domingo, 11 de marzo de 2012

Teresa de Jesus (Castillo interior II)

-No sé por dónde ni cómo  oyó el silbo de su pastor, que no fue por los oidos, que no se oye nada, más siéntese notablemente un encogimiento suave a lo interior, como verá quien pase por ello, que yo no lo sé aclarar mejor. Paréceme  que he leido que como un  erizo o tortuga cuando se retiran hacia sí y debíalo entender bien, quien lo escribió.


No hay comentarios:

Publicar un comentario