miércoles, 11 de abril de 2018

Juan Ramón Jiménez (Platero y yo) ed. Predmore

- casa de Villaespesa, calle del Pez, Madrid

-1901, en el Sanatorio de Castel d´Andorte en Le Bouscat, Bourdeaux

-1901-03, en el Sanatorio del Rosario y luego en casa del doctor Luis Sinarro

-lo aristocrático a la intemperie

-empecé a escribir Platero hacia 1906, a mi vuelta a Moguer

-Diario de un poeta recién casado es mi mejor libro. Me trajeron unidos amor, alta mar, alto cielo, verso libre, Americas distintas.

-erizada dificultad que cerca a quien quiere cultivarlos en lo profundo. Ruido, mala temperatura, grito, incomodidad, picos, necesidad de alternación política, falta de respeto, pago escaso...todo contribuye a que el hombre interior español viva triste.

-trust de malos olores.

-sus grandes obras surgen por el contacto con el mar

-"las expresiones poéticas más bellamente delicadas se las he oido a hombres toscos del campo, y con nadie he gozado más hablando que con ellos o sus mujeres y sus hijos (...) levantando la poesía del pueblo se habrá diseminado la mejor semilla social política".

-dotar a la prosa de la misma virginidad expresiva, la misma novedad combinatoria que se exige para el verso.

-el modernismo era libertad interior.

-el krausismo era entonces lo que luego fue el modernismo.

-dos corrientes innovadoras de su época: modernismo teológico y krausismo laico

-el tema de la educación, de la pedagogia krausista en Platero y yo, estrechamente ligado a la preocupación patriótica.

-descubrimiento de Alfred Loisy

-intuición poética del cristianismo, basada en el ideal de Francisco Giner; hacer la vida religión y religión de la vida. Vivir en Platero es vivir religiosamente.

-cura Don José, el médico Darbón, los maestros de escuela Doña Domitila y Lipiani; la muchedumbre le produce disgusto y desagrado, huye de los espectáculos que provocan hipocresía.

-el mundo lleno de hipocresía y violencia, un mundo necesitado de un ideal redentor. Y en este mundo es donde entra el poeta "vestido de luto, con mi barba nazarena cabalgando en la blandura gris de Platero". El poeta, como Cristo, es malentendido y perseguido por los niños pobres.

-son lecciones de sencillez, naturalidad, bondad, compasión, amor fraterno, en fin, virtudes cristianas todas.

-imágenes en torno de la mariposa y la sangre

-esta comunión entre Platero y la naturaleza encarna un misterio sagrado. Todos estos actos pueden ser interpretados como elementos rituales de un gran drama estacional en el cual el propio Platero es el protagonista.

-¿No son las heridas de Platero una evocación de las del Cristo crucificado?

-Platero y su amo, cuerpo y alma, parecen representar los dos aspectos de Jesucristo

-Platero, iba debajo de mi, como si fuera mi cuerpo olvidado.

´-asno y amo, vida, muerte y resurrección, heridas de sangre, mariposas y lirios..El Redentor entra en Jerusalem montado sobre un asno.

-lo divino se interioriza y la religión se convierte en un asunto de conciencia -conciencia de algo divino e innato.

-la mariposa expresa el sentido de su muerte como proceso de metamorfosis y renacimiento en el mundo natural o como misterio de resurrección en el reino espiritual

-pedagogía lírica de Platero

-la poesía es una tentativa de aproximarse a lo absoluto por medio de los símbolos. Lo universal es lo propio; lo de cada uno elevado a lo absoluto.

-pero las aguas más vitales para la inspiración de Platero son aquellas que fluyen de Tomás de Kempis, la Biblia y los místicos españoles, "renovados" o "modernizados" por Renan, Loisy y el krausismo español.

-la regeneración de la vida cristiana es necesaria para la regeneración social y política del país.

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a la memoria de Aguedilla, la pobre loca de la calle del Sol, que me mandaba moras  y  claveles.

-sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajo de cristal negro

-los hombres del campo, vestidos de limpio de despaciosos, se quedan mirándolo: Tien´asero.

-el alimento ideal pasa, libre y cándido, sin pagar su tributo a los Consumos.

-pronto, al amanecer de vuestra adolescencia, la primavera os asustará, como un menigo, enmascarada de invierno.

-la frente sintió el fino aleteo de la sombra fresca, igual que cuando se entra en un pinar espeso.

-Platero  parecía (por el eclipse), allá en el corral, un burro menos verdadero, diferente y recortado; otro burro…

-cabras negras entre las zarzamoras

-Platero trota sobre el arroyo, pisa la luna y la hace pedazos.

-Doña Domitila te daría con su larga caña seca en las manos o se comería la carne de membrillo de tu merienda o te pondría un papel ardiendo bajo el rabo y tan coloradas y tan calientes las orejas como se le ponen al hijo del aperador cuando va a llover…

-vestido de luto, con mi barba nazarena y mi breve sombrero negro, debo cobrar un extraño aspecto cabalgando en la blandura gris de Platero.

-chiquillos gitanos, aceitosos y peludos

-superposición de vagos y absurdos simulacros primaverales

-el pecho joven subía y bajaba como una menuda ola prisionera

-un doble reír, caído y cansado, expresó desde el suelo el femenino rendimiento

-todo lo fuerte se hace con su adorno delicado.

-tus ojos, que tu no ves, Platero.

-los jilgueros, los chamarices y los verderones te pondrán, en la salud perenne de la copa, un breve techo de música entre tu sueño tranquilo y el infinito de azul constante de Moguer.

-las golondrinas le contaban a las flores lo que habían visto en África

-el sol enciende un gran lunar de oro en la plata blanda de su lomo.

-el techo viejo llueve claras monedas de fuego.

-subida  en lo más alto del pesebre, la cabra me mira curiosa, doblando la fina cabeza de un lado y de otro, con una femenina distinción

-me ha saludado con un levantado rebuzno

-el paisaje verde nada en la lumbrarada florida y soñolienta y en el azul limpio que encuadra el muro astroso, suena, dejada y dulce, una campana.

-parecía que ya no estaba sobre la tierra, que entre sus herraduras y las piedras, un nuevo elemento lo aislaba, dejándolo sin razón, igual que un árbol desarraigado, cual un recuerdo, en la mañana violenta, entera y redonda de primavera. (El potro castrado)

-me daba azamboas y besos

-¡cuántos sueños le ha mecido a mi infancia, esa pobre pimienta que, desde mi balcón, veía yo, llena de gorriones, sobre el tejado de don José!

-¡qué interés(…) desde mi balcón, en el silencio de la calle, el de la casa de enfrente!

-el niño(tonto) alegre él y triste de ver; todo para su madre, nada para los demás

-mal viento negro

-manadero sin fin de alegrones

-hunde suavemente su boca en los espejos, que parece  que se hacen líquidos al tocarlos él; y hay por su enorme garganta como un pasar profuso de umbrías aguas de sangre.

-la escopeta, una absurda escopeta vieja amarrada con tomiza, se le había reventado y el cazador traía el tiro en un brazo.

-¡Qué encanto el de la azotea! Las campanas de la torre están sonando en nuestro pecho, al nivel de nuestro corazón, que late fuerte(…) el rio, con un barco que no acaba de entrar; graneros, donde un músico solitario ensaya el cornetín, o donde el amor violento hace redondo, ciego y cerrado, de las suyas…

-bebiendo en el pilón, sin verme, o jugando, como un tonto, con el gorrión o la tortuga

-veníamos los  dos, cargados, de los montes; Platero de almoraduj; yo, de lírios amarillos

-todo lo que en el poniente habia sido  cristal de oro, era luego cristal de plata

-los lirios olían más en la frescura de la noche que se entraba; olían con un olor más penetrante y al mismo tiempo, más vago, que salía de las flor sin verse la flor, flor de olor sólo, que embriagaba el cuerpo y el alma desde la sombra solitaria.

-Alma mía, lirio en la sombra -dije. Y pensé, de pronto, en Platero, que, aunque iba debajo de mi, se me había, como si fuera mi cuerpo, olvidado.

--¡Qué mágico embeleso ver, tras el cuadro de hierros de la verja, el paisaje y el cielo mismos que fuera de ella veían¡

-En mis sueños, con las equivocaciones del pensamiento sin cauce, la verja daba a los más prodigiosos jardines, a los campos más maravillosos.

-rezar con los pobres por los muertos de los ricos.

-me malhumora una endiablada chillería de chiquillos.

-Libre concierto de picos, fresco y sin fin

-Parece que estuviéramos dentro de un gran panal de luz, que fuese el interior de una inmensa y cálida rosa encendida.

-Platero, voy a darte un cubo de esta agua pura y fresquita, el mismo cubo que se bebía de una vez Villegas, el pobre Villegas, que tenía el cuerpo achicharrado ya de coñac y del aguardiente.

-Un velo parecía enlutecer el sol; un velo grande, como el velo pequeñito que nubló el ojo sano del perro asesinado.

-desbordado imaginación de un pintor interno; jardines venustianos…

-Este remanso era mi corazón antes. Así me lo sentía, bellamente envenenado, en su soledad, de prodigiosas exuberancias detenidas…

-sobre la empapada lana del asnucho, las campanillas mojadas gotean todavía.

-Hasta el rebuzno del Platero se hace tierno bajo la dulce carga llovida

-¡Quién como tú, Platero, pudiera comer flores…y que no le hicieran daño¡

-contagiado, en un oleaje de carnes de plata, igual que un chivillo, hacía corvetas, giraba sobre sus patas, en un vals tosco

-blandamente ruidoso

-en el manso  y áureo viento marero que ondulaba las copas.

-entre las lejanas maldiciones de los chiquillos violentos, rozaba su cabezota peluda contra mi corazón, dándome las gracias hasta lastimarme el pecho.

-Ahí tienes el ideal de familia de Amaro…Un hombre como un roble, que se rasca; una mujer, como una parra, que se echa; dos chiquillos, ella y él, para seguir la raza, y un mono, pequeño y débil como el mundo, que les da de comer a todos cogiéndose las pulgas…

-llega al prado del cabezo,

-dejando ver las grandes habichuelas de sus dientes amarillos.

-Inútil pregón misterioso, que ruedas brutalmente, como un instinto hecho carne libre, por las margaritas.

-la sanguijuela….parece un costalillo de almagra o un pellejillo de vino tinto.

-una flaca hermosura recia las acompaña, como un recuerdo seco y duro.

-Aglae, la donadora de bondad y  hermosura, apoyada en el peral que ostenta triple copa de hojas, de peras y de gorriones, mira la escena sonriendo, casi invisible en la transparencia del sol matinal.

--Darbón, el médico de Platero, es grande como un buey pio, rojo como una sandía.

-manotadas ponderativas

-el agua le pone en la palma un tembloroso palacio de frescura (…) El placio igual siempre y renovado a cada instante, vacila a veces.

-le robe al agua la sorprendida forma primera.

-Nos entendemos bien. Yo lo dejo ir a su antojo, y él me lleva siempre adonde quiero.

-Platero se me ha rendido como una adolescente apasionada. De nada protesta. Sé que soy su felicidad. Hasta huye de los burros y de los hombres…

-la chiquilla del carbonero, bonita y sucia cual una moneda

-acacia, verde llama que fue creciendo.

-Aquí, a donde tantas veces vine de la vida, con una ilusicón de soledad musical, fresca y olorosa, estoy mal, y tengo frió, y quiero irme, como entonces del casino, de la botica o del teatro, Platero.

-La niña, con su hábito cándido de Virgen de Montemayor, lazado de grana, transfigurada por la fiebre y la esperanza, parecía un ángel que cruzaba el pueblo, camino del cielo del sur.

-el olor de la Rocina

-dos grandes bueyes píos, que parecían obispos con sus frontales de colorines y espejos.
-Platero, entonces, dobló sus manos, y como una mujer se arrodilló –una habilidad suya- blando, humilde y consentido.

paciendo entre las castas margaritas del pradecillo

-una cosa enorme y tibia avanza, de pronto, como una proa viva, sobre mi hombro…

-quand en songeant ma follatre j´acolle (Ronsard)

-mete su cabezota entre los niños, por jugar

-humilde solicitud aduladora

-consiente el robo de una abeja o el voluble adorno de una mariposa

-¿Qué le diera yo al otoño, a cambio de esta flor divina, para que ella fuese, diariamente, el ejemplo sencillo y sin término de la nuestra?

-No sé si tú, Platero, sabrás ver una fotografía. Yo se las he enseñado a algunos hombres del campo y no veían nada en ella (capítulo Lord)

-redondo e impetuoso como el agua en la boca del caño.

-alboroto piador, huella macerada

-Platero rebuzna, sediento y anhelante Del pozo sale, asustada, revuelta y silenciosa, una golondrina.

-huele a pan calentito y a pino quemado (Albérchigos)

-ambos rucios se entienden en no sé qué movimiento gemelo de cabezas.

--muerto él sin saber yo cómo era, ya sabes que, según ese chiquillo, hijo de una madre que lo conoció sin duda, y soy más tonto que Pinito.

-el patio empedrado vibraba sonoro del relinchar de los alegres caballos pujantes,del reir fresco de las mujeres, de los afilados ladridos inquietos de los perros.

-Platero alzaba su raudo trotecillo agudo, que necesitaba multiplicar insistentemente, como un tren de Riotinto, su rodar menudo.

-si al hombre que es bueno debieran decirle asno. Si al asno malo debieran decirlo hombre.

-convexo firmamento verdinegro. Ay, Si su peluda cabezota idílica supiera que yo le hago justicia, que yo soy mejor que esos hombres que escriben Diccionarios, casi tan bueno como él.

-las campanas con su pregonera coronación de bronce…

-la chillona metalería de la música.

-San Roque, patrón de los panaderos; San Telmo, patrón de los  marineros.

-nube celeste de incienso

-en la tarde que cae, se alza, limpio, el latín andaluz de los salmos.

-Platero, en aquel hueco de silencio, rebuzna. Y su mansedumbre se asocia, con la campana, con el cohete, con el latín y con la música de Modesto, que tornan al punto, al claro misterio del día; y el rebuzno se le endulza, altivo, y rastrero, se le diviniza…

-sume en el agua umbría su boca, y bebotea, aquí y allá, en lo más limpio, avaramente.

-rojo y amarillo de disgusto, como en los libros de Galdós, en las muestras de los estancos, en los cuadros malos de la otra guerra de África…Un malestar como el que me dieron siempre las barajas de naipes finos con los hierros de los ganaderos en los oros, los cromos de las cajas de tabacos y de las cajas de pasas, las etiquetas de las botellas de vino, los premios del colegio del Puerto, las estampillas de chocolate…

-la plaza del reñidero era pequeña y verde.


-juegan los niños de los carabineros

-qué poesía cobra la adivinación de lo lejano, el confuso recuerdo de lo apenas conocido

-las viudas piensan en los muertos, que duermen cerca, detrás de los corrales. Los niños corren de una sombra a otra, como vuelan de un árbol a otro los pájaros…

-pasan vagas siluetas terrosas, calladas, dolientes  -un mendigo nuevo, un portugués que va hacia las rozas, un ladrón acaso- que contrastan, en su oscura apariencia medrosa, con la mansedumbre del crepúsculo malva, lento y  mítico, pone en las cosas conocidas. Los niños se alejan, y  en el misterio de las puertas sin luz, se habla de unos hombres que “sacan el unto de los niños para curar a la hija del rey, que está hética…”

-qué embeleso de reglas, de compases…

-breve aparato complicado

-se le estaba muriendo un niño y  don Luis le había dicho que le diera caldo de perritos.

-todos los perritos agarrados en torpe temblor, a sus tetillas rosadas y llenas…

-marco fugaz de la ventanilla.

-todos se han ido a misa. Nos hemos quedado en el jardín de los gorriones, Platero y yo.

-ha saltado del tejadillo de alpende

-Benditos pájaros, sin fiesta fija. Con la libre monotonía de lo nativo, de lo verdadero (…) contento, sin fatales obligaciones, sin esos olimpos ni esos avernos que extasían o que amedrentan a los pobres hombres esclavos, sin más moral que la suya ni más Dios que lo azul, son mis hermanos, mis dulces hermanos.

-en un alegre ejemplo de amor sin rito, se vienen de pronto, con su algarabía jovial y fresca, al jardín de las casas cerradas, en las que algún poeta, que ya conocen bien, y algún burrillo tierno, los contemplan fraternales.

-Guardia municipal nocturna consumera volante

-la chicharra sierra un pino

-un pájaro nunca visto, amarillo con lunares negros, se eterniza, mudo, en una rama.

-los guardas de los huertos suenan el latón para asustar a los rabúos, que vienen, en grandes bandos celestes, por naranjas…

-Platero se bebe la carne de azúcar de la suya, como si fuera agua.

-en alborotado silencio afanoso

-es como un esmalde de Piero di Cósimo, en donde el fuego está pintado sólo con negro, rojo y blanco puros.

-Pepe el Pollo, Oscar Wilde moguereño, ya un poco viejo, moreno y de rizos canos, vestida su afeminada redondez con una chupa negra y un pantalón de grandes cuadros en blanco y marrón, cuyos bolsillos reventaban de largas cerillas de Gibraltar.

-todo va y viene, en trueques deleitosso; se mira todo y no se ve, más que como estampa, momentánea de la fantasía…Y anda uno semiciego, mirando tanto adentro como afuera, volcando, a veces, en la sombra del alma la carga de imágenes de la vida.

-es la soledad como un gran pensamiento de luz

-cobra el canto un dulzor melodioso de cascabel libre

-cada nota es gemela de la otra, en una hermandad de oscuros cristales

-los habares mandan al pueblo mensajes de fragancia tierna, cual en una libre adolescencia candorosa y  desnuda.

-da pena ver a los muchachos andando torpemente por las calles con sus sombreros anchos, sus blusas, su puro, oliendo a cuadra y a aguardiente…

-qué hermoso el campo en estos días de fiesta en que todos lo abandonan.

-¿dónde están aquellos burros de Lucena, Almonte, Palos, cargados de oro liquido, prieto, chorreante, como tú, conmigo, de sangre; aquellas recuas que esperaban horas y horas mientras se desocupaban los lagares? Corría el mosto por las calles, y las mujeres y los niños llenaban los cántaros, orzas y tinajas…

-Pesado cadeneo

-el campo está solo con sus árboles y con la sombra de sus árboles.

-Era Sarito, el criado de Rosalina, mi novia portorriqueña. Se había escapado de Sevilla para torear por los pueblos, y venía de Niebla, andando, el capote, dos veces colorado, al hombro, con  hambre sin dinero.

-las grandes hojas, levemente movidas, del blando árbol viejo, me enlutan o me deslumbran. Parece que me mecieran suavemente en un cuna que fuese del sol a la sombra, de la sombra al sol.

-Torna la brisa, cual una mariposa que quisiera volar y a la que, de pronto,se le doblaron las alas…las alas…mis párpados flojos, que, de pronto, se cerrarán…

-Pioza, el viejo guarda de viñas, borracho en el suelo de la era, tocaba cara a la luna, hora tras hora su caracol.

-rebuznando enloquecido hacia los tranquilos pinos en sombra.

-Platero acaba de beberse dos cubos de agua con estrellas en el pozo del corral.

-una gran nube negra, como una gigantesca gallina que hubiese puesto un huevo de oro, puso la luna sobre una colina.

-Platero la miraba fijamente y  sacudía, con un duro ruido blando, una oreja.

-Entre los niños, Platero es un juguete. Con qué paciencia sufre sus locuras. Cómo va despacio, deteniéndose, haciéndose el tonto, para que ellos no caigan.

-Qué lujo puso Dios en ti, tarde del entierro.

-bajo el templor de Venus.

-llega la noche y sólo me voy cuando la sombra me quita.

-estoy cierto, Platero, de que ahora no estoy aquí, contigo, ni nunca en donde esté, ni en la tumba ya muerto; sino en la colina roja, clásica a un tiempo y romántica, mirando, con un libro en la mano, ponerse el sol sobre el rio…

-el arado va, como una tosca arma de guerra, a la labor alegre de la paz

-los niños cogen el sol con un pedacito de espejo  y lo llevan a las paredes de la sombra, uniendo en una sola las imágenes de la mariposa y de la hoja seca.

-rebotaron los plomos y uno fue a matar a un pobre palomo blanco, que estaba bebiendo bajo el peral

-la tortuga griega como con las gallinas, con los palomos, con los gorriones y lo que más le gusta es el tomate. A veces, en primavera, se enseñorea del corral, y parece que ha echado de su seca vejez eterna y sola, una rama nueva: que se ha dado a luz a sí misma para otro siglo…

-se escarranchó sobre Platero.

-con esa dulce obediencia voluntaria que presta al hombre la niña que va para mujer, me lo cedió de grado.

-oscura haza recién arada.

-triste vehemencia amarilla del rápido poniente.

-qué diferencia entre un hombre sobrio, seco y sencillo de la Carretería, por ejemplo, Raposo, y un hombre alegre, moreno y rubio, Picón, tú lo conoces, de la calle de la Ribera.

-fino pañuelo negro de espuma.


-Mira cómo han puesto el rio entre las minas, el mal corazón y el padrastreo

-(la granada) da al gusto una sensación como al del ojo perdido en el laberinto de colores inquietos de un calidoscopio.

-Caía el sol y los granados se incendiaban como ricos tesoros, junto al pozo en sombra que desbarataba la higuera llena de salamanquesas.

-quería que entraras conmigo (en el cementerio viejo), por eso te he metido, entre los burros del ladrillero, sin que te vea el enterrador. Ya estamos en el silencio.

-Esa abubilla que ves ahí, en la salvia, tiene nido en un nicho…Los niños del enterrador. Mira con qué gusto se comen su pan con manteca colorada…

-incogible ráfaga

-aumentando mi boca con mis manos, he gritado contra la roca.

-poco a poco su rebuzno se ha ido quedando sólo en su rebuzno, entre las chumberas

-(la fuente vieja) encierra en sí, como una clave o una tumba, toda la elegía del mundo, es decir, el sentimiento de la vida verdadera (…) De ella fui a todo. De todo fui a ella. De tal manera está en su sitio, tal armoniosa sencillez la eterniza, el color y la luz son suyos por entero, que casi se podría coger de ella en la mano, como su agua, el caudal completo de la vida.


--parece que los árboles han dado la vuelta y tienen la copa en el suelo y en el cielo las raíces, en un anhelo de sembrar en él. Mira ese chopo: parece Lucía, la muchacha titiritera del circo.

-la canción suave que antes cantaron las hojas de arriba ¡qué seca oración arrastrada se ha tornado abajo¡

-pasa el liencero de La Mancha y el quincallero de Lucena.

-los novios comen (tostaditos piñones) juntos en las puertas, trocando entre risas de llama, meollos escogidos

´-León, decano de los mozos de cuerda de Moguer

-un toro colorado pasa, dueño de la mañana, olfateando, mugiendo, destrozando por capricho lo que encuentra. Se para un momento en la colina y llena el valle, hasta el cielo, de un lamento corto y  terrible.

-el paso de Platero es menudo, unido, como el de la señorita del circo en el alambre, fino, juguetón…Parece que no anda.

-la tierna humildad del burro cargado empieza, como el año pasado, a parecer divina.

-(la yegua blanca)las piedras yacían a su lado, fría ya ella como ellas. Tenía un ojo abierto del todo que, ciego en vida, ahora que estaba muerta parecía como si mirara. Su blancura era lo que iba quedando de luz en la calle oscura.

-cencerros, peroles, almireces, gangarros, calderos

-el viudo Satanás ha tenido tiempo de consumir el mosto de setenta vendimias

-lunareada de blanco, va  al Cabildo, a pedir permiso para acampar, como siempre, tras el cementerio.

-(la llama) ¿Qué cabellera suelta, qué brazos, qué piernas resistirían la comparación con estas desnudeces ígneas? Tal vez no tenga la naturaleza muestra mejor que el fuego.

-el fuego es universo dentro de casa (…) Estamos envueltos en danzas de oro y sombras. La casa baila toda, y se achica y se agiganta en juego fácil, como los rusos. Todas las formas surgen de él, en infinito encanto (…) el mismo amor parece muerte aquí.

llenaban de islas vivas las moscas

-libre y sin irse (…)¿O es que está muerto, como Bécquer y sigues de pie, sin embargo?

-(burro viejo) Parece que la agonía lo ha sembrado en el suelo

-la llama, en fin, que limpia el humo y puebla el aire de puras lenguas momentáneas, que parecen lamerlo.

-Aquí, en esta casa grande, hoy cuartel de la guardia civil, naci yo.

-en hazas

-después mi padre se fue a la calle Nueva, porque los marineros andaban siempre navaja en mano, porque los chiquillos rompían todas las noches la farola del zaguán y la campanilla y porque la esquina hacia siempre mucho viento…

-jamás se me borrará de mi memoria aquella noche en que nos subieron a los niños todos, tembloros y ansiosos, a ver el barco inglés aquel que estaba ardiendo en la Barra…

-Dios está en su palacio de cristal. Quiero decir que llueve.

-Es dia de contemplaciones

-(leche de burra) Corren presurosas las lecheras arriba y abajo, con su cántaro de lata en el vientre , pregonando su blanco tesoro en el frío. Esta leche que saca el ciego a su burra es para los catarrosos.

-no quería la pobre burra vieja más advientos y se defendía del destino vertiendo en lo infecundo de la tierra, como Onán, la dádiva de algún burro  desahogado…

-Y ahí está la burra, rascando su miseria en los hierros de la ventana, farmacia miserable, para todo otro invierno, de viejos fumadores, tísicos y borrachos.

-Se diría el cielo un mundo de niños; que le está rezando a la tierra un encendido rosario de amor ideal.

-Diera toda mi vida por la pureza de esta alta noche de enero, sola, clara y dura.

-el premio era un libro de estampas que había recibido de Viena.

-como delantal, una bandera de Columbia.

-Mi nostalgia de lo mejor ¡tan triste en mi pobre pueblo! halló un engaño deleitable.

-me encontré de pronto como sobre un tesoro inextinguible. Moguer, Monte de Oro, Monturrio, Mons Urium

-recuerdo “La fuente de la indolencia” de Turner, que parece pintada toda, en su amarillo limón, con vino nuevo.

-desde niño tuve horror instintivo al apólogo, como a la iglesia, a la guardia civil, a los toreros y al acordeón. Los pobres animales, a fuerza de hablar tonterías por boca de los fabulistas, me parecían tan odiosos como en el silencio de las vitrinas hediondas de la clase de Historia Natural.

-Jean de la Fontaine (…) me reconcilió con los animales parlantes; y un verso suyo, a veces, me parecía la voz verdadera del grajo, de la paloma o de la cabra. Pero siempre dejaba sin leer la moraleja, ese rabo seco, esa ceniza, esa pluma caída del final.

-(carnaval) toda la plaza es ya un concierto altivo de metal amarillo, de rebuznos, de risas, de coplas, de almireces…Tú y yo no servimos para estas cosas.

-el platillo. Un instrumento difícil…El uniquito que se toca sin papel. (León, decano de los mozos de cuerda de Moguer)

-Tu vida es tan sencilla como el camino corto del Cementerio Viejo.

-los asnos del arenero.

-Hay bellezas culminantes que en vano pretenden otras ocultar.

-(mariposa) Qué delicia verla volar así, pura y sin ripio.

-ahora estás en un prado del cielo y llevas sobre tu lomo peludo a los ángeles adolescentes ¿me habrás quizá olvidado? (…) Y , cual contestando a mi pregunta, una leve mariposa blanca, que antes no había visto, revolaba insistentemente, igual que un alma, de lirio en lirio.

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martes, 3 de abril de 2018

graham greene (El fin de la aventura)


-calamina
-es posible enamorarse comiendo cebolla?
-fanatismo de segunda mano
-daba vueltas al sombrero entre las manos, como si buscara el nombre del fabricante
-con el pelo gris lacio de las señoras que presiden las tómbolas de caridad
-ovillo coloquial
-¿por qué  esta promesa subsistía, como uno de esos floreros feos que le han regalado a una y que una está esperando siempre que rompa la criada?
-ayer compré un crucifijo. Era como comprar una ducha vaginal o un pesario.
-canicie
-conservo un poco la exclusividad de la falta de éxito.
-su conversación era como la red del metro. Se movía en círculos y curvas.
-el ala de esos gansos grises que vuelan sobre nuestras tumbas futuras había hecho pasar un escalofrió por mi espinazo, a no ser que hubiera pescado un resfriado en aquel recinto helado.
-tendido de espaldas en mi cama contemplaba las sombras de los árboles del prado comunal fluctuando en el techo.
-San Agustín se pregunta de dónde venía el tiempo. Decía que venía del futuro, que aún no existía el presente, que no tenía duración e iba al pasado que había dejado de existir. No me parece que estemos en condiciones de comprender el tiempo mejor que un niño.
-no necesito su compasión profesional –padre Crompton

lunes, 2 de abril de 2018

Platón (Gorgias o la retórica)

-los bienes de la vida: salud, belleza y riqueza (adquirida sin injusticia)

-la retórica es, en mi opinión, el remedo de una parte de la política

-no es un arte sino una rutina; a lo que no está desprovisto de razón y no lo llamo arte

-la retórica es con relación al alma lo que la cocina con relación al cuerpo

-el poder es un bien para quien lo tiene

-el que tiene probidad y virtud es dichoso

-para aquel que no está en el caso de hacer alguna injusticia, no veo que le pueda ser la retórica de gran utilidad, si es que alguna puede prestar, porque la retórica no es buena para nada.

-ambos amamos dos cosas: yo a Alcibíades y a la filosofia; tú a Atenas y al hijo de Pirílampo

-la filosofía es cosa entretenida cuando se la estudia con moderación durante la juventud; pero si se fija uno mucho en ella más de lo conveniente, es un azote de los hombres. Por mucho genio que uno tenga, si continua filosofando hasta edad avanzada, se le hacen necesariamente nuevas todas las cosas, que uno no puede dispensarse de saber si quiere hacerse hombre de bien y crearse una reputación (...) cuando se les encomienda algún negocio doméstico o civil, se ponen en ridículo.

-
-por mucho genio que tenga, este hombre no puede menos de degradarse al huir de los sitios frecuentados de la ciudad y las plazas públicas, donde, según el poeta, los varones se hacen ilustres; y al ocultarse, como suele hacer, para pasar el resto de sus días charlando en un rincón con tres o cuatro jóvenes, sin que nunca salga de su boca ningún discurso noble, grande y que valga la pena.

- Nausícides de Colargo.

-les decía que la industria del cocinero no me parecía arte sino rutina; y que, por el contrario, la medicina es un arte; fundándome para esto en que la medicina ha estudiado la naturaleza del objeto sobre el que se ejerce, conoce las causas de lo que hace (…) en cambio la cocina, consagrada por entero a los aderezos del placer, tiende a este objeto sin ser dirigida por ninguna regla, y sin haber examinado ni la naturaleza del placer ni los motivos de sus operaciones.

-la virtud consiste en satisfacer aquellos de nuestros deseos que, satisfechos, hacen al hombre mejor y no conceder nada a los que le hacen peor.

-los sabios, Callicles, dicen que un lazo común une al cielo con la tierra, a los dioses con los  hombres.

-que nadie se ha librado nunca de su destino, lo que necesita es ver de qué manera deberá conducirse

Mitecos, tratadista de cocina y Sarambos, mercader de vinos.

-seré juzgado como lo sería un médico acusado delante de niños por un cocinero.

-me consagro a la verdadera política con un pequeño número de atenienses