-en la vida doméstica de Cirilo Petrovich aparecían todos los vicios del hombre inculto.
-acostumbrado a dar rienda suelta a su voluntad con todos los impulsos de su gusto fogoso y los propósitos de su inteligencia limitada
-la perrera es admirable; ojalá vivieran tus gentes como tus perros
-eligió dos cachorrillos y mandó ahogar los demás
-llegado que hubo a la ciudad...
-arrancó una hoja del libro de gastos, dictó al cocinero Jaritona, el único que sabía leer y escribir en Kistenevka, una carta que aquel mismo dia fue enviada a la ciudad por correo
-Mas ya es hora de que conozca el lector al verdadero héroe de nuestra narración
-no se puede evitar que el viento sople
-Maria Kirilovna estaba sentada como sobre alfileres
-Stepan llevó al muchacho al palomar, lo encerró allí y se puso a mirar a la vendedora de pájaros.
-la honrilla de la generalidad de los cocheros
-un riachuelo se deslizaba silencioso cerca de las aldeas medio agotado con el otoño.
-las disgustantes bromas venían a mezclarse con sus tristes reflexiones
-antes de penetrar en este acontecimiento solemne, nos vemos precisados a presentar al lector uno de los personajes, nuevo para él, a quien sólo citamos de paso al principio de nuestra narración.
-con gran humildad altanera dirigía la vista a tierra
-con barbilla de fiesta(?)
-silencioso como un repollo de coliflor
-con los uchitels (profesores) no guarda ceremonias
-aquellos de mis lectores que no hayan vivido en aldeas, no pueden imaginarse el encanto de estas señoritas.
-Para ellas, el sonido de una campanilla es ya toda una aventura.
-las costumbres mundanas hacen las almas tan uniformes como los adornos de las cabezas
-Nastya era en la aldea persona más significativa que la confidente de la amante en la tragedia francesa.
-estos detalles en general resultan insípidos y por consiguiente los paso por alto...
-la antigua, profunda y enraizada enemistad se dispuso a cesar gracias a una torpe yegua.
-acostumbrado a dar rienda suelta a su voluntad con todos los impulsos de su gusto fogoso y los propósitos de su inteligencia limitada
-la perrera es admirable; ojalá vivieran tus gentes como tus perros
-eligió dos cachorrillos y mandó ahogar los demás
-llegado que hubo a la ciudad...
-arrancó una hoja del libro de gastos, dictó al cocinero Jaritona, el único que sabía leer y escribir en Kistenevka, una carta que aquel mismo dia fue enviada a la ciudad por correo
-Mas ya es hora de que conozca el lector al verdadero héroe de nuestra narración
-no se puede evitar que el viento sople
-Maria Kirilovna estaba sentada como sobre alfileres
-Stepan llevó al muchacho al palomar, lo encerró allí y se puso a mirar a la vendedora de pájaros.
-la honrilla de la generalidad de los cocheros
-un riachuelo se deslizaba silencioso cerca de las aldeas medio agotado con el otoño.
-las disgustantes bromas venían a mezclarse con sus tristes reflexiones
-antes de penetrar en este acontecimiento solemne, nos vemos precisados a presentar al lector uno de los personajes, nuevo para él, a quien sólo citamos de paso al principio de nuestra narración.
-con gran humildad altanera dirigía la vista a tierra
-con barbilla de fiesta(?)
-silencioso como un repollo de coliflor
-con los uchitels (profesores) no guarda ceremonias
-aquellos de mis lectores que no hayan vivido en aldeas, no pueden imaginarse el encanto de estas señoritas.
-Para ellas, el sonido de una campanilla es ya toda una aventura.
-las costumbres mundanas hacen las almas tan uniformes como los adornos de las cabezas
-Nastya era en la aldea persona más significativa que la confidente de la amante en la tragedia francesa.
-estos detalles en general resultan insípidos y por consiguiente los paso por alto...
-la antigua, profunda y enraizada enemistad se dispuso a cesar gracias a una torpe yegua.
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