-Era la música fundamental,
anterior y superior a quienes la
descubren e interpretan, como la fuente de quien el rio y aun el mar solo son
formas tangibles y limitadas.
-hoy creo comprender lo que
entonces no comprendía: cómo aquel reducido espacio del invernadero, atmósfera
lacustre y dudosa donde acaso habitaban criaturas invisibles, era para mi imagen perfecta de un edén, sugerido
en aroma, en penumbra y en agua, como en aquel verso gongorino: verde calle, luz tierna, cristal frio.
-opopanax: mirra
-llega un momento en la vida
cuando el tiempo nos alcanza (No sé si expreso bien esto).
-he visto cómo las horas quedaban
inmóviles, suspensas en el aire, tal la nube que oculta un dios, puras y
aéreas, sin pasar.
-Qué grato en la dejadez del mediodía
estival, en la sombra del ambiente, balancearse sobre la mecedora de rejilla
-pejerreyes-
-Aquellas páginas (de mitología)te
revelaron un mundo donde la poesía, vivificándolo como la llama al leño,
transmutaba lo real. Qué triste te pareció entonces tu propia religión
-Aunque al lado no tuvieses a
alguien para advertirte del riesgo que así corrias, guiando la vida,
instintivamente, conforme a una realidad visible para la mayoría, y a la
nostalgia de una armonía espiritual y corpórea rota y desterrada siglos atrás
de entre las gentes.
-en las largas tardes de verano,
ya regadas las puertas ya pasado el vendedor de jazmines, aparecían ellos,
solos a veces, emparejados casi siempre. Iban vestidos con blanca chaqueta
almidonada, ceñido pantalón negro de alpaca, zapatos rechinantes como cantar de
grillos y en la cabeza una gorrilla ladeada que dejaba escapar algún rizo negro
o rubio. Se contoneaban con gracia felina, ufanos de algo que solo ellos conocían,
pareciendo guardarlo secreto, aunque el placer que ese secreto hallaban
desbordaba a pesar de ellos sobre la gente.
-flotaba un aire limpio y como no
respirado por otros todavía, trayendo consigo también algo de aquella misma
sensación de lo inusitado, de la sorpresa, que embargaba el alma del niño y
despertaba en él un gozo callado, desinteresado y hondo. Un gozo que ni los de
la inteligencia luego, ni siquiera los del sexo, pudieron igualar ni
recordárselo.
-estaba borracho de vida, y no lo sabía;
estaba vivo como pocos, como sólo el poeta puede y saber estarlo.
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