jueves, 17 de octubre de 2013

José Lezama Lima


-recorrido pendular entre la pesadumbre del círculo y la alegría de la espiral

-en la continuación de mi novela los personajes, como en un pastoreo que desconocen, van hacia otras regiones donde la mismidad se confunde con lo diferenciado.

-el  método cubano de trabajo intelectual es la suma de poquedades

-la caja donde antes  cabía el sombrero de la abuela está lleno de signos aljamiados

-haga todos los días una poquedad escrituraria

-yo no viajo por eso resucito

-lo que apenas conocemos es lo que logra influenciarnos

-el conocimiento exhaustivo  no produce en nosotros resonancias  ni vibraciones

-los gendarmes académicos gustan más de las cadenas causales que de las iluminaciones

-todo lo que es creador se agolpa en un primer plano

-lo que llamo la vivencia oblicua: el timbre telefónico me causa la misma sensación que la contemplación de un pulpo en una jarra minoana.

-los moradores subterráneos egipcios saborean pasteles de azafrán

-¿lo que más admiro de un escritor?  Que maneje fuerzas que lo arrebaten, que parezcan que van a destruirlo. Que se apodere de ese reto y  disuelva la resistencia. Que durante el día tenga pasado y por la noche sea milenario. Que se acerque a las cosas por apetito y se aleje por repugnancia.

-para un alemán, una cantata bachiana y un fragmento metafísico sobre el absoluto hegeliano coinciden.

-es cierto porque es imposible (Tertuliano)

-el rastrear conoce el peso de la hoja y sus destrezas al caer.

-la desdeñosa sabidura mandibular del tiburón-

-por los agujeros de la tierra –todos los saben y ya lo decían los griegos- suelen escaparse las voces de los muertos

-no al rencor hacia atrás

-la relación de Martí en su diario, cuando desembarca, es una dimensión casi egipcia. Al final de su diario pide leche, pide higo. Parece que estamos leyendo el Libro de los Muertos.

-hay  que tener el secreto de las pausas, eso forma parte del arte de la conversación.

 

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