domingo, 30 de marzo de 2014

Knut Hamsun (Bajo las estrellas de otoño)

-Es posible que yo haya  venido volando, pues acaso fuese un ave; o quizá el hueso de algún fruto exportado por un comercianate persa.

-En los últimos 18 años he radido los fondillos de mis pantalones sobre los asientos de los cafés y he devuelto un tenedor al camarero, cuando no estaba limpio.

-círculo de arrugas que parecían impresas por mil sonrisas benignas

-era muy bonita porque era joven.

-tonto impertinente no supe callarme¡. Trivial urdidor de frases.

-el pastor, distendiendo las innumeras arrugas que circuian sus ojos, dijo: si, tienes razón.

-comprendi por qué se me hacian aquellas preguntas y tomé la decisión de no emplear un lenguaje novelesco.

-a la noche vagaba por el bosque o por el cementario; leía las inscripciones de las  tumbas y meditaba sobre muchísimas cosas. También quería hallar una uña de muerto. La necesitaba. Era un antojo, una tontería...

-hablando con propiedad Elisabeth no era una belleza pero unos labios muy rojos y una azulina mirada de virgen la hacian parecer bonita.

-habia renunciado a la vida de la ciudad y tomado aspecto de un doméstico, pero que en el fondo yo era un talento técnico que sabía instalar conducciones de agua.

-hongos: mízcalo, agárico, colmenilla

-entonces al saber que estoy sentado allí, simplemente, por la noche, comprenderá que tengo alma profunda, que soy un soñador y se enamorará de mi.

-las sirvientes cilindreaban la ropa blanca

-emocionóse mi carne y perdí la cabeza. La oí decir: Estas loco¡

-en el cementerio encontré una uña de pulgar utilizable, que me eché al bolsillo. Aguardé de momento, fijando mis miradas en todas partes y aguzando el oido: Todo estaba en silencio. Nadie gritó: Es mia¡

-Ah, ser joven y rico y....

-Propuso que nos dedicaramos a robar un poco

-Oevrebos

-Elena, Rönnaug y Sara

-lo penoso de la marcha hizo disipar mi vejación

-la hija del senescal es la virgen más altiva de la bailía

-esplendida araña cruciferaria

-aquella noche recibía nuevamente la visita del cadáver, una lamentable mujer en camisa, que no me deja nunca tranquilo por causa de su uña del dedo pulgar.

-acaso algún día empiece a parecerme fastidioso continuar inconsciente por más tiempo y parta de nuevo para alguna isla

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