sábado, 17 de mayo de 2014

Rilke (Cartas a un joven poeta II)

-Pero el periodo de aprendizaje es un largo periodo de clausura, y así, para el que ama, amar es por mucho tiempo y a lo largo de la vida interior: soledad, acrecentado y ahondado aislamiento. Amar no es nada que signifique consumirse, entregarse y unirse a otro (pues ¿qué sería de una unión entre seres imprecisos, rudimentarios,todavía subalternos); es, en el individuo, un sublime pretexto para madurar, para convertirse en algo, en mundo, en mundo para sí por amor a otro; es en él una grande inmodesta exigencia, algo que lo elige y lo llama a lo infinito

-Salvavidas de varia invención

-Actúan en común desamparo, y cuando con la mejor voluntad quieren evitar lo convencional que les choca (por ejemplo, el matrimonio) dan en los tentáculos de una solución convencional menos pública, pero igualmente dañina.

-En el camino del tiempo hay mucho que quiere ayudar a nuestro titubeante noviciado

-Cuanto más serenos, sufridos y francos somos en nuestras tristezas, tanto más profunda y decididamente entre en nosotros lo nuevo, tanto mejor lo asimilamos, tanto más será nuestro destino

-El destino sala de los hombres, no entra en ellos desde fuera

-Lo futuro está fijo, querido Sr. Kappus, pero nosotros nos movemos en el espacio infinito

-Quien está apercibido para todo, quien nada excluye, ni aún lo más enigmático, sentirá las relaciones con el otro ser como algo vivo y agotará por si mismo su propia existencia

-Tal vez todo lo terrible no sea, en rigor, sino lo indefenso,  que requiere  nuestra ayuda


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