-Teresa de Jesús cayó en profundo éxtasis cuando en Salamanca en 1571 oyó a la hermana Isabel de Jesús oyó recitar lo siguiente:
Véante mis ojos
dulce Jesús bueno,
véante mis ojos
muérame yo luego
-muy excesivo gozo y deleite que es tan grandísimo extremo que verdaderamente parece que desfallece el alma de suerte que no le falta tantico para acabar de salir del cuerpo.
-en la 7ª morada no se pierden las potencias, mas no obran, sino están como espantadas
Véante mis ojos
dulce Jesús bueno,
véante mis ojos
muérame yo luego
-muy excesivo gozo y deleite que es tan grandísimo extremo que verdaderamente parece que desfallece el alma de suerte que no le falta tantico para acabar de salir del cuerpo.
-en la 7ª morada no se pierden las potencias, mas no obran, sino están como espantadas
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