lunes, 2 de octubre de 2017

Friedrich Schlegel (Lucinde)

-El que a Schiller le diera vértigo la lectura de la novela "Lucinde" es obvio: acaba de leer la primera novela moderna.

-la discriminación de la pereza y la voluptuosidad se dirige en el siglo XVIII por un lado como instrumento de lucha politico-moral de los burgueses contra la "leisure class", la nobleza.

--confesiones de un inexperto

-Fantasía ditirámbicas sobre la situación más bella.

-Alegoria de la insolencia

-se hubiera podido tomar al fantástico joven igualmente por una traviesa muchacha que se disfraza por capricho.

-el joven no sabe si simpatizar con la insolencia o con la delicadeza –dijo mi acompañante

-forma, inventa, transforma y mantén el mundo y  sus eternas figuras en un continuo cambio de eternas separaciones y  enlaces.

-Si este loo librito es encontrado alguna vez quizás impreso e incluso leído, tendría que ejercer sobre los jóvenes felices aproximadamente la misma influencia. A los del primer grado les excitaría el sentimiento de la carne; a los del segundo, los puede satisfacer por completo; y los del tercero, simplemente se volverán cálidos al leerlo.

-El joven que posee ese tercer grado ya no ama solamente como un hombre, sino también al mismo tiempo como una mujer.

-déjame reconocerlo: no te amo a ti, amo la feminidad misma.

-la religión a la cual he vuelto es la más antigua, la más infantil, la más sencilla. Venero el fuego como el símbolo más excelente de la divinidad; y dónde uno más bella que el que la naturaleza encerró en el delicado pecho femenino.

-estoy escribiendo y fantaseando, como ves, no sin unción;  pero tampoco sin vocación, sin vocación divina.

-muchos me entenderían mejor que yo mismo, pero sólo Una por completo y esas eres tú.

-lo que me importa es simplemente la objetividad de mi amor. Esta objetividad y toda predisposición hacia ella confirma y forma precisamente la magia de la escritura.

-idilio sobre el ocio

-he aquí que aprendí por mi mismo,  y un dios me ha plantado en el alma más de una melodía. Asi puedo a atreverme a hablar, no cuando se trata de la alegre ciencia de la poesía, sino del divino arte de la pereza. Así pues ¿ con quién habría de pensar y hablar sobre el ocio mejor que conmigo mismo? Y así hablé en aquella hora inmortal en la que el Genio me inspiró al anunciar el alto Evangelio del auténtico placer y  amor: oh, ocio.  Oh, tu la más sagrada joya, único fragmento de semejanza con los dioses que aún nos quedó del Paraiso. Al hablar así conmigo mismo estaba sentado como una muchacha pensativa en un irreflexivo romance junto al arroyo y seguía con la mirada las  ondas fugitivas.

-reflexionaba seriamente sobre la posibilidad de un abrazo constante.

-los maestros dicen que la grandeza en reposo es el más noble motivo de las artes plásticas.

-¡Y cómo aspiran los poetas, los sabios y los santos también a hacerse semejantes a los dioses¡¡ cómo rivalizan en la alabanza de la soledad, del ocio y de una liberal despreocupación e inactividad¡ Y con todo derecho; pues todo lo bello y lo bueno existe ya y se mantiene por su propia fuerza. ¿Para qué entonces ambicionar incondicionalmente el progreso sin tregua ni centro?

-esa actividad vacía e  intranquila no es sino una mala costumbre nórdica y no produce más que aburrimiento ajeno y propio.

-la diligencia y el provecho son los ángeles de la muerte con espada de fuego que impiden al hombre volver al Paraíso. Sólo con serenidad y mansedumbre, en el sagrado silencio de la auténtica pasividad puede uno recordar todo su yo y contemplar el mundo y la vida. ¿Cómo sucede todo pensar y todo poetizar si no es entregándose y abandonándose por completo al influjo de cualquier genio? Y sin embargo, el hablar y moldear  es sólo algo secundario en todas las artes y ciencias, lo esencial es el pensar y poetizar, y esto sólo es posible por medio de la pasividad. Cierto que es intencionada, voluntaria y parcial, pero aún así pasividad. Cuanto más bello es el clima, más pasivo es uno. Sólo los italianos saben andar, y sólo los orientales entienden cómo yacer.

-en todas las latitudes, el derecho del ocio es lo que diferencia a los principales de los vulgares y el verdadero principio de la nobleza.

-cuanto más divino es un hombre o la obra de un hombre, más semejantes se vuelven a la planta; esta es la moral y la más hermosa entre las formas de la naturaleza. Y así pues, la vida más alta y más perfecta no sería más que un puro vegetar.

-las conversaciones frívolas tienen que ser ingeniosas, delicadas y modestas, tanto como sea posible; pero por lo demás, lo suficientemente malvadas.

-la sociedad es un caos que sólo se puede formar y llevar a la armonía por medio del ingenio; y si no se bromea y juguetea con los elementos de la pasión, ésta se apelotona en espesas masas y lo oscurece todo.

-Años de aprendizaje de la masculinidad


-y así se asilvestraba cada vez más por su ansia insatisfecha, se hacía sensual por desesperación de lo espiritual, cometía acciones imprudentes por resistencia al destino, y era verdaderamente inmoral con una especie de buena fe.

-con un carácter así tenía que estar a menudo solitario en la compañía más sociable y alegre, y en realidad cuanto menos solo se sentía era cuando nadie estaba con él. Entonces se embriagaba con imágenes de esperanza y recuerdo y se dejaba seducir intencionadamente por su propia fantasía.

-creí necesario el que las naturalezas nobles aparezcan en situaciones vulgares y a los ojos de la multitud como simples o locos.

-así vivió de nuevo algún tiempo como antaño, en una sucesión de melancolía y alegría desenfrenada.

-ese lugar era su preferido;por medio del recuerdo se había convertido para él en una sagrada patria de todos los sufrimientos y decisiones

-su carácter estaba purificado de arder en el sufrimiento del amor divino y brillaba con clara fuerza, pero era tieso e inflexible como un auténtico acero.

-también el recordó el pasado, y su vida se le volvió por primera vez una historia formada al contársela a ella.

-vio con alegre asombro que era amado justo tan infinitamente como amaba.

-aprendió a ennoblecer lo vulgar.

-en ese centro más profundo de la vida lleva a cabo la voluntad creadora su juego mágico.

-el misterio de un origen o de una transformación instantánea sólo se puede adivinar y hacer adivinar por alegoría.

-es curioso que el hombre no se tema a sí mismo

-por eso la vida del hombre culto y reflexivo es un eterno forma y meditar sobre el hermoso acertijo de su destino. Siempre está determinándolo de nuevo, pues precisamente ése es todo su destino; determinar y ser determinado. Sólo en la búsqueda misma encuentra el espíritu del hombre el misterio que busca.

-lo indeterminado es más rico en misterios, pero lo determinado tiene más fuerza mágica. La encantadora confusión de lo indeterminado es más romántica, pero la elevada formación de lo determinado es más genial.

-con esta individualidad y con aquella alegoría, el multicolor ideal de sensualidad ingeniosa surge floreciente de la aspiración a lo incondicional.

-se ahoga lastimosamente en el abrazo de la preocupación que ama a la manera de los monos.

-rehúsa el beso con su boca sonriente.

-Lucinda, seguidora de Petrarca, símbolo del alto amor.

-la novela puede unir  armonias elevadas (Antigüedad)  con placeres interesantes ( Modernidad)


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