imaginamos alabada por los demás.


-vergüenza: tristeza acompañada por la idea de alguna acción que imaginamos vituperada por los demás.


-diferencia entre vergüenza y pudor. La vergüenza es tristeza que sigue a la acción de la que uno se avergüenza. Pudor es miedo o temor a la vergüenza, en cuya virtud  el hombre se abstiene de cometer algo vergonzoso. Al pudor se le opone la impudicia, que no es realmente un afecto (como se demostrará más tarde).

-las denominaciones de los afectos corresponden más bien al uso de aquéllas que a la naturaleza de éstos.

-doy por terminado a los afectos de la alegría y de la tristeza. Paso a referir los del deseo.




-frustración: deseo o apetito de poseer una cosa, alentado por el recuerdo de esa cosa y a la vez reprimido por el recuerdo de otras que excluyen la existencia de la cosa apetecida.

-emulación: deseo de una cosa, engendrado en nosotros porque imaginamos que otros tienen ese mismo deseo.

-llamamos émulo sólo al que imita lo que juzgamos ser honesto, útil o agradable

-agradecimiento o gratitud: deseo o solicitud de amor, por el que nos esforzamos en hacer bien a quien nos lo ha hecho con igual afecto de amor.

-benevolencia: deseo de hacer bien a quien nos mueve a conmiseración

-ira: deseo que nos incita, por odio, a hacer mal a quien odiamos

-venganza: deseo que nos incita, por odio recíproco, a hacer mal a quien, movido por un afecto igual, nos ha hecho daño.

-crueldad o sevicia: deseo que excita a alguien a hacer mal a quien amamos o hacia quien sentimos conmiseración.

-a la sevicia se opone la clemencia, que no es una pasión, sino una potencia del ánimo, por la cual el hombre modera su ira y su deseo de venganza.

-temor: deseo de evitar, mediante un mal menor, otro mayor, al que tenemos miedo

-audacia: deseo por el cual alguien es incitado a hacer algo peligroso, que sus iguales tienen miedo de afrontar.

-pusilanimidad: deseo reprimido por temor a un peligro que sus iguales se atreven a afrontar.

-consternación: deseo de evitar un mal, pero deseo reprimido por el asombro que siente ante el mal que teme.

-la consternación es una especie de pusilanimidad. Brota de un doble temor.  Por eso puede ser definida más cómodamente como el miedo que mantiene al hombre hasta tal punto estupefacto o vacilante, que no puede librarse del mal. No sabe de qué dos extremos males librarse.

-Humanidad o modestia: deseo de hacer lo que agrada a los hombres y de omitir lo que les desagrada.

-ambición: deseo inmoderado de gloria.


-la ambición es un deseo que mantiene y fortifica a todos los afectos; y siendo así, dicho afecto difícilmente puede ser vencido. Pues siempre que el hombre es poseido por algún deseo, lo  es a la vez, necesariamente ambición.

-Hasta los mejores -dice Cicerón- se guián en el más alto grado por el deseo de gloria. Incluso los filósofos hacen constar su nombre en los libros que escriben sobre el desprecio de la gloria.

-gula: deseo inmoderado -y también un amor- de comer

-embriaguez: deseo inmoderado -y un amor- de beber

-avaricia: un deseo inmoderado -y un amor- de riquezas

-libídine: un deseo -y un amor- de la íntima unión de los cuerpos.


-sea o no moderado este deseo de copular, suele llamarse libidine

-estos deseos no tiene contrarios. La templanza, la sobriedad, la castidad aluden a la potencia del alma y no pasión alguna.

-el tímido hace lo que no quiere

-todos los afectos surgen del deseo, alegría o tristeza, o más bien, que no son otra cosa que esos tres afectos, cada uno de los cuales suele ser llamado de diversas maneras, a causa de sus diversas relaciones y denominaciones extrínsecas.

DEFINICIÓN GENERAL DE LOS AFECTOS

-un afecto, que es también pasión del ánimo, es una idea confusa, en cuya virtud el alma afirma de su cuerpo o de alguna parte de sus partes una fuerza de existir mayor o menor que antes, y en cuya virtud también, una vez dada esa idea, el alma es determinada a pensar tal cosa como más bien que tal otra.

-explicación-un afecto o pasión del ánimo es una idea confusa. El alma sólo padece en la medida en que tiene ideas inadecuadas o sea, ideas confusas. En cuya virtud el alma afirma de su cuerpo o de alguna parte de su cuerpo una fuerza de existir mayor o menor que antes.
Todas las ideas que acerca de los cuerpos tenemos revelan más bien la actual constitución de nuestro cuerpo más que la naturaleza del cuerpo exterior.
La esencia del alma consiste en afirmar la existencia actual de su cuerpo y puesto que nosotros entendemos por “perfección” la esencia misma de la cosa, se sigue, por consiguiente, que el alma pasa a una mayor o menor perfección cuando le acontece que afirma de su cuerpo o de una de sus partes algo que implica una mayor o menor realidad que antes.
La importancia de las ideas y la potencia actual de pensar, se valoran a tenor de la importancia del objeto.

4º PARTE. DE LA SERVIDUMBRE HUMANA O DE LA FUERZA DE LOS AFECTOS.


-llamo servidumbre a la impotencia humana para moderar y reprimir sus afectos, pues el hombre sometido a los afectos no es independiente, sino que está bajo la jurisdicción de la fortuna, cuyo poder sobre él llega hasta tal punto que a menudo se siente obligado, aun viendo lo que es mejor para él, a hacer lo peor.

-me he propuesto demostrar en esta Parte la causa de dicho estado, y, además, qué tienen de bueno o de malo los afectos. Pero antes de empezar, conviene decir algo previo acerca de la perfección e imperfección, y sobre el mal y el bien.

-quien ha decidido hacer una cosa y la ha terminado, dirá que es cosa acabada o perfecta(perfectum=acabamiento/perfección). Por ejemplo, si alguien ve una obra (que está aún inconclusa), y sabe que el objetivo del autor de esa obra es el de edificar una casa, dirá que la casa es imperfecta, y, por el contrario, dirá que es perfecta en cuanto vea que la obra ha sido llevada hasta el término que su autor había decidido.

-si alguien ve una obra que no se parece a nada de cuanto ha visto y no conoce la intención de quien lo hace, no podrá saber ciertamente si la obra es perfecta o imperfecta. (Prefacio de 4ª Parte. De la servidumbre humana)

-vemos pues que los hombres se han habituado a llamar perfectas o imperfectas a las cosas de la naturaleza, más en virtud de un prejuicio que por verdadero conocimiento de ellas.

-la naturaleza no obra a causa de un fin, pues el ser eterno e infinito al que llamamos Dios o Naturaleza obra en virtud de la misma necesidad por la que existe.

-los hombres a menudo son conscientes de sus acciones y apetitos pero inconscientes de las causas que los determinan a apetecer algo.

-perfección y realidad son para Spinoza lo mismo.

-una sola y misma cosa puede ser buena y mala, y también indiferente. Por ejemplo, la música es buena para el que es propenso a una suave tristeza o melancolía, y es mala para el que está profundamente alterado por la emoción; en cambio, para un sordo no es buena ni mal.


-musica bona est melanccholico, mala lugenti (afligido, conmovido hasta las lágrimas)

-entenderé en adelante por bueno aquello que sabemos con certeza ser un medio para acercarnos cada vez más al modelo ideal de naturaleza humana que nos proponemos. Y por malo, en cambio, entenderé aquello que sabemos ciertamente nos impide referirnos a dicho modelo.

-diremos que los hombres son más perfectos o más imperfectos, según se aproximen más o menos al modelo en cuestión.

-debe observarse, ante todo, que cuando digo que alguien pasa de una menor a una mayor perfección, y a la inversa, no quiero decir con ello que de una esencia o forma se pase a otra. Lo que quiero decir es que aumenta o disminuye su potencia de obrar, tal y como se la entiende según su naturaleza.

-para concluir: entenderé por perfección en general, la realidad, esto es, la esencia de una cosa cualquiera en cuanto que existe y opera de cierto modo, sin tener en cuenta para nada su duración.

DEFINICIONES:


-bueno: lo que sabemos con certeza que nos es útil.

-malo: lo que sabemos con certeza que impide que poseamos algún bien.

-contingente: cosas singulares en cuanto que, atendiendo a su sola esencia, no hallamos nada que afirme o excluya necesariamente su existencia.

-posible:  cosas singulares en cuanto que atendiendo a las causas en cuya virtud deben ser producidas, no sabemos si esas causas están determinadas a producirlas.

-afectos contrarios: los que arrastran al hombre en sentidos contrarios, aunque sean del mismo género, como la gula y la avaricia -que son clases de amor- y contrarios no por naturaleza sino por accidente.

-asi como a todos los objetos que distan de nosotros más de doscientos `pies, o sea, cuya distancia del lugar en que estamos supera la que imaginamos distintamente, los imaginamos a igual distancia de nosotros, como si estuvieran en el mismo plano, así también, a todos los objetos cuyo tiempo de existencia imaginamos separado del presente por un intervalo más largo que el que solemos imaginar distintamente, los imaginamos a igual distancia del presente, y los referimos, de algún modo, a un solo y mismo momento del tiempo.

-fin: entiendo el apetito a causa del cual hacemos algo

-virtud: es lo mismo que potencia, esto es, la virtud, en cuanto referida al hombre, es la misma esencia o naturaleza del hombre, en cuanto que tiene la potestad de llevar a cabo ciertas cosas que pueden entenderse a través de las solas leyes de su naturaleza.

-Axioma: en la naturaleza no se da ninguna cosa singular sin que se dé otra más potente y fuerte. Dada una cosa cualquiera, se da otra más potente por la que aquella puede ser destruida.

-Nada de lo que tiene de positivo una idea falsa es suprimido por la presencia de lo verdadero, en cuanto verdadero.

-la falsedad consiste en la sola privación de conocimiento que está implícita en las ideas inadecuadas y estas ideas no tienen nada positivo en cuya virtud se llamen falsas. si aquello que tiene de positivo una idea falsa se suprimiese por la presencia de lo verdadero en cuanto verdadero, entonces una idea verdadera sería suprimida por sí misma (?)

-Escolio: cuando contemplamos el sol, imaginamos que dista de nosotros unos doscientos pies, en lo que nos equivocamos mientras ignoramos su verdadera distancia; ahora bien,  conocida esa distancia, desaparece el error, ciertamente, pero no aquella imaginación, es decir, la idea del sol que explicita su naturaleza sólo en la medida en que el cuerpo es afectado por él; y aunque conozcamos su verdadera distancia, no por ello dejaremos de imaginar que está cerca de nosotros.

-las imaginaciones no se desvanecen ante la presencia de lo verdadero en cuanto verdadero, sino porque se presentan otras imaginaciones más fuertes, que excluyen la existencia presente de las cosas que imaginamos.


-padecemos en la medida en que somos una parte  de la naturaleza que no puede concebirse por sí sola, sin las demás partes.

-la fuerza con que el hombre persevera en la existencia es limitada y resulta infinitamente superada por la potencia de las causas exteriores.

-es imposible  que el hombre no sea una parte de la naturaleza y que no pueda sufrir otros cambios que los inteligibles en virtud de su sola naturaleza y de los cuales sea causa adecuada.

-corolario: el hombre está sujeto siempre, necesariamente, a las pasiones y que sigue el orden común de la naturaleza, obedeciéndolo, y acomodándose a él cuanto lo exige la naturaleza de las cosas.

--la fuerza y el incremento de una pasión cualquiera, así como su perseverancia en la existencia, no se definen por la potencia con que nosotros nos esforzamos por perseverar en existir, sino por la potencia de la causa exterior, comparada con la nuestra.

-la esencia de una pasión no puede explicarse por nuestra sola esencia.

-la fuerza de una pasión o afecto puede superar las demás acciones del hombre, o sea, puede superar su potencia, hasta tal punto que ese afecto quede pertinazmente adherido al hombre.>adicciones a estupefacientes

-un afecto no puede ser reprimido ni suprimido, sino por medio de otro afecto contrario, y más fuerte que el que ha de ser reprimido.

--cuando el alma es asaltada por un afecto, el cuerpo experimenta al mismo tiempo una afección que aumenta o disminuye su potencia de obrar. Esta afección del cuerpo, recibe de su causa la fuerza para perseverar en su ser. Y por ende, no puede ser reprimida ni suprimida sino por una causa corpórea que haga experimentar al cuerpo una afección contraria a la primera.

-el conocimiento del bien y del mal no es otra cosa que el afecto de la alegría o de la tristeza, en cuanto que somos conscientes de él.


-el conocimiento del bien y del mal no es otra cosa que se el afecto de la alegría o de la tristeza, en cuanto somos conscientes de él.

-llamamos bueno o malo a lo que es útil o dañoso en orden a la conservación de nuestro ser.

-un afecto cuya causa imaginamos presente ante nosotros es más fuerte que si no imaginamos presente esa causa.

-escolio: dicha imagen se debilita cuando consideramos como presente ante nosotros otras cosas que excluyen la existencia presente de la cosa futura.

-corolario: la imagen de una cosa futura o pretérita, es más débil, en igualdad de condiciones, que la imagen de la cosa presente.

-Experimentamos por una cosa futura, que imaginamos ha de cumplirse pronto, un afecto intenso que si imaginamos que el tiempo de su existencia está mucho más distante del presente.


-escolio:somos afectados con la misma debilidad por todos los objetos que distan del presente un lapso de tiempo mayor del que podemos determinar con la imaginación, aunque sepamos que ellos mismos están separados entre sí por un amplio intervalo de tiempo.

-el afecto que experimentamos con relación a una cosa que imaginamos como necesaria, es más intenso, en igualdad de circunstancias, que el que experimentamos con relación a una cosa posible o contingente.

-el afecto relacionado con una cosa que sabemos no existe en el presente y que imaginamos como posible, es más intenso, en igual de circunstancias, que el relacionado con una cosa contingente.

-corolario: el afecto relativo a una cosa que sabemos no existe en el presente, y a la que imaginamos como contingente, es mucho menos enérgico que si la imagináramos que la cosa está presente ante nosotros.

-el afecto experimentado con relación a una cosa contingente que sabemos no existe en el presente es menos enérgico, en igualdad de circunstancias, que el afecto experimentado con relación a una cosa pretérita.

-el conocimiento del bien y del mal no puede reprimir ningún afecto en la medida en que ese conocimiento es verdadero, sino sólo en la medida en que es considerado él mismo como afecto.

-el deseo que surge del conocimiento verdadero del bien y del mal puede ser extinguido o reprimido por otros muchos deseos que brotan de los afectos que nos asaltan.

-el deseo que brota del conocimiento del bien y del mal, en cuanto que se refiere al futuro, puede ser reprimido o extinguido con especial facilidad por el deseo de las cosas que están presentes y son agradables.

-escolio: creo haber demostrado la causa de que los hombres sean movidos más bien por la opinión que por la verdadera razón, así como la causa de que el verdadero conocimiento del bien y del mal suscite turbaciones del ánimo y de que ceda frecuentemente a todo género de concupiscencias. De ahí proviene aquello del poeta: "veo lo que es mejor y lo apruebo, pero hago lo que es peor". El Eclesiastés viene a decir lo mismo: "quien aumenta su ciencia, aumenta su dolor".
No digo estas cosas con el objeto de inferir que es mejor ignorar que saber, sino que es necesario conocer tanto la potencia como la impotencia de nuestra naturaleza para poder determinar lo que la razón puede y lo que no puede por lo que toca al dominio de los afectos. Y ya he dicho que en esta Parte iba a tratar sólo de la impotencia humana, pues he decidido tratar por separado de la potencia de la razón sobre los afectos.

-el deseo que surge de la alegría, en igualdad de circunstancias, es más fuerte que el deseo que brota de la tristeza.

-la fuerza del deseo que surge de la alegría debe definirse a la ver por la potencia humana y la potencia exterior; el de la tristeza sólo por la potencia humana.

-escolio: me queda ahora por demostrar qué es lo que la razón nos prescribe, qué afectos concuerdan con las reglas de la razón humana y cuáles, en cambio, son contrarios a ellas. Pero antes de empezar, conviene primero aludir brevemente a los dictámenes de la razón.

-como la razón no exige nada que sea contrario a la naturaleza, exige, pues, que cada cual se ame a sí mismo, busque su propia utilidad, apetezca todo aquello que conduce realmente al hombre a una perfección mayor, y que cada cual se esfuerce por conservar su ser.

-la virtud no es otra cosa que actuar según las leyes de la propia naturaleza, se sigue de ello: 1) el fundamento de la virtud es el esfuerzo mismo por conservar el propio ser, y en eso estriba su felicidad, 2) la virtud debe ser apetecida por sí misma, y no debemos apetecerla por obra de otra causa más excelente o útil que la virtud misma, 3) los que se suicidan son de ánimo impotente y están completamente derrotados por causas exteriores que repugnan a su naturaleza.

-nosotros no podemos prescindir de todo lo que es externo para conservar nuestro ser y no podemos vivir sin tener algún comercio con las cosas que están fuera de nosotros.

-hay muchas cosas fuera que nos son útiles y que, por ello, han de ser apetecidas. Y entre ellas, las más excelentes son las que concuerdan por completo con nuestra naturaleza.

-nada es más útil al hombre que el hombre; quiero decir que nada pueden desear los hombres que sea mejor para la conservación de su ser que el concordar todos en todas las cosas, de suerte que las almas de todos formen como una sola alma.

-los hombres que se gobiernan por la razón no apetecen nada para sí que no deseen para los demás hombres, y por ello, son justos, dignos de confianza y honestos.

-cada cual está obligado a buscar su utilidad no es el fundamento de la inmoralidad  sino de la moralidad y la virtud, como creo haber demostrado.

--cada cual apetece o aborrece necesariamente, en virtud de las leyes de su naturaleza, lo que juzga bueno o malo.

-cuanto más se esfuerza cada cual en buscar su utilidad, esto es, en conservar su ser, y cuanto más le consigue, tanto más dotado de virtud está; y al contrario, en tanto que descuida la conservación de su utilidad -esto es, de su ser-, en esa medida es impotente.

--cuanto más se esfuerza cada cual en buscar su utilidad, esto es, en conservar su ser, y cuanto más lo consigue, tanto más dotado de virtud está; y al contrario, en tanto descuida la conservación de su utilidad -esto es, de su ser- en esa medida es impotente.

-la virtud es la potencia humana misma, que se define por la sola esencia del hombre, esto es, por el solo esfuerzo que el hombre realiza por perseverar en su ser.

-escolio: nadie deja de apetecer su utilidad, o sea, la conservación de su ser, como no sea vencido por causas exteriores y contrarias a su naturaleza.

-uno se da muerte obligado por otro, que le desvía la mano en la que lleva casualmente una espada, forzándole a dirigir el arma al corazón; otro, obligado por el mandato de un tirano a abrirse las venas, como Séneca, esto es, deseando evitar una mal mayor por medio de un mal menor; otro en fin, porque causas exteriores ocultas disponen su imaginación y afectan su cuerpo de tal modo que éste se reviste de una nueva naturaleza, contraria a la que antes tenía.

-Pero que el hombre se esfuerce, por la necesidad de su naturaleza, en no existir, o en cambiar su forma por otra, es tan imposible como que de la nada se produzca algo, según todo el mundo puede ver a poco que medite.


-nadie puede desear ser feliz, obrar bien y vivir bien, si no desea al mismo tiempo ser, obrar y vivir, esto es, existir en acto.

-no puede concebirse virtud alguna anterior a ésta, es decir, al esfuerzo por conservarse.

-corolario: el esfuerzo por conservarse es el primero y único fundamento de la virtud. Pues no puede ser concebido ningún otro principio anterior a él y sin él, ninguna virtud.

-no puede decirse, en absoluto, que el hombre obra según la virtud, en la medida en que es determinado a hacer algo por el hecho de tener ideas inadecuadas, sino solo en la medida en que está determinado por el hecho de entender.

-si es determinado a hacer algo por el hecho de entender, en esa medida obra, hace algo que es percibido por medio de su sola esencia, o sea que se sigue adecuadamente de su virtud.

-actuar absolutamente según la virtud no es otra cosa que obrar, vivir o conservar su ser (las tres cosas significan lo mismo) bajo la guía de la razón, poniendo como fundamento la búsqueda de la propia utilidad.

-nadie se esfuerza por conservar su ser a causa de otra cosa.

-una cosa singular cualquiera, cuya naturaleza sea completamente distinta de la nuestra, no puede favorecer ni reprimir nuestra potencia de obrar; y, en términos absolutos, ninguna cosa puede ser para nosotros buena o mala si no tiene algo común con nosotros.

-llamamos bueno o malo a lo que es causa de alegría o de tristeza, a lo que aumenta o disminuye nuestra potencia de obrar.

- 
-en la medida en que una cosa concuerda con nuestra naturaleza, es necesariamente buena.

-corolario: cuanto más concuerda una cosa con nuestra naturaleza, tanto más útil y mejor es para nosotros. Si es distinta, entonces no podrá ser buena ni mala, pero si es contraria, entonces es mala.

-en la medida en que los hombres están sujetos a las pasiones, no puede decirse que concuerden en naturaleza.

-concordar en naturaleza se entiende concordar en potencia pero no en impotencia o negación.

-escolio: quien dice que lo blanco ylo negro concuerdan sólo en que ninguno es rojo, están afirmando que no concuerdan en nada. Las cosas que concuerdan sólo en algo negativo, o sea, algo que no tienen, no concuerdan realmente en nada.

-los hombres pueden diferir en naturaleza en la medida en que sufren afectos que son pasiones; y en esa misma medida, un mismo hombre es voluble e inconstante

-todo esfuerzo que realizamos según la razón no es otra cosa que conocimiento, y el alma, en la medida en que usa la razón, no juzga útil nada más que lo que la lleva al conocimiento.

-con certeza, sólo sabemos que es bueno o malo aquello que conduce realmente al conocimiento, o aquello que puede impedir que conozcamos.

-el supremo bien del alma es el conocimiento de Dios, y su suprema virtud, la de conocer a Dios.


-los hombres pueden diferir en naturaleza en la media en que sufren afectos que son pasiones; y en esa medida, un mismo hombre es voluble e inconstante.

-en la medida en que los hombres sufren afectos que son pasiones, pueden ser contrarios entre sí.

-el afecto de tristeza es siempre una pasión

-los hombres sólo concuerdan siempre necesariamente en naturaleza en la medida en que viven bajo la guía de la razón

-corolario I: no hay cosa singular en la naturaleza que sea más útil al hombre que un hombre que vive bajo la guía de la razón. Pues lo más útil para el hombre es lo que concuerda más con su naturaleza, esto es, el hombre. Luego nada hay entre las cosas singulares que sea más útil al hombre que un hombre.

-corolario II:  cuanto más busca cada hombre su propia utilidad, tanto más útiles son los hombres mutuamente. Pues cuanto más busca cada cual su utilidad y se esfuerza en conservarse, tanto más dotado está de virtud o lo que es lo mismo, de tanta mayor potencia está dotado para actuar según las leyes  de la naturaleza, esto según, para vivir según la guía de la razón. Los hombres serán tanto más útiles mutuamente cuanto más busque cada uno su propia utilidad.


-escolio: el hombre es un dios para el hombre. Sin embargo sucede raramente que los hombres vivan según la guía de la razón, pues sus cosas discurren de manera que la mayoría son envidiosos o se ocasionan daño unos a otros. Y, con todo, dificilmente pueden soportar la vida en soledad, de suerte que la definición "el hombre es un animal social" suele complacer grandemente a la mayoría, y, en realidad, las cosas están hechas de manera que de la sociedad común de los hombres nacen muchos más beneficios que daños. Aunque se rían los satíricos de las cosas humanas, aunque la detesten los teólogos y alaban los melancólicos una vida retirada y agreste.

-el supremo bien de los que siguen la virtud es común a todos, y todos pueden gozar de él igualmente.

-obrar según la virtud es obrar bajo la guía de la razón

-escolio: ¿qué pasaría si el supremo bien de los que siguen la virtud no fuese común a todos? no puede ser.


-el bien que apetece para sí todo el que sigue la virtud, lo deseará también para los demás hombres, y tanto más cuanto mayor conocimiento tenga de Dios.

-de otra manera: el hombre amará con más constancia el bien que ama y apetece para sí si ve que otros aman lo mismo.

-escolio I: quien se esfuerza, no en virtud de la razón, sino en virtud del solo afecto, en que los demás acomoden su vida a la índole de él, actúa solo por impulso y por ello es odioso, sobre todo a aquellos que agradan otras cosas.
Pero quien se esfuerza en guiar a los demás según la razón, no obra por impulso, sino por humanidad y benignidad, y es del todo consecuente consigo mismo.

-religión: todo cuanto deseamos y hacemos en cuanto tenemos idea de Dios

-moralidad:  deseo de hacer bien que nace de la vida según la guía de la razón

-honradez: deseo que se siente obligado el hombre que vive según la guía de la razón a unirse por amistad a los demás

-honroso: lo que alaban los hombres que viven según la guía de la razón

-la verdadera virtud no es otra cosa que vivir según la guía de la razón, y la impotencia consiste en el hecho de que el hombre se deja llevar por las cosas exteriores.
-leyes de vana superstición y mujeril misericordia

-el derecho de cada cual se define por su virtud, es decir, por su poder.


-ningún afecto puede ser reprimido a no ser por un afecto más fuerte que el que se desea reprimir, y contrario a él, y que cada cual se abstiene de inferir un daño a otro, por temor a un daño mayor. Así pues, de acuerdo con esa ley podrá establecerse una sociedad.

-en el estado de naturaleza no hay nada que sea bueno o mano en virtud de común consenso, dado que todo lo que se haya en estado natural  mira sólo por su utilidad y conforme a su índole propia. Por tanto, en el estado natural no puede concebirse el delito.

-delito: desobediencia castigada en virtud del solo derecho del Estado,y, por el contrario,  la obediencia es considerada como un mérito del ciudadano.

-en el estado natural todo es de todos, y a nada puede llamarse justo o injusto

-lo que es evidente es que lo justo e injusto, el delito y el mérito son nociones extrínsecas y no atributos que sirvan para explicar la naturaleza del alma.

-en el estado natural el hombre se somete a las leyes de la naturaleza, pero en ese estado, es mucho más inmediata, no esta mediada por la razón, el conocimiento de Dios se da en la civitas.

- 


-aquello que propicia que el cuerpo humano sea afectado de muchísimos modos, o aquello que le hace apto para afectar de muchísimos modos a los cuerpos exteriores, es útil al hombre, y tanto más útil cuanto más apto hace al cuerpo para ser afectado, o para afectar a otros cuerpos, de muchísimas maneras, y, por el contrario, es nocivo lo que hace al cuerpo menos apto para ello.

-es bueno lo que provoca que la relación de movimiento y reposo, que guardan entre sí las partes del cuerpo humano, se conserve; y al contrario, es malo lo que hace que las partes del cuerpo humano alteren su relación de reposo y movimiento.

-hasta qué punto pueden estas cosas perjudicar o aprovechar al alma, lo explicaremos en la Quinta Parte. La muerte del cuerpo sobreviene cuando sus partes quedan dispuestas de tal manera que alteran la relación de reposo y movimiento que hay entre ellas.

-a veces un hombre experimenta tales cambios que difícilmente se diría de él que es el mismo; así, he oído contar acerca de cierto poeta español que, atacado de una enfermedad, aunque curó de ella, quedó tan olvidado de su vida pasada que no creía fuesen suyas las piezas teatrales que había escrito, y se le habría podido tomar por un niño adulto si se hubiera olvidado también de su lengua vernácula.

-lo que hace que los hombres vivan en concordia, es útil; y al contrario, es malo lo que introduce la discordia en el Estado.

-la alegría nunca es directamente mala, sino buena; en cambio, la tristeza es directamente mala.

-el regocijo no puede tener exceso, sino que es siempre bueno, y, por otra, la melancolía es siempre mala.


-el regocijo consiste en que todas las partes del cuerpo están igualmente afectadas, esto es, en que la potencia de obrar del cuerpo resulta aumentadas de tal modo que todas sus partes conservan las misma relación de reposo y movimiento.


-el placer puede tener exceso y ser malo; el dolor puede ser bueno en la medida en que el placer, que es una alegría, sea malo.

-el amor y el deseo pueden tener exceso. (proposición XLIV. 4ª parte)

- 
-el amor es una alegría acompañada por la idea de una causa exterior. El placer acompañado por la idea de una causa exterior es amor.

-el regocijo es más fácilmente concebido que observado.

-aunque los hombres están sometidos a muchísimos afectos, no faltan, con todo, hombres a quien se aferra pertinazmente un solo y mismo afecto. Asi pues, vemos algunas veces hombres afectados de tal modo por un solo objeto, que aunque no esté presente, creen tenerlo a la vista, y cuando esto le acaece a un hombre que no duerme, decimos que delira o está loco.

-Y no menos locos son considerados, ya que suelen mover a risa, los que se abrasan de amor, soñando noche y día sólo con su amante o meretriz. El ávaro y el ambicioso, en cambio, aunque el uno no piense más que en el lucro y el dinero, y el otro en la gloria, no se piensa que deliran, porque suelen ser molestos, y se les considera dignos de odio. Pero en realidad, tanto al avaricia como la ambición y la libídine son clases de delirio, aunque no se les cuente en el número de las enfermedades.

-el odio nunca puede ser bueno.

-escolio: se entiende por odio sólo el odio hacia los hombres

-corolario I: la envidia, irrisión, desprecio, ira, venganza y los restantes afectos que se remiten al odio o nacen de él, son malos

-corolario II: todo lo que apetecemos en virtud del odio que nos afecta, es deshonesto y en el Estado, es injusto.

-escolio: entre irrisión (que es mala) y la risa, reconozco que hay diferencias. La risa, como la broma, es pura alegría, y, por tanto, con tal que no tenga exceso es de por sí buena. Pues ciertamente sólo una torva y triste superstición puede prohibir el deleite ¿Por qué saciar el hambre y la sed va ser más decente que desechar la melancolía? Tal es mi regla, y así está dispuesto mi ánimo.

-cuanto mayor es la alegría que nos afecta, tanto mayor es la perfección por la que pasamos, es decir, tanto más participamos de la naturaleza divina. Servirse de las cosas y deleitarse con ellas es propio de un hombre sabio.

-el cuerpo humano está compuesto de numerosas partes de distinta naturaleza, que continuamente necesitan alimento nuevo y variado, a fin de que todo el cuerpo sea igualmente apto para hacer lo que puede seguirse de su naturaleza.

-quien vive bajo la guía de la razón se esfuerza cuanto puede en compensar, con amor o generosidad, el odio, la ira, el desprecio, etc, que otro le tiene.

-Escolio:  quien quiere vengar las ofensas mediante un odio recíproco vive, sin duda, miserablemente. Quien, por el contrario, procura vencer el odio con el amor, lucha con alegría y confianza, resiste con igual facilidad a muchos hombres que a uno solo, y apenas necesita la ayuda de la fortuna. Si vence, sus vencidos están alegres, pues su derrota se produce no por defecto de fuerza, sino por aumento de ella. Todas estas cosas se siguen tan claramente de las solas definiciones de amor y entendimiento, que no es preciso demostrarlas una por una.


-los afectos de la esperanza y el miedo pueden no ser buenos de por sí.

-Escolio: estos afectos revelan una falta de conocimiento y una impotencia del alma, por esta causa, también la seguridad, la desesperación, la satisfacción y la insatisfacción son señales de alma impotente, pues aunque la seguridad y la satisfacción sean afectos de alegría, implican que los ha precedido la tristeza, a saber, la esperanza o el miedo.

-cuanto más nos esforzamos en vivir según la guía de la razón, tanto más nos esforzamos en no depender de la esperanza, librarnos del miedo, tener el mayor imperio posible sobre la fortuna y dirigir nuestras acciones conforme al seguro consejo de la razón.

-los afectos de sobreestimación y el menosprecio son siempre malos.

-la sobreestimación hace soberbio con facilidad al hombre que es sobreestimado.


-la conmiseración, en el hombre que vive bajo la guía de la razón, es por sí mala e inútil.

-quien vive bajo la guía de la razón se esfuerza cuanto puede en compensar, con amor o generosidad, el odio, la ira, el desprecio, etc. que otro le tiene.

-Escolio: quien quiere vengar las ofensas mediante un odio recíproco vive, sin duda, miserablemente. Quien, por el contrario, procura vencer el odio con el amor lucha con alegría y confianza, resiste con igual facilidad a muchos hombres que a uno solo


-Corolario: el hombre que vive según el dictamen de la razón se esfuerza cuanto puede por conseguir que la conmiseración no influya en él.

-quien haya comprendido que todas las cosas se siguen en virtud de la necesidad de la naturaleza divina, no hallará nada que sea digno de odio, risa o desprecio, ni tendrá conmiseración de nadie, sino que se esforzará, cuanto la virtud humana lo permite, en “hacer el bien” -como se dice- y en estar alegre.

-la aprobación no repugna a la razón, sino que puede concordar con ella y surgir de ella.

-aprobación es un amor hacia aquel que ha hecho bien a otro. De otra manera: quien vive conforme a la razón desea también para otro el bien que apetece para sí.

-indignación: es necesariamente mala. Pero debe notarse que cuando el poder castiga al ciudadano que ha cometido injusticia con otro, no digo que se indigna contra ese ciudadano, pues no lo castiga incitado por el odio, con el fin de causarle la ruina, sino movido por la moralidad.

-el contento de si mismo puede nacer de la razón, y naciendo de ella, es el mayor contento que puede darse.


-la verdadera potencia de obrar del hombre, su virtud, es la razón misma que el hombre considera clara y distintamente.

-el contento de sí mismo es, en realidad, lo más alto que podemos esperar. Pues nadie se esfuerza en conservar su ser con vistas a algún fin.

-la humildad no es una virtud, es decir, no nace de la razón

-la humildad, es decir, la tristeza que brota de que el hombre considera su propia impotencia, no nace de una consideración verdadera, es decir, no nace de la razón, no es una virtud, sino una pasión.

-el arrepentimiento no es una virtud, o sea, no nace de la razón, el que se arrepiente de lo que ha hecho es dos veces miserable e impotente. Quien lo padece es vencido primero por un deseo malo y luego por la tristeza.

-Escolio: puesto que los hombres raramente viven según el dictamen de la razón, estos dos afectos -humildad y arrepentimiento- y junto a ellos, la esperanza y el miedo, resultan ser más útiles que dañosos. Pues si los hombres de ánimo impotente fuesen todos igualmente soberbios, ¿por qué vínculo podrían permanecer unidos y cómo contenérseles ¿

-el vulgo es terrible cuando no tiene miedo; no es de extrañar, por ello que los profetas, mirando por la utilidad común, y no por la de unos pocos, hayan recomendado tanto la humildad, el arrepentimiento y el respeto.


-la mayor soberbia y la mayor abyección son la mayor ignorancia de sí mismo.



-la mayor soberbia y la mayor abyección revelan la mayor impotencia del ánimo

-el primer fundamento de la virtud consiste en conservar el ser

-Corolario: los soberbios y los abyectos están sujetos a los afectos en el más alto grado.

-Escolio: la abyección puede ser corregida más  fácilmente que la soberbia, dado que ésta es un afecto de alegría y aquella un afecto de tristeza; por tanto, la soberbia es más fuerte.

-el soberbio ama la presencia de los parásitos o de los aduladores, y odia la de los generosos.

-escolio:los soberbios están sujetos a todos los afectos.

-soberbia: alegría nacida de la falsa opinión por la que un hombre se juzga superior a los demás.

-abyección: tristeza nacida de la falsa opinión por la que un hombre se cree inferior a los demás.

-por eso el soberbio es necesariamente envidioso y que experimenta un odio mayor hacia quienes más son alabados a causa de sus virtudes; sólo se deleita con la presencia de los que siguen la corriente a su impotente ánimo, y de tonto lo convierten en loco.

-nadie es más propenso a la envidia que los abyectos.

-considero los afectos humanos y sus propiedades del mismo modo que las demás cosas naturales (prop.LVII)

-la gloria no repugna a la razón, sino que puede nacer de ella

-escolio:
Vanagloria: es un contento de sí mismo sustentado tan solo por la opinión del vulgo; y al cesar ésta, cesa el contento, es decir, cesa lo que es el bien más alto que todos aman; de donde proviene que quien se gloria de la opinión del vulgo, angustiado por una cotidiana preocupación, intente esforzadamente conservar su fama. El vulgo es voluble e inconsciente, y, por tanto, si la fama no es alimentada, pronto se desvanece. Es más, como todos desean ganarse el aplauso del vulgo, tiende cada cual fácilmente a rebajar la fama ajena; de ello nace una grandísima pasión por oprimirse unos a otros de cualquier modo y quien sale al final vencedor se gloria más por haber causado un daño a otro que por haber obrado en provecho de sí mismo. Así pues, esta gloria o contento es realmente vana.

-la vergüenza, aunque no sea virtud, es buena en la medida en que revela, en el hombre, un deseo de vivir honrosamente, así como el dolor, que se dice bueno en cuanto revela la parte dañada que no está aún podrida. Por ello, aunque el hombre que se avergüenza de algo que ha hecho esté, en realidad, triste, es, con todo, más perfecto que el desvergonzado, que no tiene deseo alguno de vivir honrosamente.

-esto es lo que había resuelto observar acerca de los afectos de alegría y tristeza. Por lo que atañe a los deseos, son buenos o malos, ciertamente, según broten de afectos buenos o malos. Ahora bien, en realidad, todos ellos son ciegos, en cuanto engendran en nosotros a partir de afectos que son pasiones y no tendrían ninguna utilidad si los hombres pudiesen ser llevados fácilmente a vivir según el sólo dictado de la razón, como mostrará ahora con pocas palabras.



-a todas las acciones a que somos determinados por un afecto que es una pasión, podemos ser determinados, sin él, por la razón

-de otra manera: una acción cualquiera es mala en cuanto brota del hecho de que experimentemos odio, o algún otro afecto malo. Ahora bien, ninguna acción, considerada en sí misma, es buena o mala, sino que una sola y misma acción es a veces buena y a veces mala; por consiguiente, podemos ser conducidos por la razón a esa misma acción que al presente es mala, es decir, que brota de un afecto malo.

-Escolio: la acción de golpear es una virtud que se concibe a partir de la fábrica del cuerpo humano. Una  misma acción acción puede unirse a cualesquiera imágenes de cosas, y así podemos ser determinados a una sola y misma acción, tanto en virtud de imágenes de cosas que concebimos confusamente como en virtud de imágenes que concebimos clara y distintamente.

-el deseo que nace de una alegría o tristeza que se refiere a una sola parte del cuerpo o a varias, pero no a todas, no tiene en cuenta la utilidad del hombre entero.

-el deseo que nace de la razón no puede tener exceso

-el deseo es la misma esencia del hombre, en cuanto se la concibe como determinada a hacer algo; así el deseo que brota de la razón es la esencia misma del hombre.

-en la medida en que el alma concibe las cosas según el dictamen de la razón, es afectada igualmente por la idea de una cosa futura, que por la de una pretérita o presente.

-escolio: si pudiéramos tener una adecuado conocimiento de la duración de las cosas, y pudiéramos determinar racionalmente los tiempos  de su existencia, entonces experimentaríamos un mismo afecto ante las cosas futuras y ante las presentes, y apeteceríamos como si fuera presente un bien que el alma concibiese como futuro. Pero determinamos los tiempos de existencia de las cosas solamente por la imaginación, la cual no es igualmente afectada por la imagen de una cosa presente que por la de una futura.

-quien se deja llevar por el miedo y hace el bien para evitar el mal, no es guiado por la razón.

-todos los afectos que se refieren al alma en cuanto obra, esto es, los que se refieren a la razón, no son otros que los afectos de la alegría y el deseo. Quien se deja llevar del miedo y hace el bien por temor del mal, no es guiado por la razón.

-Escolio: los supersticiosos que se aplican a censurar los vicios más bien que a enseñar las virtudes y que procuran, no guiar a los hombres según la razón, sino contenerlos por el miedo, de manera que huyan del mal más bien que amen las virtudes, no tienden sino a hacer a los demás tan miserables como a ellos.

-Corolario: el deseo que nace de la razón nos hace seguir directamente el bien y huir indirectamente del mal.

-Escolio: el enfermo toma, por temor a la muerte, cosas que aborrece; en cambio, el sano goza con la comida, y de esta manera, disfruta de la vida mejor que si temiese la muerte y deseara evitarla directamente. Del mismo modo, un juez que condena a muerte a un reo no por odio o ira, sino por el solo amor a la salud pública, se guía por la sola razón.

-el conocimiento del mal es un conocimiento inadecuado

-de ahí se sigue que si el alma humana no tuviera más que ideas adecuadas no formaría noción alguna del mal.


-demostración: un bien que impide que disfrutemos de otro mayor es un mal; y por la misma razón, un mal menor es un bien.

-según la guía de la razón, apeteceremos un bien mayor futuro más que un bien presente, y un mal menor presente más que un mal mayor futuro.

-diferencia entre el hombre que se guía por el solo afecto, es decir, la opinión, y el que se guía por la razón. El primero obra sin saber en absoluto lo que hace; el segundo no ejecuta la voluntad de nadie, sino la suya, y hace sólo aquellas cosas que son primordiales para la vida y por ello desea en el más alto grado. El primero es esclavo; el segundo, libre.

-un hombre libre en nada piensa menos que en la muerte y su sabiduría no es una meditación de la muerte sino de la vida.(proposición LXVII)

--si los hombres nacieran libres, no formarían en tanto que siguieran siendo libres, concepto alguno del bien o del mal.

-libre= se guía por la razón=tiene sólo ideas adecuadas=luego no tiene concepto del mal, por consiguiente, tampoco del bien.

-escolio: nada más creer que los brutos eran semejantes a él, al punto comenzó a imitar los afectos de éstos y a perder su libertad, que recobraron después los Patriarcas, guiados por el Espíritu de Cristo, esto es, por la idea de Dios, sólo del cual depende que el hombre sea libre y desee para los demás hombres lo que desea para sí.

-la virtud del hombre libre se muestra tan grande cuando evita los peligros como cuando los vence.

--en un hombre libre una huida a tiempo revela igual firmeza que la lucha, o sea, que un hombre libre elige la huida con la misma firmeza o presencia de ánimo que el combate.

-el hombre libre que vive entre ignorantes, procura en la medida de los posible, evitar sus beneficios.

-escolio: ocurre a menudo que es necesario aceptar de ellos un beneficio, y agradecérselo, consiguientemente,  según su índole; a ello se añade que también hay que ir con cuidado al evitar sus beneficios, no sea que parezca que los despreciamos, o que tememos  remunerárselos a causa de nuestra avaricia; tratando de evitar que nos odien, les inferimos un ofensa. Por eso, al evitar los beneficios debe tenerse en cuenta lo útil y lo honroso.

-sólo los hombres libres son entre sí muy agradecidos

-la gratitud que se tienen entre sí los hombres que son guiados por un deseo ciego es, generalmente, compraventa de lisonjas más que gratitud.

-un hombre libre nunca obra dolosamente, sino siempre de buena fe.

-el hombre que se guía por la razón es más libre en el Estado, donde vive según las leyes que obligan a todos, que en la soledad, donde sólo se obedece a sí mismo.(?)

-Escolio: estas cosas, y las otras semejantes acerca de la libertad del hombre, tiene que ver con la fortaleza, esto es, con la firmeza y generosidad. El varón de ánimo fuerte no odia a nadie, no se irrita contra nadie, a nadie envidia, contra nadie se indigna, no siente desprecio por nadie y no experimenta la menor soberbia. 

-todo el que se guía por la razón desea también para los demás el bien que apetece para sí mismo.

-apartar los obstáculos que se oponen al verdadero conocimiento: odio, ira, envidia, irrisión, soberbia

-toda alma libre se esfuerza en cuánto le es posible por obrar bien y estar alegre.

-APENDICE:

-Lo que en esta Parte he tratado acerca de la recta conducta en la vida, no ha sido ordenado de manera que pueda ser visto con una ojeada de conjunto, sino que lo he demosrtrado de un modo disperso, según las conveniencias de la deducción. Por eso me he propuesto reunirlo todo aquí, y resumirlo en unos capítulos que recogen los fundamental.

-Cap. I:
Todos los  esfuerzos o deseos se siguen de la necesidad de nuestra naturaleza, de tal manera que pueden ser entendidos, o bien por medio de esa sola naturaleza, o bien en cuanto que somos parte de la naturaleza, que por si misma y sin relación a otros, no puede concebirse adecuadamente

-Cap, II:
Los deseos que se siguen de nuestra naturaleza  que pueden ser entendidos por ella sola, son los referidos alma en la medida en que ésta es concebida como constando de ideas adecuadas.
Los demás deseos sólo se refieren al alma en la medida en que ésta concibe las cosas de una manera inadecuada, y su fuerza e incremento de estos deseos no es definido por la potencia humana, sino por la potencia de las cosa que existen fuera de nosotros.
Los deseos del primer género se llaman acciones; los de segunda género, pasiones.

-Cap. III:
Nuestras acciones, e.d. los deseos que se definen por la potencia del hombre, e.d., por la razón son siempre buenos; los demás pueden ser buenos malos

-Cap. IV:
En la vida es útil, sobre todo, perfeccionar el entendimiento o razón y en eso consiste la felicidad o beatitud del hombre. Beatitud= contento del ánimo que surge del conomiento intuitivo de Dios; perfeccionar el entendimiento es conocer a Dios.
El último fin del hombre que se guía por la razón, e.d., el deseo supremo que rige a todos los demás, es el que le lleva a concebir adecuadamente todas las cosas.

-Cap V:
No hay vida racional sin conocimiento adecuado. Las cosas son buenas  en la medida en que ayudan al hombre a disfrutar de la vida del alma, que es el conocimiento adecuado. Y las malas las que impiden perfeccionar su razón.

-Cap VI:
Son necesariamente buenas las cosas de las que el hombre es causa eficiente; ningún mal puede sobrevenirle al hombre si no es en virtud de causas exteriores, e.d., en cuanto es parte de la naturaleza total.

-Cap. VII:
Si el hombre convive con individuos que concuerdan con su propia naturaleza de hombre, su potencia de obrar resultará estimulada; pero si, por contra, convive con individuos que no concuerdan con su naturaleza, no se adaptará a ellos sin una importante mudanza de sí mismo.

-Cap. VIII:
Lo que hay en la naturaleza que juzgamos malo es porque impide que existamos y disfrutemos de una vida racional.; y es lícito que lo apartemos de nosotros por el medio que parezca más seguro.
Y todo cuanto juzguemos bueno, e.d. útil para nuestra conservación como ser y disfrute de una vida racional, es lícito tomarlo para nuestro uso.
Es lícito a todo el mundo, por derecho supremo de la naturaleza, hacer lo que juzga que redunda en su propia utilidad.

-Cap. IX:
Nada puede concordar mejor con la naturaleza de una cosa que los individuos de su misma especie.
Nada hay más útil, para un hombre, para  su disfrute y conservación racional, que otro hombre que se guíe por la razón.

-Cap. X:
Los hombres impulsados por la envidia o algún otro afecto de odio, son contrarios entre sí; son más temibles ya que son más poderoso que los demás individuos de la naturaleza.

-Cap. XI:
De todos modos, no son las armas las que vencen los ánimos, sin el amor y la generosidad.

-Cap. XII:
Es útil a los hombres asociarse entre ellos y vincularse con los lazos que mejor contribuyen a que estén unidos.

-Cap. XIII:
Para ellos se requiere habilidad y atención. Los hombres son volubles (poco viven bajo los preceptos de la razón), envidiosos,inclinados a la venganza antes que a la misericordia.
Es necesaria una singular potencia de ánimo para admitirlos a todos ellos según su propia índole, y no dejarse llevar a imitar sus afectos.
Los que son expertos en criticar a los hombres, reprobando vicios más bien que enseñandoles virtudes y quebrantando los ánimos en lugar de fortificarlos, se  causan gran molestia a sí mismos y la causan a los demás.
De ahi, que algunos de ánimo impaciente y movidos por falsa preocupación religiosa, prefieran vivir entre animales que entre hombres, como los niños o adolescentes que no pueden llevar con serenidad la riña de sus padres, se refugian la la milicia y escogen las incomodidades de la guerra y un mando tiránico antes que la comodiades domésticas y las admoniciones paternas; sufren cualquier carga con tal de vengarse de sus padres.

-Cap. XIV:
Con todo, la vida en sociedad conlleva más ventajas que inconvenientes. Vale pues más sobrellevar las ofensas de insensatos con ánimo sereno y aplicar nuestro celo a todo aquello que sirva para establecer la concordia y la amistad.

-Cap. XV:
Lo que engendra la concordia tiene que ver con la justicia, equidad y honestidad. 
Ademas de la injusticia e iniquidad, los hombres soportan mal lo que es deshonroso ( es decir, lo ajeno a la costumbre establecida por el Estado)
Para que el amor se establezca  es necesario lo que tiene que ver con la religión y la moralidad.

-Cap. XVI:
También engendra concordia el miedo, pero esta no es concordia sincera.
El miedo surge de la impotencia del ánimo; no es propia de la razón en su ejercicio, como tampoco al conmiseración, aunque tenga apariencia de moralidad.

-Cap. XVII:
También engendra concordia la liberalidad principalmente con quienes no tienen medios de subsistencia.
Aunque el cuidado de los menesterosos compete a la sociedad entera y atañe al interés común.

-Cap. XVIII:
Tomar precauciones a la hora de aceptar beneficios y mostrarse agradecidos

-Cap. XIX:
El amor lascivo, e.d., deseo de engendrar suscitado por la belleza, y , en general, todo tipo de amor que no reconozca como causa la libertad del alma, se convierte facilmente en odio, salvo que -cosa peor- sea una suerte de delirio, en cuyo caso favorece la discordia antes que la concordia.

-Cap. XX:
Sobre el matrimonio: es cierto que concuerda con la razón si el deseo de unir íntimamente los cuerpos no es engendrando por la sola belleza, sino también por un amor de procrear hijos y educarlos sabiametne; y si además, el amor de ambos tiene por causa no la belleza, sino, sobre todo, la libertad de ánimoi.

-Cap. XXI:
La adulación engendra concordia pero a través del repugnante vicio del servilismo o la perfidia; los soberbios que quieren ser los primeros, no siéndolo, son los que más fácilmente caen en la redes de la adulación.

-Cap. XXII:
Abyección: lleva implícita una falsa apariencia de moralidad y religión. Aunque es contraria a la soberbia, está muy próxima a él.

-Cap. XXIII:
Vergüenza: contribuye a la concordia, pero sólo en aquellas cosas que no pueden ocultarse. Además, puesto que es una forma de tristeza, no concierne al ejercicio de la razón.

-Cap.XXIV:
Los restantes afectos de la tristeza que se experimentan contra los hombres se oponen directamente a la justicia, equidad, honradez, moralidad y religión.
Aunque la indignación parezca ofrecer la apariencia de equidad, lo cierto es que se vive sin ley allí donde a cada cual le es lícito enjuiciar los actos de otro y tomarse la justicia por su mano.

-Cap.XXV:
Modestia: deseo de agradar a los hombres, cuando es determinado por la razón, tiene que ver con la moralidad; pero si brota de un afecto, es una forma de ambición, e.d., un deseo por el que los hombres, bajo la falsa apariencia de moralidad, suscitan por lo general discordias y sediciones.
Quien desea ayudar al disfrute conjunto del supremo bien, ante todo procurará ganarse su amor, y no tendrá primordial  intención de que le admiren, ni les dará motivo de envidia.
Para que los hombres se esfuercen cuanto esté en su mano, no movidos por el miedo o el aborrecimiento, sino por el solo afecto de la alegría, en vivir conforme a los preceptos de la razón.

-Cap. XXVI:
No exige la regla de nuestra utilidad propia que conservemos todo lo que hay en la naturaleza, aparte de los hombres, pues tal regla nos enseña, bien a conservarlo para usos diversos, bien a destruirlo o adaptarlo a nuestras conveniencias de cualquier manera.

-Cap. XXVII:
Cuanto más apto es el cuerpo para ser afectado de muchas maneras y para afectar de muchas maneras a los cuerpos exteriores, tanto más apta es el alma para pensar. Ahora bien, parece que en la naturaleza hay muy pocas cosas de esta clase, por lo cual, para nutrir el cuerpo como es debido, resulta necesario servirse de muchos alimentos distintos.

-Cap. XXVIII:
Para procurarse dichas cosas es imprescindible que los hombres se presten servicios unos a otros.  Pero el dinero ha llegado a ser un compendio de todas las cosas, de donde resulta que su imagen suele ocupar el alma del vulgo con la mayor intensidad, pues difícilmente pueden imaginar forma alguna de alegría que no vaya acompañada como causa por la idea de la moneda.

-Cap. XXIX:
Este vicio sólo lo tienen aquellos que buscan el dinero, no por indigencia ni para subvenir a sus necesidades, sino porque han aprendido las artes del lucro, de las que están enormemente orgullosos. Por lo demás, los tales dan al cuerpo su ración por simple rutina, pero con parquedad, pues creen perder de sus bienes cuanto gastan en la conservación de su cuerpo. Ahora bien, quienes conocen la verdadera utilidad del dinero, y acomodan sus riquezas sólo a sus necesidades, viven contentos con poco.

-Cap. XXX;
Son buenas todas las cosas que proporcionan alegría. Pero las cosas no ocurren con el fin de afectarnos de alegría, ni su potencia de obrar se atempera a nuestra utilidad, y dado que la alegría, por lo general, se refiere a una sola parte del cuerpo, resulta que la mayor parte de los afectos de la alegría, y por ende, los deseos que a partir de ellos se engendran tienen exceso (a no ser que medie la razón y la atención). Y por obra de un afecto consideramos como primordial lo que es actualmente agradable, y entonces no valoramos las cosas futuras con serenidad.

-Cap. XXXI:
La superstición parece admitir que la tristeza es buena y la alegría, mala. Pero nadie sino un envidioso puede deleitarse con mi impotencia y mis penas.
Cuanto mayor alegría nos afecta, mayor es la perfección por la que pasamos y, por consiguiente, más participamos de la naturaleza divina; no puede ser mala ninguna alegría que se rija por la norma de nuestra utilidad. Quien es guiado por el miedo, y hace el bien para evitar el mal, no es conducido por la razón.

-Cap.XXXII:
La potencia humana es sumamente limitada y la potencia de las causas exteriores la supera infinitamente. No tenemos la potestad absoluta de amoldar según nuestra conveniencia las cosas exteriores a nosotros.
Pero sobrellevaremos los acontecimientos contrarios a las exigencias de nuestra utilidad, si somos conscientes de haber cumplido con nuestro deber, y de que nuestra potencia no ha sido lo bastante fuerte como para evitarlos y que somos una parte de la naturaleza total, cuyo orden seguimos.
Si entendemos estos con claridad y distinción, aquella parte nuestra que se define por el conocimiento, e.d., nuestra mejor parte, se contentará por completo en ello, esforzándose por perseverar en ese contento. Pues en la medida en que conocemos, no podemos apetecer sino lo que es necesario, ni podemos sentir contento sino ante la verdad.
De esta suerte, en la medida en que entendemos esto rectamente, el esfuerzo de lo que es en nosotros la mejor parte concuerda con el orden de la naturaleza entera.

PARTE 5: DEL PODER DEL ENTENDIMIENTO O LA LIBERTAD HUMANA.

-PREFACIO:
-Esta última parte trata de la manera de alcanzar la libertad, del camino de llegar a ella.
Se ocupará de la potencia de la razón, mostrando qué es lo que ella puede contra los afectos, y que es la libertad del alma, e.d. la felicidad. Y veremos cuan más poderoso es el sabio que el ígnaro.

-De qué manera y por qué método debe perfeccionarse el entendimiento, y mediante qué arte ha de cuidarse el cuerpo a fin de que pueda cumplir rectamente sus funciones, son cuestiones que no pertenecen a este lugar. Esto pertenece a la Medicina; aquello a la Lógica.

-Aquí trataremos solo de la potencia del alma, o sea, de la razón, y mostraremos ante todo la magnitud y características de su imperio sobre los afectos, en orden a reprimirlos y administrarlos.

-para moderar o reprimir los afectos se requiere no poco ejercicio y aplicación, y uno de ellos

-los afectos son como dos perros, un doméstico y otro de caza. El repetido ejercicio consiguió que el doméstico cazase, y que el de caza dejase de perseguir liebres. Esta opinión es la de Descartes

-los remedios contra los afectos los determinaremos por el solo conocimiento del alma, y de dicho conocimiento deduciremos todo lo que concierne a su felicidad.

AXIOMAS:
I- si en un mismo sujeto son suscitadas dos acciones contrarias, deberá necesariamente producirse un cambio, en ambas o en una sola de ellas, hasta que dejen de ser contrarias.

II-la potencia de un efecto se define por la potencia de su causa, en la medida en que su esencia se explica o define por la esencia de la causa.

Proposición I:
-según están ordenado y concatenados en el alma los pensamientos y las ideas de las cosas, así están ordenadas y concatenadas, correlativamente, las afecciones o imágenes de las cosas en el cuerpo.

Prop II:
-si separamos una emoción o afecto del pensamiento de una causa exterior, y la unimos a otros pensamientos, resultan destruidos el amor y el odio hacia la causa exterior, así como las fluctuaciones del ánimo que brotan de esos afectos.
En efecto: lo que constituye la forma de amor u odio es una alegría o una tristeza acompañadas por la idea de una causa exterior; suprimida esa causa, se suprime a la vez la forma de amor u odio y por tanto los afectos que brotan de ellos.

-Prop III:
Un afecto que es una pasión deja de ser pasión tan pronto como nos formamos de él una idea clara y distinta.
Una pasión es una idea confusa. Una afecto o pasión está tanto más bajo nuestra potestad y el alma padece tanto menos por su causa, cuanto más conocido no es.


-Prop IV:
No hay una afección alguna del cuerpo de la que no podamos formar un concepto claro y distinto.
Lo que es común a todas las cosas sólo puede concebirse adecuadamente.
Luego no hay ningún afecto del que no podamos tener un concepto claro y distinto. Un afecto es la idea de una afección del cuerpo y ello implica un concepto claro y distinto.
Escolio: cada cual tiene el poder -si no absoluto, al menos parcial- de conocerse a sí mismo y conocer sus afectos clara y distintamente, y,por consiguiente, de conseguir padecer menos por su causa. Y conseguir que el afecto mismo sea separado del pensamiento de una causa exterior y se una a pensamientos verdaderos.
De ello resultará que no sólo que serán destruidos amor y odio, sino que los apetitos o deseos que suelen brotar del afecto en cuestión tampoco pueden tener exceso.
El apetito por el que se dice que el hombre obra y el apetito por el que se dice que padece son uno y lo mismo.
Al mostrar que la naturaleza humana está dispuesta de manera que cada cual apetece que los demás vivan según la propia índole de él, vimos que ese apetito, en el hombre no guiado por la razón, es una pasión llamada ambición, y que no se diferencia mucho de la soberbia; y en cambio, el hombre que vive conforme a la razón, es una acción o virtud, que se llama moralidad.
Los apetitos o deseos son pasiones en la medida en que brotan de ideas inadecuadas, y son atribuibles a la virtud cuando son suscitados por ideas adecuadas.
Los deseos que nos determinan a hacer algo pueden brotar de idea adecuadas o inadecuadas.
No hay otro remedio, dependiente de nuestro poder, para los afectos que el siguiente:  tener un verdadero conocimiento de ellos, puesto que el alma no tiene otra potencia que la de pensar y formar ideas adecuadas.

-Prop V:
En igualdad de circunstancias, es máximo el afecto que experimentamos hacia una cosa que simplemente imaginamos ( y no como necesaria, ni como posible ni como contingente)


-Prop VI:
En la medida en que el alma entiende todas las cosas como necesarias, tiene mayor poder sobre los afectos, o sea, padece menos por causa de ellos.

-Prop VII:
Los afectos que brotan de la razón o que son suscitados por ella, si se toma en consideración el tiempo, son más potentes que los que se refieren a cosas singulares consideradas como ausentes.

-Prop VIII:
Cuantas más causas simultáneamente concurrentes suscitan un afecto, tanto mayor es éste.

-Prop IX:
Un afecto que se remite a muchas causas distintas, consideradas por el alma a la vez que ese afecto, es menos nocivo, influye menos en nosotros, y cada una de sus causas nos afecta menos, que otro de igual magnitud, pero referido a una sola causa o a un número menor de ellas.
-Un afecto es malo o nocivo en cuanto que impide que el alma pueda pensar; así el afecto que determina al alma a considerar simultáneamente muchas cosas es menos nocivo que otro afecto de igual magnitud, por obra del cual el alma queda fija de tal suerte en la consideración  de un solo objeto.

-Prop X:

Mientras no nos dominen afectos contrarios a nuestra naturaleza, tenemos la potestad de ordenar y concatenar las afecciones del cuerpo según el orden propio del entendimiento.
-Escolio: Asi lo mejor que podemos hacer mientras no tengamos un perfecto conocimiento de nuestros afectos, es concebir una norma recta de vida, e.d. unos principios seguros, confiarlos a la memoria y aplicarlos continuamente a los casos particulares que se presentan a menudo en la vida, a fin de que nuestra imaginación sea ampliamente afectadas por ellos, y estén siempre a nuestro alcance.
Vgr: el odio debe ser vencido por el amor o la generosidad y no compensarlo con odio.
Para dominar el miedo se ha de pensar en la firmeza, recorriendo con la imaginación los peligros corrientes de la vida pensando en el mejor modo de vencerlos mediante la presencia de ánimo
Quienes más desean la gloria los que claman acerca del mal uso de ella. Y no es privativo de los ambiciosos sino también a quienes la fortuna es adversa y son de ánimo impotente.
Quien  procura regir sus afectos conforma al amor por la libertad se esforzará por llenar de gozo el ánimo que nace del verdadero conocimiento de las cosas, pero en modo alguno se aplicará a la consideración de los vicios de los hombres, ni hacer a estos de menos

-Prop XI:
A cuantas más cosas se refiere una imagen, tanto más frecuente es, o sea, tanto más a menudo se presenta, y tanto ocupa el alma.

-Prop XII:
Las imágenes de las cosas se unen con mayor facilidad a las imágenes de cosas entendidas por nosotros clara y distintamente, que a las otras.

-Prop XIII:
Tanto más frecuentemente se impone una imagen a nuestra consideración, cuanto es mayor el número de imágenes a las que está unida.

.-Prop XIV:
El alma puede conseguir que todas las afecciones del cuerpo, e.d., todas las imágenes de las cosas, se remitan a la idea de Dios.

-Prop XV:
Quien se conoce a sí mismo claro y distintamente, y conoce de igual modo sus afectos, ama a Dios, y  tanto más cuanto más se conoce a sí mismo y más conoce sus afectos.

-Prop XVI:
Este amor a Dios debe ocupar el alma en el más algo grado.

-Prop XVII:
Dios está libre de pasiones y no puede experimentar afecto alguno de alegría o tristeza


-Prop XVIII:
Nadie puede odiar a Dios
No puede haber tristeza alguna por la idea de Dios, esto es, nadie puede odiar a Dios
Corolario: el amor de dios no puede convertirse en odio
Escolio:  en la medida en que entendemos las causas de la tristeza, deja ésta de ser una pasión, e.d, deja de ser tristeza, y así, en cuanto que entendemos a Dios como causa de la tristeza, nos alegramos.

-Prop XIX:
Quien ama a Dios no puede esforzarse en que Dios lo ame a él.
Si se esforzase alguien así desearía que ese Dios que ama no fuese Dios y, por tanto, desearía entristecerse, lo cual es absurgo.

-Prop XX:
Este amor a Dios no puede ser manchado por el afecto de la envidia ni por los celos, sino que se fomenta tanto más cuantos más hombres imaginamos unidos a Dios por el mismo vínculo de amor.

El amor a Dios es el más constante de todos los afectos, y que, en cuanto que se refiere al cuerpo, no puede destruirse sino con el cuerpo mismo.

Con esto he recogido todos los remedios de los afectos, e.d., todo el poder que el alma tiene, considerada en sí sola, contra los afectos. Por ello es evidente que la potencia del alma sobre los afectos consiste:
1-el conocimiento mismos de los afectos
2-en que puede separar los afectos del pensamiento de una causa exterior que imaginamos confusamente en el tiempo
3-por cuya virtud los afectos referidos a las cosas que conocemos  superan a los que se refieren a las cosas que concebimos confusa o mutiladamente
4-en la multitud de causas que fomentan los afectos que se refieren a las propiedades comunes de las cosas o a Dios
5-en el orden con que puede el alma ordenar sus afectos y concatenarlos entre sí.

Para que esta potencia del alma sobre los afectos se entienda mejor, conviene ante todo observar que nosotros llamamos "grandes" a los afectos cuando, al comparar el que experimenta un hombre con el que experimenta otro, vemos que el mismo afecto incide más sobre uno de ellos que sobre el otro. O bien cuando al comparar entre sí los afectos que experimenta un mismo hombre, descubrimos que uno de ellos afecta o conmueve a dicho hombre más que a otro.
Pues la fuerza de un afecto cualquiera se define por la potencia de la causa exterior, comparada con la nuestra. Ahora bien, la potencia del alma se define sólo por el conocimiento, y su impotencia o pasión se juzga sólo por la privación de conocimiento, e.d., por lo que hace que las ideas se llamen inadecuadas.

De ello se sigue que padece en el más alto grado aquel alma cuya mayor parte está constituida por ideas inadecuadas, de tal manera que se la reconoce más por lo que padece que por lo que obra.

Y al contrario, obra en el más alto grado aquella alma cuya mayor parte está constituida por ideas adecuadas; aunque contenga tantas ideas inadecuadas como aquella otra, con todo se la reconoce más por sus ideas adecuadas -que se atribuyen a la virtud humana- que por sus ideas inadecuadas -que arguyen impotencia humana-.

Debe observarse además que las aflicciones e infortunios del ánimo toman su origen principalmente de un amor excesivo hacia una cosa que está sujeta a muchas variaciones y que nunca podemos poseer del todo. Pues nadie está inquieto o ansioso sino por lo que ama, y las ofensas, las sospechas, las enemistades, etc, nacen del amor hacia las cosas, de las que nadie puede, en realidad, ser dueño.

Así concebimos  facilmente el poder que tiene el conocimiento claro y distinto, y sobre todo el tercer género de conocimiento cuyo fundamento es el conocimiento de Dios mismo, sobre los afectos: si no los suprime del todo, en la medida en que son pasiones, logra al menos que constituyan una parte mínima del alma. Engendra además amor hacia una cosa inmutable y eterna y que poseemos realmente; amor que de esta suerte, no puede ser mancillado por ninguno de los vicios presentes en el amor ordinario, sino que puede ser cada vez mayor, ocupar en el más alto grado el alma y afectarla ampliamente.

Y con esto concluyo todo lo que respecta a esta vida presente. Pues el mundo podrá comprobar fácilmente lo que al principio de este Escolio he dicho, a saber, que en estas pocas Proposiciones habia yo recogido todos los remedios de los afectos.
Ya es tiempo, pues, de pasar a lo que atañe a la duración del alma, considerada ésta sin relación al cuerpo.

-Prop XXI;
El alma no puede imaginar nada, ni acordarse de las cosas pretéritas, sino mientras dura el cuerpo.

-Prop XXII:
Sin embargo en Dios se da necesariamente una idea que expresa la esencia de tal o cual cuerpo humano desde la perspectiva de la eternidad.

-Prop XXIII:
El alma humana no puede destruirse absolutamente con el cuerpo, sino que de ella queda algo que es eterno.
Escolio: esa idea expresa la esencia del cuerpo desde la perspectiva de la eternidad. La eternidad no puede definirse con el tiempo ni puede tener con él ninguna relación. Mas no por ello dejamos de sentir que somos eternos. Los ojos del alma, con los que ve y observa las cosas, son las demostraciones mismas. Asi aunque no nos acordemos de haber existido antes del cuerpo, percibimos, sin embargo, que nuestra alma, en cuanto implica la esencia del cuerpo desde la perspectiva de la eternidad, es eterna

-Prop XXIV:
Cuanto más conocemos las cosas singulares tanto más conocemos a Dios

-Prop XXV:
El supremo esfuerzo del alma y su virtud suprema, consiste en conocer las cosas según el tercer género de conocimiento.

-Prop XXVI:
Cuanto más apta es el alma para entender las cosas según el tercer género de conocimiento, tanto más desea entenderlas según dicho género.

-Prop XXVII:
Nace de este tercer género de conocimiento el mayor contento posible del alma.

-Prop XXVIII:
El esfuerzo o el deseo de conocer las cosas según el tercer género de conomiento no puede surgir del primer género pero sí del segundo.

-Prop XXIX:
Nada de lo que el alma entiende desde la perspectiva de la eternidad, lo entiende en virtud de que conciba la presente y actual existencia del cuerpo, sino en virtud de que concibe la esencia del cuerpo desde la perspectiva de la eternidad.

-Prop XXX:
Nuestra alma, en cuanto que se conoce a sí misma y conoce su cuerpo desde la perspectiva de la eternidad, en esa medida posee necesariamente el conocimiento de Dios, y sabe que ella es en Dios y se concibe por Dios.


-Prop XXX:
Nuestra alma, en cuanto que se conoce a sí misma y conoce su cuerpo desde la perspectiva de la eternidad, en esa medida posee necesariamente el conocimiento de Dios, y sabe que ella es en Dios y se concibe por Dios.

-Prop XXXI:
El tercer género de conocimiento depende del alma como de su causa formal, en cuanto que el el alma misma es eterna.

-Prop XXXII:
Nos deleitamos con todo cuanto entendemos según el tercer género de conocimiento, y ese deleite va acompañado por la idea de Dios como causa suya.
Corolario: del tercer género de conocimiento brota necesariamente un amor intelectual hacia Dios. Pues del citado género surge una alegría que va acompañada por la idea de Dios como causa suya, esto es, un amor hacia Dios, no en cuanto nos imaginamos a Dios presente, sino en cuanto que conocemos que es eterno; a esto es a lo que llamo “amor intelectual de Dios”.

-Prop XXXIII:
El amor intelectual de Dios, que nace del tercer género de conocimiento, es eterno
Pues si la alegría consiste en el paso a una perfección mayor, la felicidad debe consistir, evidentemente, en que el alma esté dotada de la perfección misma.

-Prop XXXIV:
El alma no está sujeta a los afectos comprendidos dentro de las pasiones sino mientras dura el cuerpo.
Corolario: de ahí se sigue que ningún amor es eterno, salvo el amor intelectual.
Escolio: en la opinión de los hombres veremos que tienen conciencia de la eternidad de su alma pero la confunden con la duración, y atribuyen eternidad a la imaginación o la memoria, por creer que éstas subsisten después de la muerte.

-Prop XXXV:
Dios se ama a sí mismo con un amor intelectual infinito.


-Prop XXXVI:
El amor intelectual del alma hacia Dios es el mismo amor con que Dios se ama a sí mismo, no en cuanto que Dios es infinito, sino en la medida en que puede explicarse a través de la esencia del alma, considerada desde la perspectiva de la eternidad, es decir, el amor intelectual del alma hacia Dios es una parte del amor infinito con que Dios se ama a sí mismo.

Corolario: Dios ama a los hombres en la medida en que se ama a sí mismo, y, por consiguiente, que el amor de Dios hacia los hombres y el amor intelectual del alma hacia Dios son una y misma cosa.

Escolio: nuestra salvación, felicidad, es decir, nuestra libertad es un constante y eterno amor a Dios; este amor o felicidad es llamado "gloria" en los libros sagrados.

-Prop XXXVII:
Nada hay en la naturaleza que sea contrario a ese amor intelectual, o sea, nada hay que pueda suprimirlo.

-Prop XXXVIII:
Cuantas más cosas conoce el alma conforme al segundo y tercer género de conocimiento, tanto menos padece por causa de los afectos que son malos, y tanto menos teme a la muerte.

Escolio: la muerte es tanto menos nociva cuanto mayor es el conocimiento claro y distinto del alma y, por tanto, cuanto más ama el alma a Dios.

-Prop XXXIX:
Quien tiene un cuerpo apto para muchas cosas, tiene un alma cuya mayor parte es eterna.

Escolio: vivimos sometidos a continuas variaciones, y según cambiamos a mejor o peor, así se dice que somos dichosos o desdichados. Se dice que es desdichado el que de niño pasa a ser cadaver, y, por el contrario, se considera una dicha el haber podido recorrer el espacio de una vida entera con una alma sana en un cuerpo sano.

-Prop XL:
Cuanta más perfección tiene una cosa, tanto más obra y tanto menos padece; o de otra manera: cuanto más obra, tanto más perfecto es.

-Prop XLI:
Aunque no supusiésemos que nuestra alma es eterna, consideraríamos como primordiales, sin embargo, la moralidad y la religión y, en términos absolutos, todo lo que hemos mostrado en la Parte 4ª, referido a la firmeza y la generosidad.

Escolio: Otra parece ser la convicción común del vulgo. En efecto, los más de ellos parecen creer que son libres en la medida en que les está permitido obedecer a la líbidine y creen ceder n su derecho si son obligados a vivir según los preceptos de la ley divina.  Creen que la moralidad y la religión, y en general, todo lo relacionado con la fortaleza del ánimo, son cargas de cuyo peso esperan liberarse después de la muerte, para recibir el premio de la esclavitud, esto es, el premio de la moralidad y la religión; y con esta esperanza y el miedo a ser castigados con crueles suplicios despues de la muerte, les induce a vivir conforme a las prescripciones de la ley divina. Si no hubiese en los hombres esa esperanza y ese miedo, y creyeran que las almas mueren con los cuerpos, querrian regir todo según su apetitio y obedecer a la fortuna más que a sí mismos.

-Prop XLI:
La felicidad no es un premio que se otorga a la virtud, sino es la virtud misma, y no gozamos de ella porque suprimamos nuestras concupiscencias, sino, al contrario, podemos reprimir nuestras concupiscencias porque gozamos de ella.

Escolio: el ignorante, aparte de ser zarandeado de muchos modos por las causas exteriores y de no poseer jamás el verdadero contento de ánimo, vive, además, casi inconsciente de sí mismo, de Dios y de las cosas, y tan pronto como deja de padecer, deja también de ser. El sabio, al contrario, apenas experimenta conmociones del ánimo, sino que, consciente de sí mismo, de Dios y de las cosas con arreglo a cierta necesidad eterna, nunca deja de ser, sino siempre posee el verdadero contento del ánimo.  Si la vía que conduce a ese logro parece muy ardua, es posible hallarla, sin embargo.Y arduo debe ser lo que tan raramente se encuentra. En efecto: si la salvación estuviera al alcance de la mano y pudiera conseguirse sin gran trabajo ¿cómo podría suceder que casi todos la desdeñen?
Pero todo lo excelso es tan difícil como raro.












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