domingo, 8 de junio de 2014

Mesonero Romanos (Sobre Madrid)

-yo sólo le contesté que hay 810 tabernas en Madrid

-(manolas) pelando unas naranjas con un desenfado singular

-algunas cortinillas vergonzantes dejan adivinar otros estímulos al más perseguido de los sentidos.

-en el comedio del último trozo de la calle de Toledo...

-es cosa averiguada sus dos siglos y medio de antiguedad

-el banco templador sobre el que suelen pasar las siestas jugando al truquiflor y la secansa.

-una estampa del Dos de Mayo o del Juicio Final, pegada con miga de pan en el comedio de la pared.

-tilburí, carroza, bombé, calesín, simón, carretela, cabriolé...

-como los carruajes van despacio y los elegantes no tienen coche tomarían muy a mal el ser confundidos con la multitud

-la extensión del Paseo del Prado proporciona la ventaja de volverse a  encontrar varias veces durante la tarde con un  periodo ni tan corto que fatigue ni tan largo que enoje o haga olvidar.

-si yo buscaba las estrechas y remendadas losas iba haciendo pasos vascos, impelido por la suavidad del lodo reposado sobre ellas

-grupos de mozo de cordel repartidos por las esquinas, que cargarían con media casa si alguno se lo mandase, y formaban escrúpulo en alargar su mano ni ofrecer el menor auxilio a los pasajeros.

-entregado al coraje y a una violenta tos, que muy pronto conjuró contra mí a todos los perros que han sobrevivido a la persecución del verano pasado.

-las riñas de los aguadores de las fuentes para tomar vez para llenar.

-los muchachos que venden candela y suelen arrimarla a quien no la solicita.

-silenciosa embestida de los bombés facultativos.

-llaman al ligero valenciano, que con sus enagüetas blancas y pañuelo a la cabeza y su garrafa a la espalda cruza pregonando: Guá e sebá fria.

-otros, medio hombres y medio esquinas, ocupan las encrucijadas de las calles y presencian a pie firme el paso de la concurrencia.

-todo es tranquilidad en el dilatado recinto que media desde el Monasterio de las Salesas hasta el Seminario de Nobles.

-las enormes galeras de los ordinarios valencianos y andaluces, que salen para hacer noche en la venta de Villaverde; los calesines, que esperan flete para los Carabancheles; el barbero que rasguea su vihuela a la puerta de su tienda.

-por manera que el primer rayo de la luna servía de señal al último reflejo del último farol

-mozos y lacayos, que mataban el tiempo cambiando la calderilla a las sublimes combinaciones de la brisca o durmiendo al dulce influyo del mosto bienhechor.

-este diálogo animado se estereotipa en la imaginación de todos los concurrentes.

-todas las cosas, a ratos/ tienen su remedio cierto:/ para pulgas, el desierto; para ratones, los gatos

-nuncio de la vida, ángel de la muerte

-un apuesto galán embozado hasta las orejas y tan profundamente distraído en sabrosa plática con un bulto blanco que asomaba a un balcón, que no echó a ver nuestra llegada

-era Colás el investigador de misterios escondidos entre el polvo y la inmundicia

-las tiendas de aguardiente se entreabrían ya para ofrecer su alborada a los mozos compradores; los ancianos piadosos seguían el misterioso son de la lejana campana que anunciaba la primera misa.

-acompañábanla otras tres mozas, que si la desmerecían en hermosura la igualaban por lo menos en desvergüenza y a pocos pasos las seguía un grupo de majos de chaqueta y vara, a quienes ellas tiraban panecillos por encima del hombro.

-zaquizami

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