jueves, 1 de enero de 2015

Balzac (Ferragus, jefe de los Devorantes)

-la roja claridad de los incendios

-Devorantes es el nombre de una de las tribus de Cofrades que surgieron en otro tiempo de la gran asociación mística formada por los obreros de la cristiandad para reconstruir el templo de Jerusalem.

-Las calles de Paris tienen cualidades humanas, y nos infunden con su fisionomía ciertas ideas contra las que no tenemos defensas.

-Todos morimos de conocidos. Es el lema de las mujeres y de los autores.

-El corazón le dio un vuelco, un calor insoportable le brotó del diafragma y le recorrió las venas, tuvo frío en la espalda y sintió en la cabeza un estremecimiento superficial. Amaba, era joven, conocía París.

-Sólo ella tenía el secreto del paso casto que pone inocentemente de relieve la belleza de las formas más atractivas.

-Este obrero era un hombre de la Providencia, que le decía al curioso: "¿Por qué no te metes en lo que te importa?"

-Permaneció allí durante un siglo de veinte minutos.

-Uno de esos momentos en que, en la vida humana, el caracter se modifica y en que la conducta del mejor de los hombres depende de la fortuna o el desacierto de su primera acción. Providencia o Fatalidad, elegid.

-Vidame o vice dominus, encargado de administrar los asuntos temporales (administrativos y judiciales) de los obispos.

-Las grandes pasiones son tan raras como las obras maestras. Aparte de este amor, no hay más que arreglos, irritaciones pasajeras, despreciables, como todo lo que es pequeño.

-Entonces su de innumerables deseos reprimidos, de matices de pasión tan vagos y profundos, tan fugaces y contundentes, que no se sabe con qué compararlos; se parecen a los perfumes, a las nubes, a las sombras, todo lo que en la naturaleza puede en un momento brillar y desaparecer.

-Los desdeñados, los tímidos, los amantes desconocidos, son los únicos que conocen los tesoros que encierra la voz de la persona amada.

-Así se sentía Auguste de Maulincourt en presencia de  Madame Jules

-De joven tenía todas las virtudes republicanas de los pobres

-La más hermosa ambición se extingue en el dietario del matrimonio

-Una sonrisa de su mujer, una sola inflexión de su voz bastaron a Jules Desmarets para concebir una pasión sin límites.

-Amor puro, feliz sobre todo, tanto como serlo un  amor publicamente clandestino.

-El oficio de espía es muy buena cosa cuando uno lo ejerce por su cuenta y en provecho de una pasión. ¿No es concederse los placeres del ladrón mientras se sigue siendo honesto?

-Esos afectos medio maternales que son lo sublime de lo corriente.

-No hay que tocar el enemigo más que para cortale la cabeza -le dijo gravemente

-En Francia, las mujeres mientes admirablemente bien.

-Hoy más que nunca reina el fanatismo de la individualidad.

-El amor siente horror hacia el trabajo y la miseria. Prefiere morir que malvivir.

-La mujer que ama comprende a la perfección su poder; y cuanto más virtuosa es, más activa es su coquetería.

-Su espíritu de adjunto nato obtenía-dicho en estilo periodístico- toda la consideración que se le debía.

-Esto es una tontería. Está escrito en una vieja clave que utilizaba el embajador de Portugal con Monsieur de Choiseul cuando echaron a los jesuitas.

-Jacques miró a Jules con una especie de terror honesto.

-Cabojoutis, así llamaban en Paris a la casas compuestas de piezas relacionadas distintas.

-Parecía la bolsa enciclopédica que una mujer suele llevar en los viajes.

-Los crímenes lo son según la pureza de las conciencias.

-Una cosa sin nombre en ninguna lengua, de acuerdo con las palabras de Bossuet.

-Dar al dolor forma administrativa; fue necesario emplear la jerga burocrática para expresar los deseos de un hombre abrumado por la falta de palabras.

   

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