martes, 17 de octubre de 2017

Platón (Fedro)

-Lisias sostiene que debe conceder sus amores más bien al que no ama que al que ama.

-sigamos el curso del Iliso y allí escogeremos algún sitio solitario para sentarnos.
-Me viene perfectamente haber salido de casa sin calzado, porque tu nunca lo gastas. Podemos seguir la corriente y en ella tomaremos baños de pies, lo que es agradable en estas estación y en esta hora.

-yo no he podido aún cumplir con el precepto de Delfos, conociéndome a mi mismo, y dada mi ignorancia, me parece ridículo intentar conocer lo que me es extraño.

-¿hay algo más encantador que el arroyo que corre al pie de este plátano? Nuestros pies sumergidos en él acreditan su frescura.

-probablemente tú no habrás salido jamás de Atenas, ni traspadado las fronteras, ni aún dado un paseo fuera de muros.
-así es, pero es porque quiero instruirme. Los campos y los árboles nada me enseñan y sólo en la ciudad puedo sacar partido del roce con los demás hombres. Sin embargo, creo que has encontrado recursos para curarme de este humor casero.
-¿cómo pueden aprobar los amantes las resoluciones que han tomado en estado de delirio?

-los pensamientos que salgan de mi alma, como de un vaso lleno hasta el borde, proceden de orígenes extraños. Pero soy tan indolente que no sé cómo ni de dónde me vienen.

-estamos solos, el sitio es retirado, y soy el más joven y fuerte de los dos. En fin, ya me entiendes: no me obligues a hacerte violencia y habla por las buenas.

-voy a cubrirme la cabeza para concluir lo más pronto posible, porque el mirar a tu semblante me llena de turbación y de confusión.

-dos principios gobiernan el amor: el deseo instintivo de placer, y el gusto reflexivo del bien. Cuando el gusto del bien se apodera del alma, se llama sabiduría; cuando el deseo irreflexivo nos arrastra, se llama intemperancia.

-enjambre de deseos

-ya me considero poco distante  del tono del ditirambo.

-un dios (¿malicioso?) ha mezclado a la mayor parte de los males que afligen a la humanidad, un goce fugitivo.

-no olvides jamás que la ternura de un amante no es una afección benévola, sino un apetito grosero que quiere saciarse.

-ahora hablaré con cara descubierta y la vergüenza no me obligará a tapar mi cabeza como antes.

-¿no crees que nos hubieran calificado como gentes criadas entre marineros que jamás oyeron hablar del amor  a personas cultas?

-seré más cauto que los dos poetas (Homero y Stesícoro de Himera), porque antes que el amor haya castigado mis ofensivos discursos, quiero presentarle mi Palinodia. Pero esta vez hablaré con cara descubierta, y la vergüenza no me obligará a tapar mi cabeza como antes.(Fedro, hijo de Pitocles, del barrio de Mirrinos)

-esto sería muy bueno, si fuese evidente que el delirio es un mal, pero es todo lo contrario; al delirio inspirado por los dioses es al que somos deudores de los más grandes bienes.


-los antiguos, que han creado el lenguaje, no han mirado el delirio, manía, como indigno o deshonroso; porque no hubieran aplicado este nombre a la más nobles de todas las artes, la que nos da a conocer el porvenir, y no la hubiera llamado maniké,  y si dieron este nombre fue porque pensaron que el delirio es un don magnífico cuando nos viene de los dioses. La actual generación  introduciendo debidamente una “t” en esta palabra ha creado la de mantiké. Por el contrario, la  indagación del porvenir hecha por hombres sin inspiración, que observaban el vuelo de los pájaros y otros signos, se les llamó  oyouistiké, porque estos adivinos buscaban,  con el auxilio del razonamiento, dar al pensamiento humano la inteligencia y el conocimiento.

-al delirio se han debido las purificaciones y los ritos misteriosos que se preservaron de los males presentes y futuros al hombre verdaderamente inspirado.

-hay una tercera clase de delirio y de posesión, que es la inspirada por las musas; cuando se apodera de una alma inocente y virgen aún, la transporta y le inspira odas y otros poemas que sirven para la enseñanza de las generaciones nuevas (…) Pero todo el que intente  aproximarse al santuario de la poesía, sin estar agitado por ese delirio que viene de las musas, o que crea que el arte sólo basta para hacerle poeta, estará muy distante de la perfección; y la poesía de los sabios se verá siempre eclipsada por los cantos que respiran un éxtasis divino.

-los dioses nos envían esta especie de delirio para nuestra mayor felicidad.

-lo que se mueve por sí mismo es inmortal, y nadie temerá afirmar que el poder de moverse por sí mismo es la esencia del alma.

-el alma se parece a las fuerzas combinadas de un tronco de caballos y un cochero; los corceles y los cocheros de las almas divinas son excelentes y de buena raza, pero, en los demás seres,  su naturaleza está mezclada de bien y de mal. Por esta razón, en la especie humana el cochero dirige dos corceles, el uno excelente y de buena raza, y el otro muy diferente del primero y de un origen bien diferente; un tronco semejante no puede dejar de ser penoso y difícil de guiar.


-la virtud de las alas consiste en llevar lo que es pesado hacia las regiones superiores, donde habita la raza de los dioses.

-cuando ha contemplado las esencias y está completamente saciado, se sume de nuevo en el cielo y entra en su estancia. Apenas ha llegado, el cochero conduce los corceles al establo, en donde les da ambrosía para comer y néctar para beber. Tal es la vida de los dioses.

-entre las otras almas, las que siguen a las almas divinas con paso más igual y que más las imita, levanta la cabeza la cabeza de su cochero hasta las regiones superiores y se ve arrastrada por el movimiento circular; pero molestada por sus corceles, apenas puede entrever las esencias.

-hay otras que tan pronto suben como bajan, y que arrastradas acá y allá por sus corceles perciben ciertas esencias y no pueden contemplarlas todas. En fin, otras almas siguen de lejos, aspirando como las primeras a elevarse hacia las regiones superiores, pero sus esfuerzos son impotentes; están como sumergidas y errantes en los espacios inferiores y luchando con ahínco por ganar terreno (...) por la poca maña de sus cocheros, muchas de estas almas se ven lisiadas (...) desfallecen y en su caída no les queda más alimento que las conjeturas de la opinión.

-es una ley de Adrasto que toda alma que ha podido seguir al alma divina y contemplar con ella alguna de las esencias, esté exenta de todos los males hasta el nuevo viaje.

-el alma que ha visto, lo mejor posible, las esencias y la verdad, deberá constituir un hombre, que se consagrará a la sabiduría, a la belleza, a las musas y al amor; la que se ocupa el segundo lugar será un rey justo o guerrero o poderoso; la del tercer lugar, un político, un financiero, un negociante; la del cuarto lugar, un atleta infatigable o un médico; la del quinto, un adivino o un iniciado; la del sexta, un poeta o un  artista; la del séptimo, un obrero o un labrador; la del octavo, un sofista o un demagogo; la del noveno, un tirano.

-a todo el que ha practicado la justicia le espera después de su muerte un destino más alto; el que la ha violado cae en condición inferior. El alma no puede volver a la estancia de donde  ha partido, sino que después del destierro de diez mil años porque no recobra sus alas ante, a menos que haya cultivado la filosofía con un corazón sincero o amado a los jóvenes con un amor filosófico.

-las otras almas, después de haber vivido su primera existencia, son objeto de un juicio; y una vez juzgadas, las unas descienden a las entrañas de la tierra para sufrir allí su castigo; otras,que han obtenido una sentencia favorable se ven conducidas a un paraje del Uranos, donde reciben las recompensas debidas a las virtudes que han practicado.

-de  manera el alma de un hombre puede animar una bestia salvaje, y el alma de una bestia animar a un hombre(...) Porque el alma que no vislumbrado la verdad, no puede revestir la forma humana.

-por esta razón es justo que el pensamiento del filósofo tenga sólo alas, pensamietno que se liga siempre cuanto es posible por el recuerdo a las esencias a que dios mismo debe su divinidad. El hombre que sabe servirse de estas reminiscencias está iniciado constantemente en los misterios de la infinita perfección, y sólo se hace él mismo verdaderamente perfecto. Desprendido de los cuidados que agitan a los hombres y curándose sólo de las cosas divinas, el vulgo pretende sanarle de su locura, y no ve que es un hombre inspirado.

-a todo esto tiende  este discurso sobre la cuarta especie de delirio. Cuando un hombre percibe las bellezas de este mundo y recuerda la belleza verdadera, su alma toma alas y desea volar; pero sintiendo su impotencia, levanta, como el pájaro, sus miradas al cielo, desprecia las preocupaciones de este mundo y se ve tratado como insensato.  De todos los géneros de entusiasmo éste es el más magnífico en sus  causas y sus efectos para el que lo ha recibido en su corazón.


-toda alma humana ha debido necesariamente contemplar las esencias, pues de no ser así, no hubiera podido entrar  en el cuerpo de un hombre. Pero los recuerdos de esta contemplación no se despiertan en todas las almas con la misma facilidad.

-un pequeño número de almas son las únicas que conservan con alguna claridad este recuerdo. Estas almas, cuando perciben alguna imagen de las cosas del cielo, se llenan de turbación y  no pueden contenerse pero no saben lo que experimentan, porque sus percepciones no son bastante claras. Y es que la justicia, la sabiduría y todos los bienes del alma han perdido su brillantez en las imágenes que vemos en este mundo, entorpecidos nosotros mismos por nuestros órganos groseros.

-puros nosotros, nos veíamos libres de esta tumba que llamamos cuerpo, y que arrastramos con nosotros, como la ostra sufre la prisión que la envuelve.

-la vista es, en efecto, el más sutil de todos los órganos del cuerpo. No puede, sin embargo, percibir la sabiduría, porque sería increíble nuestro amor por ella si su imagen y las imágenes de las otras esencias, dignas de nuestro amor, se ofreciesen a nuestra vista, tan distintas y tan vivas como son. Pero al presente sólo la belleza tiene el privilegio de ser a la vez un objeto tan sorprendente como amable.


-pero el hombre que ha sido perfectamente iniciado, que contempló en otro tiempo el mayor número de esencias, cuando ve un semblante que remeda la belleza celeste o un cuerpo que le recuerda  por sus formas la esencia de la belleza, siente de pronto como un temblor, y experimenta los terrores religiosos de otro tiempo; y fijando después sus miradas en el objeto amable, le respeta como a un dios, y si no temiese ver tratado su entusiasmo de locura, inmolaría víctimas al objeto de su pasión, como a un ídolo, como a un dios. A su vista, semejante a un hombre atacado de fiebre, muda de semblante, el sudor inunda su frente, y un fuego desacostumbrado se infiltra en sus venas; en el momento en que ha recibido por los ojos la emanación de la belleza, siente este dulce calor que nutre las alas del alma.

-las alas desenvolviéndose, le hacen experimentar un calor, una dentera, una irritación del mismo género. En presencia de un objeto bello recibe las partes de belleza que del mismo se desprenden y emanan, que han hecho dar al deseo el nombre de “himeros”, experimenta un calor suave, se reconoce satisfecho y nada en la alegría. Pero cuando está  separada del objeto amado, el fastidio la consume, los poros del alma por donde salen las alas se desecan, se cierran, de suerte que no tienen salida. Presa del deseo y encerradas en su prisión, las alas se agitan, como la sangre se agita en las venas; hacen empuje en todas direcciones, y el alma, aguijoneada por todas partes se pone furiosa y fuera de sí de tanto sufrir, mientras el recuerdo de la belleza la inunda de alegría.


-si adora al que posee la belleza es porque sólo en él encuentra alivio a los tormentos que sufre. A esta afección, querido joven, los hombres le llaman amor; los dioses le dan un nombre tan singular que quizá te haga sonreir. 


-los  mortales le llaman Eros, el dios alado; los inmortales le llaman Pteros, el que da alas

-cada hombre  escoge un amor según su carácter, le hace dios, le levanta una estatua en su corazón.

-la persona amada, que se deja subyugar por un amante que ama con delirio, se abandona a una pasión noble, que es para él un origen de felicidad. Su derrota tiene lugar de esta manera.

-cuando a fuerza de sufrir el corcel vicioso ha visto abatido su furor, baja la cabezay sigue la dirección que desea el cochero, y al percibir el objeto bello se muerde de terror. Entonces solamente es cuando el amante sigue con modestia y pudor al que ama.

-no puede estar en los decretos del destino que se amen dos hombre malos, ni que dos hombres de bien no puedan amarse.

-como el aire o un sonido reflejado por un cuerpo liso o sólido, las emanaciones de la belleza vuelven al alma del bello joven por el canal de los ojos.

-la ley divina no permite que los que han comenzado su viaje celeste, sean precipitados en las tinieblas subterráneas, sino que pasan vida dichosa y brillante en eterna unión y cuando reciben alas, las obtienen juntos.

-no entiendes nada, mi querido Fedro, de los repliegues de la vanidad.

-lo que me parece es que las cigarras, que cantan sobre nuestras cabezas y conversan entre sí, como lo hacen siempre con este calor sofocante, nos observan.

-dícese que las cigarras eran hombres antes del nacimiento de las musas. Cuando éstas nacieron y el canto con ellas, hubo hombre que de tal manera se arrebataron al oir sus acentos, que la pasión de cantar les hizo olvidar la de comer y beber y pasaron de la vida a la muerte sin darse cuenta. De estos hombres nacieron las cigarras, y las musas les concedieron el privilegio  de no tener necesidad de ningún alimento, sino que , desde que nacen hasta que mueren, cantan sin comer ni beber. Además de esto, anuncian a las musas cuál es, entre los mortales, el que rinde homenaje a cada una de ellas.

-es la verosimilitud, no la verdad, la que produce la convicción.

-cuando un orador, ignorando la naturaleza del bien y del mal, encuentra en sus conciudadanos la misma ignorancia, y les persuade no a tomar por caballo la sombra de un asno, sino el mal por el bien; cuando apoyado en el conocimiento que tiene de las preocupaciones de la multitud, la arrastra por malas sendas, ¿qué frutos podrá recoger la retórica de lo que haya sembrado?

-sin lecciones sus lecciones de bien hablar, de nada sirve el conocimiento de la verdad para persuadir.

-No hay, dice Laco, verdadero arte de la palabra, fuera de la posesión de la verdad, ni lo habrá jamás.

-los tratados de retórica de Néstor y Odiseo que compusieron en momentos de ocio durante el sitio de Ilión. Añadamos Palámedes.

-el que pretende poseer el arte de la palabra sin conocer la verdad, y se ha ocupado tan sólo en opiniones, toma por arte lo que no es más que una sombra risible.

-no dudo en achacar mis buenos discursos a las divinidades que habitan estos sitios; quizá también a los cantores inspirados por  las musas (las cigarras)


-pero, dime (porque en el furor divino que me poseía he perdido el recuerdo), ¿comencé mi discurso definiendo el amor?

-por lo menos me concederás que todo discurso debe, como ser vivo, tener un cuerpo propio, cabeza y pies y medio y extremos exactamente proporcionados entre sí y en exacta relación con el conjunto.

-¿no hemos dicho, en efecto, que el amor es una especie de furor?

-hay dos especies de furor o delirio: el uno, que no es más que una enfermedad del alma; el otro, que nos hace traspasar los límites de la naturaleza humana por una inspiración divina.

-hemos distinguido cuatro especies de delirio divino, 1) según que lo inspiran los dioses,  a atribuyendo la inspiración profética a Apolo; 2) la de los iniciados  a Dyonisos: 3) la de los poetas a las musas, y 4) la de los amantes a Afrodita y Eros.

-sirvámonos de este discurso para ver cómo se puede pasar de la censura al elogio.

-dos procedimentos en el discurso: 1) deben abrazarse de una ojeada todas las ideas particulares desparramadas acá y alla´y reunirlas bajo una sola idea general para hacer comprender, por  una definición exacta, el objeto que se quiere tratar. (definición/inducción)y 2) saber dividir de nuevo la idea general en sus elementos, como otras tantas articulaciones naturales, guardándose, sin embargo, de mutilar ninguno de estos elementos primitivos, como acostumbra un mal cocinero cuando trincha.(división, deducción)

-cuando creo hallar un hombre capaz de abarcar a la vez el conjunto y los detalles de un objeto, sigo sus pasos como si fueran los de una deidad. Los que tienen este talento, sabe dios si tengo o no razón para darles este nombre, pero en fin yo les llamo dialécticos.

-¿nos acogeremos a ese arte de la palabra, mediante el que Trasímaco  de Calcedonia y otros se han hecho hábiles hablantes, y que enseñan, recibiendo dones, como los reyes, por precio de su enseñanza?

-estructura de un discurso: 1) exordio, principio del discurso, 2) narración 3) deposición de los testigos 4) las pruebas 5) presunciones. Creo que un entendido discursista de Bizancio, Teodoro, habla también de la confirmación y la subconfirmación

-Eveno de Paros ha inventado la insinuación y las alabanzas recíprocas. Se dice que también ha puesto en versos mnemónicos la teoria de los ataques indirectos.

-Gorgias ha descubierto ha descubierto que la verosimilitud vale más que la verdad; y por medio de la palabras omnipotente, hacer que las cosas grandes parezcan pequeñas y pequeñas las grandes; dar un aire de novedad a lo que es antiguo y un aire de antigüedad a lo que es nuevo.

-Trasímaco lo mismo agita que aquieta a la multitud, a manera de encantamiento.

-todas la grandes artes se inspiran en estas especulaciones ociosas e indiscretas, que pretenden penetrar los secretos de la naturaleza.

-con la retórica sucede lo mismo que con la medicina. Estas dos artes piden un análisis exacto de la naturaleza del cuerpo, otro de la naturaleza del alma; siempre que no tomes como única guía la rutina y la experiencia, y que reclames al arte sus luces, para dar al cuerpo salud y fuerza por medio de remedios y el régimen, y dar al alma convicciones y virtudes por medio de sabios discursos y útiles enseñanzas.

-el que siga en sus discursos  un orden metódico explicará exactamente la esencia del objeto a que se refieren todas las palabras, y este objeto no es otro que el alma.

-apropiar cada género de discurso a cada auditorio

-el arte retórico no es más que el arte de conducir las almas; por eso es preciso que el que quiera hacerse orador sepa cuántas especies de almas hay.

-cuando sepa emplear o evitr con oportunidad el estilo conciso, las quejas lastimeras, las amplificaciones magníficas y todos los demás giros que la escuela la haya enseñado; sólo entonces poseerá el arte de la palabra.

-se dice, mi querido amigo, que es justo abogar hasta en defensa del lobo(mal/el demonio/…)

-ante los tribunales  debe cuidarse poco de la verdad,  sino solamente de la persuasión (…) el orador no debe tener otro norte que la apariencia, sin cuidarse de la realidad.

-Tisias sostiene que un hombre débil y valiente que es llevado ante el tribunal por haber apaleado a un hombre fuerte y cobarde, y por haberle robado la capa o cualquier cosa no debería decir palabra de verdad.

-la multitud se deja seducir por la verosimilitud a causa  de su relación con la verdad, y ya antes habíamos dicho que el que conoce la verdad sabrá también en todas las circunstancias encontrar lo que más se le aproxima.

-no es a sus compañeros de esclavitud a quienes el hombre dotado de razón debe esforzarse en agradar, como no sea de paso, sino a sus amos celestes y de celeste origen.

-cuando el fin es sublime, todo lo que se sufre para conseguirlo no lo es menos.


-me contaron que cerca de Naucratis, en Egipto, hubo un dios, el mismo a que está consagrado el pájaro que los egipcios llaman Ibis. Este dios se llamaba Teut. Se dice que inventó los números, el cálculo, la geometría, la astronomía, así como los juegos de ajedrez y de los dados, y, en fin, la escritura. 

-Padre de la escritura y entusiasmado con tu invención, la atribuyes todo lo contrario de sus efectos verdaderos. Ella no producirá sino el olvido en las almas de los que la conozcan, haciéndoles despreciar la memoria; fiados en este auxilio extraño abandonarán a caracteres materiales el cuidado de conversar los recuerdos, cuyo rastro habrá perdido su espíritu. Tú no has encontrado un medio de cultivar la memoria, sino de despertar reminiscencias, y das a tus discípulos la sombra de la ciencia y no la ciencia misma. Porque cuando vean que pueden aprender muchas cosas sin maestros, se tendrán por sabios, y no serán más que ignorantes, en su mayor parte, y falsos sabios insoportables en el comercio de la vida.

-los sacerdotes del santuario de Zeus en Dodona decían que los primeros oráculos salieron de una encina. Los hombres de otro tiempo, que no tenían la sabiduría de los modernos, en su sencillez consentían escuchar a una encina o a una piedra, con tal que la piedra o la encina dijesen verdad. Pero tú necesitas saber el nombre y el país del que habla,  y no te basta examinar si lo que dice es verdad o falso.

-el que piensa transmitir un arte, consignándolo en un libro, y el que cree a su vez tomarlo de éste, como si estos caracteres pudiesen darle alguna instrucción clara y sólida, me parece un gran necio; y seguramente ignora el oráculo de Ammon, si piensa que un escrito puede ser más que un medio de despertar reminiscencias en aquel que conoce ya el objeto de que en él se trata.


-éste es mi querido Fedro, el inconveniente así de la escritura como de la pintura; las producciones de este último arte parecen vivas, pero interrogadlas y veréis que guardan un grave silencio. Lo mismo sucede con los discursos escritos; al oirlos o leerlos creéis que piensan; pero pedidles alguna explicación sobre el objeto que contienen y os responden siempre la misma cosa. Lo que una vez está escrito, rueda de mano en mano, pasando de los que entienden la materia a aquellos para quienes no ha sido escrita la obra, y no sabiendo, por consiguiente, ni con quién debe hablar ni con quién callarse. Si un escrito se ve insultado o despreciado injustamente, tiene siempre necesidad del socorro de su padre; porque por sí mismo es incapaz de rechazar los ataques y de defenderse.

-el discurso que está escrito con los caracteres de la ciencia en el alma del que estudia, es el que puede defenderse por sí mismo, el que sabe hablar y callar a tiempo.

-después de depositar(sus semillas) en agua negra; no irá a sembrarlas  con el auxilio de una pluma y con palabras incapaces de defenderse por sí mismas y de enseñar suficientemente la verdad.(...) Pero si alguna vez escribe, sembrará sus conocimientos en los jardines de la escritura para divertirse; y formando un tesoro de recuerdos para sí mismo, llegado que sea a la edad en que se resienta la memoria.

-sembrar y plantar con la ciencia discursos capaces de defenderse por sí mismos y defender al que los ha sembrado, y que, en vez de ser estériles, germinarán y producirán en otros corazones otros discursos que, inmortalizando la semilla de la ciencia, darán a todos los que la posean la mayor de las felicidades de la tierra.

-los discursos escritos no son más que una ocasión de reminiscencia para los hombres que ya saben.

-habiendo bajado al arroyo de las ninfas y al albergue de las musas...

-el nombre de sabio, mi querido Fedro, me parece que sólo conviene a Dios; mejor les vendría el de amigos de la sabiduría., que estaría más en armonía con la debilidad humana.

-¡Oh Pan amigo y demás deidades de estas ondas! Dadme la belleza interior del alma, y haced que  el exterior  en mí esté en armonía con esta belleza espiritual. Que el sabio parezca siempre rico, y que yo posea sólo la riqueza que un hombre sensato puede tener y emplear.


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