-los bienes de la vida: salud, belleza y riqueza (adquirida sin injusticia)
-la retórica es, en mi opinión, el remedo de una parte de la política
-no es un arte sino una rutina; a lo que no está desprovisto de razón y no lo llamo arte
-la retórica es con relación al alma lo que la cocina con relación al cuerpo
-el poder es un bien para quien lo tiene
-el que tiene probidad y virtud es dichoso
-para aquel que no está en el caso de hacer alguna injusticia, no veo que le pueda ser la retórica de gran utilidad, si es que alguna puede prestar, porque la retórica no es buena para nada.
-ambos amamos dos cosas: yo a Alcibíades y a la filosofia; tú a Atenas y al hijo de Pirílampo
-la filosofía es cosa entretenida cuando se la estudia con moderación durante la juventud; pero si se fija uno mucho en ella más de lo conveniente, es un azote de los hombres. Por mucho genio que uno tenga, si continua filosofando hasta edad avanzada, se le hacen necesariamente nuevas todas las cosas, que uno no puede dispensarse de saber si quiere hacerse hombre de bien y crearse una reputación (...) cuando se les encomienda algún negocio doméstico o civil, se ponen en ridículo.
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-la retórica es, en mi opinión, el remedo de una parte de la política
-no es un arte sino una rutina; a lo que no está desprovisto de razón y no lo llamo arte
-la retórica es con relación al alma lo que la cocina con relación al cuerpo
-el poder es un bien para quien lo tiene
-el que tiene probidad y virtud es dichoso
-para aquel que no está en el caso de hacer alguna injusticia, no veo que le pueda ser la retórica de gran utilidad, si es que alguna puede prestar, porque la retórica no es buena para nada.
-ambos amamos dos cosas: yo a Alcibíades y a la filosofia; tú a Atenas y al hijo de Pirílampo
-la filosofía es cosa entretenida cuando se la estudia con moderación durante la juventud; pero si se fija uno mucho en ella más de lo conveniente, es un azote de los hombres. Por mucho genio que uno tenga, si continua filosofando hasta edad avanzada, se le hacen necesariamente nuevas todas las cosas, que uno no puede dispensarse de saber si quiere hacerse hombre de bien y crearse una reputación (...) cuando se les encomienda algún negocio doméstico o civil, se ponen en ridículo.
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-por mucho genio que
tenga, este hombre no puede menos de degradarse al huir de los sitios
frecuentados de la ciudad y las plazas públicas, donde, según el poeta, los
varones se hacen ilustres; y al ocultarse, como suele hacer, para pasar el
resto de sus días charlando en un rincón con tres o cuatro jóvenes, sin que
nunca salga de su boca ningún discurso noble, grande y que valga la pena.
- Nausícides de Colargo.
-les decía que la
industria del cocinero no me parecía arte sino rutina; y que, por el contrario,
la medicina es un arte; fundándome para esto en que la medicina ha estudiado la
naturaleza del objeto sobre el que se ejerce, conoce las causas de lo que hace
(…) en cambio la cocina, consagrada por entero a los aderezos del placer,
tiende a este objeto sin ser dirigida por ninguna regla, y sin haber examinado
ni la naturaleza del placer ni los motivos de sus operaciones.
-la virtud consiste en satisfacer aquellos de nuestros deseos
que, satisfechos, hacen al hombre mejor y no conceder nada a los que le hacen
peor.
-los sabios, Callicles, dicen que un lazo común une al cielo
con la tierra, a los dioses con los
hombres.
-que nadie se ha librado nunca de su destino, lo que necesita
es ver de qué manera deberá conducirse
Mitecos, tratadista de cocina y Sarambos, mercader de vinos.
-seré juzgado como lo
sería un médico acusado delante de niños por un cocinero.
-me consagro a la verdadera política con un pequeño número de
atenienses
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