martes, 15 de marzo de 2016

Pushkin (La nevasca)+ (La hija del capitán)

-Maria Gavrilovna se había educado con novelas francesas y, por consiguiente, estaba enamorada.

-le recibían peor que a un recaudador cesante

-con una "palidez interesante" decían las jóvenes del lugar.

-llegué a los doce años a saber leer y escribir en ruso y a apreciar con buen tino las cualidades de un lebrel

-basta de corretear por el cuarto de las criadas y de trepar al palomar

-postreros testimonios de la ternura familiar

-Uno cosa -decía él- que todos los militares debemos saber. Llega uno, por ejemplo,  durante una marcha a un pueblecito ¿y en qué va entretenerse? No todo ha de ser siempre pegar a los judios. Pues entre una en la hosteria y se pone a jugar al billar.

-me propuso jugar por dinero, por un grosch, no por lucro, sino para no jugar a padrenuestros, lo cual, según expresión suya, era la más indecentes de las costumbres.

-pero era difícil contiene a Savélich cuando ponía paño al púlpito.

-nastoika (licor de yerbas), batiuschka (padrecito), uriadnik (subteniente cosaco), Nieschnoisiernaia.

-cuando el pope anda de visiteo, entran en el cementario los diablos

-¿Qué es esto de los guantes de erizo?

-Akulina Panfilovna,  esposa del padre Jerásimo

-si deseas que Mascha Ivanovna vaya a tu casa al oscurecer, en lugar de versitos tiernos regálale un par de pendientes.

-dejase la poesia como cosa completamente contraria al servicio militar y que no podía conducir a nada bueno.

-joven lector, los cambios más sólidos y más eficaces son los que se verifican como consecuencia del mejoramiento de las costumbres y sin conmociones violentas

-no pude dejar de admirar tan extraño encadenamiento de circunstancias: un gabán de pie de los años de infancia me había librado de la horca

-los mejores compañeros de un bandido: un buen puñal, un buen arco, un buen caballo y las tinieblas de la noche.

-abismado en mis cavilaciones

-no te irrites, que también el caballo tiene cuatro patas y, sin embargo, tropieza.

-todo bien y menos da una piedra

-el buen señor me escuchaba con atención, mientras cortaba ramitas secas

-no es posible confiar en la subordinación de los bandidos

-monstruo de maldad  para todo el mundo menos para mi.

-saltamos de la sartén para dar en las brasas

-lo que se veía sobre nosotros era una horca instalada sobre una balsa, y de ella pendían tres cuerpos.

-le di(perdonad) un puñetazo en un oído y abrí la barrera por mi mismo.

-me escuchaba sin fingir timidez y sin oponer disculpas afectadas

-oímos gritos y desusada algarabía

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